El conflicto en SanCor no toca fondo. El Gobierno mantiene su postura de retacear los fondos del salvataje y ahora cargó contra el gremio lácteo. Mauricio Macri dijo ayer que el sindicato es “uno de los tres males” que provocaron la crisis de la empresa. Apuntó contra el aporte de 3 mil pesos por cada trabajador que la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera (Atilra) les cobra a las firmas lácteas para solventar los gastos de la obra social (Ospil). “Es un pésimo convenio laboral, producto de un Estado que no actuó en equilibrio en las negociaciones. Esto generó un convenio casi inviable en la industria”, aseguró el mandatario. Desde el gobierno santafesino acusaron al vicejefe de Gabinete, Gustavo Lopetegui, de dilatar las negociaciones para favorecer a una empresa propia en el sector.
Lo que está en cuestión es la ayuda financiera de 450 millones de pesos que desde hace meses se negocia entre los directivos de la empresa, el sindicato, el gobierno nacional y las autoridades de Santa Fe y Córdoba. Ese tire y afloje quedó empantanado y cada vez se suman más variables que complican la resolución. El gobierno nacional no sólo presiona para que se aplique una reestructuración de la empresa sino también para que esos cambios avancen en todo el sector lácteo. Atilra aceptó recortar temporalmente los salarios de los trabajadores, pero hasta ahí llegó.
“La empresa está en una situación de quebranto. Tenemos esperanza para que se llegue a un acuerdo, porque va a salir a buscar un socio para que tome la posta. Todos queremos que los puestos de trabajo puedan tener continuidad, pero se tienen que revertir muchos errores cometidos en los últimos diez años, con un pésimo convenio laboral”, insistió Macri en el acto de inauguración del Metrobus en Santa Fe. “El desmanejo interno de la compañía y una mala política láctea la última década también llevaron a esta situación”, siguió. Los acuerdos comerciales de la firma con Venezuela fueron parte de ese “desmanejo”, interpretó Macri.
El Presidente puso el foco en el punto que trabó el acuerdo. Quiere dar de baja el “aporte solidario” de 3 mil pesos por trabajador que según el convenio colectivo las empresas deben realizar al gremio. Rige desde 2009 y consiste en una porción estable del salario básico. Desde el sindicato explicaron que “el bono fue dispuesto para financiar prestaciones médicas de Ospil, la obra social del gremio”. La intención del Gobierno es eliminar o al menos reducir fuertemente el monto de ese bono en toda la industria láctea. Incluso surgió una versión de un grupo de “autoconvocados” del gremio que pide avanzar en la derogación del bono para que se firme el acuerdo. Héctor Ponce, titular de Atilra, amenazó frente a esta avanzada con una huelga nacional en todo el sector y denunció “una extorsión” contra los trabajadores.
El ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, reforzó el planteo de Macri y dijo que “la industria lechera debe ser sustentable por sí misma y no depender de aportes extraordinarios del Estado. De la forma en la que está cayendo la industria láctea, con desavenencias internas, parece difícil dar sustentabilidad al sector”, opinó. Confederaciones Rurales Argentina (CRA) se metió en el conflicto al señalar que “las noticias continúan siendo cada vez más desesperantes para los miles de productores tamberos que venden su producción de leche sin recibir el pago que corresponde, ni en tiempo y forma, ni a un precio razonable”.
El ministro de Producción de Santa Fe, Luis Contigiani, le reclamó ayer al vicejefe de Gabinete que se retire de las negociaciones. “Lopetegui es accionista y uno de los fundadores de la empresa láctea Pampa Cheese, que opera en la cuenca lechera santafesina, y también fue director de Milkaut entre 2002 y 2003. Se tiene que retirar de las tratativas con SanCor por una cuestión ética, no puede ser juez y parte porque hay conflicto de intereses”, advirtió. “Reclamamos decisiones políticas transparentes. Que el gobierno nacional tome decisiones claras y muestre que busca la continuidad de SanCor. De lo contrario, pienso que la estrategia no es transparente y que buscan otros objetivos”, alertó Contigiani.