Una manifestación en Tartagal, ciudad cabecera del departamento San Martín, copó cuadras céntricas el lunes por la noche. Los pobladores acompañados por distintas organizaciones sociales, pidieron por una mejor salud, ante la falta de respuesta suficiente a quienes precisan ser intervenidos en el Hospital Juan Domingo Perón, que es de referencia en esa zona.

Este medio ya había informado de la muerte de un bebé recién nacido cuando una madre del Pueblo Wichí de Santa Victoria Este, que precisaba ser sometida a una cesárea tuvo que viajar desde ese municipio a Tartagal y de allí a Orán, para ser intervenida. El bebé nació tarde y con sufrimiento fetal. Falleció al día de haber nacido. En este caso, además de la falta de previsibilidad que acusaron desde el Hospital de Tartagal, se denunció la falta de médicos para atender a la mujer porque ya había dos cesáreas más en la ciudad cabecera del departamento San Martín.

“Yo intervine en esto como papá”, contó a Salta/12 Luis Díaz, uno de los organizadores de la marcha. En su caso en particular tiene un bebé de unos dos años que en 2019 nació a los 7 meses de la gestación con problemas de salud en pulmones e intestinos. A los 6 meses el bebé debía ser operado con una colostomía. Pero llegó la pandemia y la operación se suspendió.

Esa intervención debe realizarse en el Hospital Materno Infantil (ubicado en Salta Capital), que tiene los especialistas necesarios. Pero la primera ola de la covid-19, y ahora la segunda, impiden esa posibilidad. “Ahora mi bebé está internado en Tartagal”, sostuvo Díaz al indicar que se debió hacer eso por complicaciones de salud que tuvo. La única forma que hay de conseguir una intervención es a través del sistema público de salud. 

Y es que tuvo que renunciar a la obra social provincial (IPS), porque por cada estudio que debía realizar le cobraban a veces hasta 180 mil pesos, dado que no había cobertura suficiente. “Entonces se complicaba la atención de mi hijo”. Díaz afirmó que de todas maneras, la necesidad de estar entre Salta y Tartagal y todos los gastos que se ocasionan alcanzan los 50 mil pesos por cada viaje que debe realizar.

Añadió que los próximos pasos que analizan es presentar un recurso de amparo para que los pobladores puedan acceder a una salud de manera correcta, y una tercera medida que se debate como posibilidad a realizar a futuro es “una vigilia o acampe”.

La discriminación salarial, el principal problema

Son diversos los factores que se cruzan al analizar la realidad del norte salteño en general. Los hospitales de mayor complejidad están en Tartagal y Orán. Pero ante la reciente falta de especialistas, el hospital de esta última ciudad está recibiendo los casos que no puede atender Tartagal. La diferencia salarial entre Capital e interior es otro de los obstáculos. Pero la desigualdad de retribución monetaria es también entre médicos especialistas, y entre estos y otros profesionales de la salud.

Una fuente hospitalaria indicó que lo que sucede con los anestesistas en Tartagal “es la crónica de una muerte anunciada”. Hoy cumple 65 años el único anestesista que queda en planta, Juan José Fernández, que fuera en algún momento gerente del Hospital. Hace unos seis años quedaban cuatro anestesistas. Dos fallecieron, uno renunció y solo quedaba el que ahora iniciará los trámites de la jubilación.

Se suma que el de los anestesistas es, además, un tema aparte porque las altas pretensiones de pago por sus intervenciones se alejan (y mucho), de los ofrecimientos del Ministerio de Salud de la provincia. La fuente señaló que hasta el 31 de diciembre pasado, los anestesistas recibían el sueldo correspondiente y un plus de 1440 horas (lo que equivale a las guardias de dos médicos que puedan estar 24 horas al mes), para continuar ejerciendo. El convenio cayó y los anestesistas (que no estaban en planta), decidieron dejar de hacer intervenciones en el Hospital público.

Ayer había negociaciones para pagar por productividad (cantidad de intervenciones realizadas), y el pago de su permanencia por las horas de permanencia calculadas sobre el costo de la hora guardia. Y aquí vuelve a aparecer la diferencia salarial entre Capital y el interior. Pues incluso entre los anestesistas (que tienen a su Asociación al frente de las negociaciones) hay diferencias en los pagos. Esto sucede porque en los hospitales del interior el salario es solventado exclusivamente por el Ministerio de Salud mientras que en Capital, los llamados hospitales de autogestión terminan pagando un plus mayor por los recursos que les ingresan (incluso de obras sociales).

El gerente del Hospital tartagalense, Santiago Payo, reconoció que las negociaciones continúan pero hasta el momento no hay una resolución, aunque aseguró que están cerca. En cuanto a los cirujanos (que también renunciaron en noviembre el Hospital), afirmó que hoy estaría llegando uno de Córdoba y dos más se podrían integrar al equipo esta semana. Señaló que mientras tanto hay otros dos cirujanos dando respuestas solamente a las emergencias. A raíz de un convenio, el resto de cirugías se viene realizando en una clínica privada de la ciudad norteña.

Otro reclamo entre los profesionales de la Salud tras la equiparación de la hora guardia entre Capital e interior (cuya diferencia es del 50 por ciento), es que llegó solamente a los médicos. Los demás profesionales también empezaron a pedir la equiparación del pago, sin recibir hasta el momento respuesta desde el Ministerio de Salud.