De cara a las próximas elecciones, entre los consultores políticos hay polémica sobre cuál será el parámetro para definir a los ganadores: quién saca más votos; la cantidad de diputados que se sumen o si la diferencia entre el Frente de Todos (FdT) y Juntos por el Cambio (JxC) es mayor o menor a 2019, que en la categoría de diputados fue de cinco puntos, mientras que en la rama presidencial fue de ocho. Hay consultores que sostienen que la diferencia es parecida a 2019; otros piensan que hoy es más estrecha -entre dos y tres puntos- y también están los que creen que la medida está en lo que pase en la provincia de Buenos Aires donde el FdT es favorito. La mayoría de los consultores ratifican que las legislativas son buena oportunidad para las terceras fuerzas: los libertarios, la izquierda. A favor del oficialismo juega la buena imagen de la campaña de vacunación. En contra, la inflación. Todos están de acuerdo en que los números actuales son sólo un punto de partida y que hay mucho camino por andar.
Página/12 consultó a buena parte de los consultores más conocidos del país. Y éstas son sus opiniones.
“Justamente, hay diferentes interpretaciones, con diferentes resultados -analiza Federico Aurelio, titular de Aresco-. En las últimas legislativas la medida fue el resultado en Provincia de Buenos Aires y la derrota del gobierno en 2009 y 2013 allí opacó el triunfo que obtuvo sumando los votos a nivel nacional. La interpretación más razonable que tendría que tener el resultado electoral es la suma o resta de legisladores nacionales de cada espacio político. Otra lectura que se puede llegar a dar es si la diferencia de ocho puntos que obtuvo el presidente Alberto Fernández en la elección presidencial de octubre del 2019 se amplía o se reduce. Al día de hoy de acuerdo a nuestras investigaciones las distintas interpretaciones tienen un espacio político ganador distinto”.
En general los consultores coinciden en que el FdT va a ganar en provincia de Buenos Aires; también es muy posible que sume diputados y que consiga más votos que JxC, pero también probable que la diferencia sea menor a la de 2019. Buena parte de la batalla, entonces, estará en el día después.
“Los problemas que afronta el Gobierno en lo sanitario y lo económico no son menores, pero está en gran parte disculpado por el coronavirus -sintetiza Hugo Haime, de Haime y Asociados-. Yo veo difícil que la situación cambie en diputados y senadores. La oposición le habla a los que les preocupa la república, pero no puede hablar mucho de economía. El gobierno le habla a una base preocupada por lo económico, pero atemorizada por el virus. Entonces, la elección se define como siempre en quién capta más votos entre los que no son núcleo duro de uno u otro lado. Es posible, que a nivel nacional se reduzca la diferencia de cinco puntos que hubo en 2019, pero no veo que cambien las cosas en el Congreso”.
“Yo creo que el termómetro será la cantidad de votos y nuestras investigaciones indican que hay entre dos y tres puntos de diferencia entre el FdT y JxC -diagnostica Raúl Timerman, de Grupo de Opinión-. La oposición arrancó primero. Consiguió ordenar su interna en base a un triunfo de Horacio Rodríguez Larreta que logró que Mauricio Macri -que resta votos- se vaya del país, logró que María Eugenia Vida juegue en CABA, sin interna con Patricia Bullrich y con Bullrich juntando en todo el territorio nacional. Las cosas parece que van a quedar parejas, pero el oficialismo, FdT, tendría que tener más votos que JxC. En el Gobierno piensan que en las provincias del norte se gana por 15 puntos, que eso va a compensar CABA y en la provincia de Buenos Aires están 10 puntos arriba. En Casa Rosada piensan que hubo ocho puntos de diferencia, pero que ahora habrá cinco o seis. En nuestras encuestas es dos o tres, pero es un punto de arranque. El oficialismo tiene que trabajar en la franja de decepcionados: lo votaron 48 por ciento, hoy lo vota el 38 por ciento. Hay parte recuperable”.
“Una elección de medio término tiene como único propósito renovar bancas -sostiene Roberto Bacman, titular del Centro de Estudios de Opinión Pública-. Por lo tanto, el objetivo del oficialismo es conseguir más diputados y conseguir la mayoría propia en esa cámara. Desde esta perspectiva estamos ante elecciones provinciales, en los que jugarán situaciones locales, aunque siempre lo nacional es parte de la decisión de voto. Para cualquier gobierno, igual, es un plebiscito sobre su gestión. En las encuestas yo percibo que el gobierno de Alberto Fernández sale muy bien parado de la gestión de la pandemia. La llegada masiva de vacunas comienza a jugar a su favor en los sondeos”. Bacman, como otros consultores, creen que desde el punto de vista de los votos, habrá pocos cambios respecto de 2019, los que ganaron en sus distritos volverán a ganar.
“Veo un escenario parejo, que por ahora no augura cambios drásticos en la distribución de bancas -prevé Eduardo Fidanza de Poliarquía-. Creo que esta elección es incomparable, porque debemos incorporar al análisis un factor desconocido: la pandemia y el modo en que evolucionará. No tenemos antecedentes de un fenómeno de esta naturaleza, de modo que es difícil hacer inferencias. Cómo sopesarán los votantes la economía y el coronavirus es una incógnita. El gobierno, que es el que debe aprobar el test en toda elección de medio término, tiene elementos para preocuparse o ilusionarse. Básicamente, existen indicios de que los votantes podrían eximir al gobierno de la responsabilidad por la mala situación del país, atribuyéndosela al coronavirus y a la herencia del gobierno anterior. Por otro lado, el avance de la vacunación debería favorecer las chances del oficialismo, si eso llevara a un descenso de contagios y muertes, un escenario probable para octubre o noviembre”.
Para Facundo Nejamkis, de Opina Argentina, “la clave siempre está en los votos. Por supuesto que también es relevante la cantidad de bancas que sumen/resten el oficialismo y la oposición pero la lectura política principal acerca de ganadores o perdedores estará signada por cuánta sea la diferencia en votos, a nivel país y especialmente que ocurra en la provincia de Buenos Aires”. Según la encuesta de julio de Opina Argentina, hay siete puntos de diferencia entre FdT y JxC a nivel nacional.
“La elección encuentra a la sociedad con preocupación en dos temas: vacunación y economía, o más precisamente inflación -precisa Analía Del Franco, de Del Franco Consultores-. El proceso de vacunación está en marcha y es percibido con buen ritmo, un promedio de 70 por ciento de la población está conforme, llegando a casi un 90 por ciento en municipios de varias partes del país. Respecto del eje económico, la gran preocupación es la inflación, el control o manejo de la misma implica tranquilidad cotidiana y fortalecimiento de la confianza sobre la gestión nacional. Otros ejes muy presentes en el discurso de la oposición como el derecho a las libertades individuales, si bien es un tema que se valora, resulta una demanda de segmentos puntuales. Como valoración general, lo que pesa es el volumen de voto obtenidos ya que demuestra el apoyo, la vigencia y la confianza en un espacio político”.
“Por ahora, sin definirse las listas, nuestras encuestas indican una ventaja del FdT sobre JxC -adelanta Ricardo Rouvier, de Rouvier y Asociados-. El primero se ubica alrededor del 34 por ciento y unos cinco puntos por debajo la principal oposición. Pero esta elección no está determinada por factor, sino por dos. Los votos y la necesidad de la coalición gobernante de acrecentar su fuerzas en diputados. Por eso el volumen de votos es importante, como expresión de fuerza ante la sociedad, aunque en términos de poder efectivo, el balance legislativo es central”.
Como se ve, habrá que avanzar bastante en la carrera electoral para aclarar el panorama. El bombardeo mediático, con una virulencia pocas veces vista, juega su papel. Si los dos temas centrales son el manejo de la pandemia y la economía, dos meses hasta las PASO y cuatro hasta la elección general, son una eternidad en la política argentina e internacional.
Randazzo, la izquierda y los libertarios
Las terceras fuerzas provocan debate entre los encuestadores porque todos piensan que las elecciones legislativas siempre son una oportunidad para la izquierda o para los libertarios como José Luis Espert o los disidentes como Florencio Randazzo o Guillermo Moreno. Sin embargo, algunos consultores creen que en 2021 no podrán avanzar mucho.
“Observamos en todos los distritos que estamos investigando un claro predominio electoral de los dos grandes espacios, el FDT y JXC -diagnostica Federico Aurelio-, tal como ha sucedido en los últimos procesos electorales. Sin embargo, el porcentaje que obtengan las terceras fuerzas puede incidir en cuál de los dos grandes espacios políticos obtenga el triunfo electoral en cada distrito. Un buen desempeño del partido de los liberales perjudica a JxC, un buen desempeño de la izquierda perjudica más al FDT Y un buen desempeño de Randazzo perjudicaría hoy por hoy a los dos grandes espacios políticos”.
Para Eduardo Fidanza, “las terceras fuerzas pueden ocasionarles daños a las coaliciones dominantes, teniendo en cuenta dos factores. Por un lado, el descenso de la imagen de los principales dirigentes que las representan podría potenciarlas; por otro lado, el hecho de que en las elecciones legislativas el voto tiende a despolarizarse. Si hay desencanto, como lo estamos viendo, la preferencia por terceras fuerzas dependerá menos de la calidad de su oferta que de la alternativa fáctica que representan para el votante. Es decir: si no me convencen Juntos por el Cambio y el Frente de Todos, voto a este otro, aunque no sepa mucho que propone o quién es. Lo veo más factible en el caso de Randazzo, que podría funcionar como la ambulancia que recoge los heridos. En el caso de Espert es un voto más minoritario, fuertemente ideológico”.
En cambio, Analía Del Franco ve que por ahora las terceras fuerzas no parecen encaminadas a un buen resultado. “Las elecciones de medio término son la oportunidad de las terceras fuerzas aunque no siempre logran mantener el caudal de resultados de las PASO en las elecciones generales y esta vez probablemente no sea la excepción. De todos modos en la actual coyuntura hay algo que puede obstaculizar la atracción de terceras fuerzas y es el importante dinamismo del FdT y JxC. También el apoyo que se observa hacia las gestiones provinciales en este momento de crisis podría debilitar la atracción por el rol de controladores de las terceras fuerzas”.