La defensa de Marcelo D'Alessio pidió la absolución e inmediata libertad del falso abogado y admitió que el acusado creó "un personaje", se hizo "pasar por alguien influyente, con poder", pero esa actitud no lo convirtió en "extorsionador" porque "no era creíble".
D'Alessio "creó un personaje, se presentaba como abogado, economista, funcionario de la Embajada de Estados Unidos, miembro de la DEA (Dirección de Control de Drogas) y la AFI (Agencia Federal de Inteligencia); se hacía pasar por alguien influyente con poder para ofrecer servicios de analista o intermediación", admitió su defensor Santiago Finn en el alegato final del juicio por intento de extorsión al empresario Gabriel Traficante.
También inició su alegato final la defensa del suspendido fiscal de Mercedes Juan Ignacio Bidone, que anticipó pedirá la absolución de la acusación como presunto partícipe necesario del hecho.
Sobre D'Alessio, el defensor Finn sostuvo que su cliente ofrecía un servicio y a cambio pedía cobrar dinero, pero que la acusación en su contra tuvo "carácter político". Para el defensor, no hubo delito porque "toda la locuacidad" de D'Alessio "estuvo destinada a convencer, no a imponer, en todo caso buscó engañar, pero no intimidar y era un ardid bastante burdo". El abogado sostuvo que "es posible que haya sido una persona que haya generado un magnetismo en sus interlocutores", pero indicó que esa actitud no convirtió al detenido en un "extorsionador".
El defensor pidió a los jueces que absuelvan a D'Alessio y ordenen su inmediata libertad o, en todo caso, lo condenen a un mínimo de pena por intento de extorsión al empresario Gabriel Traficante, que permita su libertad condicional.
La semana pasada, el fiscal federal Diego Luciani reclamó una condena de 5 años de prisión ante el Tribunal Oral Federal 2 que juzga un pedido de dinero a Traficante a cambio de no quedar involucrado en una causa judicial y evitarle un "escrache" mediático en noviembre de 2016.
Con los allanamientos ordenados en 2019 en otra causa en la que también está procesado con prisión preventiva, la de extorsión y espionaje ilegal que se investiga en la justicia federal de Dolores, "se cayó" el "personaje" que encarnaba D'Alessio, continuó su defensa. "Se supo que no es abogado ni economista, ni pertenecía a la DEA ni al Mossad", pero "este perfil de D'Alessio no lo transforma en extorsionador", agregó su abogado. Traficante nunca estuvo "intimidado ni engañado" porque D'Alessio "no era creíble y se notaba a las claras" cuando le hacía propuestas vinculadas a la situación en la causa conocida como "mafia de los contenedores".
Sobre sus medios de vida, argumentó que tenía una condición económica "holgada". "Fue un exitoso desarrollador inmobiliario en la zona de Canning, Ezeiza, que trabajó como asesor de prensa en Formosa y hasta tuvo un criadero de truchas en Piedra del Águila, en el límite entre Neuquén y Río Negro y fue elegido presidente de la comisión de vecinos del country Saint Thomas", enumeró.
En la investigación que tramita en Dolores, D'Alessio está procesado como supuesto jefe de asociación ilícita, pero "nadie reconoce haberle dado dinero o cedido a estas supuestas presiones o temor que provocaba en sus víctimas, todos se manifiestan temerosos pero nadie entregó dinero ni tampoco nadie se salvó de su supuesto escrache periodístico", remarcó su defensa. "D'Alessio no controlaba ni el avance de las causas judiciales ni las publicaciones en los medios de prensa", dijo el abogado.
El abogado recordó que el acusado está detenido con prisión preventiva en la cárcel de Ezeiza desde hace más de dos años, de los cuales el primero lo pasó aislado "y fue algo muy grave y muy perjudicial para su salud física y psíquica".
Tras finalizar el alegato de D'Alessio, comenzó el de los abogados defensores del fiscal Bidone, quienes anticiparon pedirán la absolución y reclamaron que se declare la nulidad de la prueba extraída de los teléfonos celulares del falso abogado. "La información extraída del teléfono de D'Alessio es prueba prohibida, ilegal", sostuvieron sobre esa evidencia, que incluyó los mensajes que el falso abogado intercambiaba con el entonces titular de la Unidad de Delitos Complejos de Mercedes, Bidone.
Los abogados admitieron que su cliente entregó a D'Alessio información reservada sobre Traficante -como listados de llamados- pero argumentaron que eso no fue definitorio para la ejecución del delito.