El fiscal federal de Santa Fe, Walter Rodríguez, logró ayer el procesamiento de cinco miembro de una banda que traficaba cocaína de extrema pureza desde Paraguay y Bolivia, mediante vuelos clandestinos. El juez federal Marcelo Bailaque validó la pesquisa que llevaba dos años y procesó a los cinco miembros de una banda narco desbaratada hace un mes con casi 400 kilos de cocaína - uno de los mayores secuestros de cocaína de los últimos años en Santa Fe- y a tres de ellos también los acusó de lavado de activos, al considerar que dispusieron de una flota de más de 30 vehículos adquiridos con recursos de origen ilícito. Lo curioso es que el líder de la banda, Gustavo Núñez, era una viejo conocido de las crónicas narco, pero pasó "desapercibido" para los radares oficiales del sur santafesino, hasta que fue detectado por la pesquisa federal santafesina. Según el dijo el fiscal Rodríguez a este diario "esta primera etapa de la investigación y los procesamientos, habilitan ahora otras líneas a profundizar, como la existencia de otros modo de salidas de la droga por la zona de puerto del sur santafesino".
La investigación -conocida como Parking Blanco- se inició cuando Gendarmería Nacional detectó en 2019 que un presunto cargamento de droga había ingresado al país desde Paraguay en una avioneta, el cual fue arrojado en un campo de Larrechea, cerca de Coronda.
Según el procesamiento, los miembros de la banda circulaban en autos de lujo, realizaban viajes a destinos del Caribe y compraban habitualmente divisas en el mercado legal y en el informal, además de registrar algunos cruces fronterizos hacia países fronterizos del norte argentino.
Los procesados por el juez federal son Núñez y Sebastián Osvaldo Romera -ambos considerados como organizaciones del tráfico de estupefacientes-, Jorgelina Galligani (una docente y gestora que es pareja de Romera), María José Núñez (hermana del primero) y Matías Ezequiel Tomei.
A instancia de la investigación realizada por el fiscal Rodríguez, el juez procesó a todos por narcotráfico aunque con distintos roles, y a Núñez, Romera y Galligani por lavado de activos. Según la investigación, en los últimos años adquirieron –y en muchos casos vendieron enseguida para “desvanecer los rastros de ilicitud”- 31 vehículos entre los que hay camiones, camionetas de alta gama, pick up y otros vehículos.
El juez destacó “la insuficiencia de recursos de origen lícito declarados por parte de Núñez, Romera y Galligani que permitan justificar la adquisición de los bienes” en su poder o relacionados a ellos a través de supuestos testaferros, “a lo que se suma la ausencia de otro canal que pudiese armonizar razonablemente la proporcionalidad del caudal de bienes incorporados a su patrimonio”.
También sostuvo que, si bien Núñez es propietario de una empresa de transporte de camiones, de acuerdo a los registros oficiales la misma “no producen rédito económico”.
La banda, que era seguida por la Policía Federal y sus comunicaciones interceptadas desde hacía casi un año, cayó el 18 de junio pasado cuando el juez ordenó 9 allanamientos.
En una cochera alquilada por la hermana de Núñez en Villa Gobernador Gálvez, personal de la PFA secuestró “369 panes de cocaína con un peso total aproximado de 391,920 kilogramos”. Se trata de uno de los mayores secuestros de cocaína de los últimos años en Santa Fe. La droga había sido guardada en bolsas en un BMW modelo X5 color negro y, de acuerdo a la investigación, al día siguiente Núñez iba a distribuirla. Según el fallo, la cocaína tenía como destino la venta al menudeo en Rosario pero también se cree que era transportada a Buenos Aires y Córdoba.
Además de procesar a los cinco miembros de la organización, el juez les dictó la prisión preventiva y les trabó embargo por $10 millones a Gustavo Núñez, Romera y Galligani; y por $400 mil a María José Núñez y Tomei.