Mujeres de la Matria Latinoamericana Salta (MuMaLa) presentó ayer los resultados de una encuesta sobre acoso callejero que realizó en abril en la ciudad de Salta. Uno de los datos más alarmantes es que las niñas sufren este tipo de violencia desde los 8 años. La organización aseguró que es preciso establecer normativas que acompañen la prevención y sanción, y en paralelo, se trabaje sobre las nuevas masculinidades.
La representante por Salta, Malvina Gareca, contó a Salta/12 que los resultados obtenidos fueron comparados con la última encuesta que realizaron en 2019 y que se constató que las situaciones de acoso que sufren las mujeres y las personas del colectivo LGBTIQ+, "no han mermado". "Se mantienen en la medida y quizás un poco más", sostuvo.
De acuerdo al relevamiento que se hizo a 351 personas en distintos puntos de la ciudad, un 83% sostuvo que sufrió acoso por primera vez entre los 10 y 20 años. Sin embargo, hubo quienes indicaron que lo padecieron a los 8 y 9 años, representando el 6%. Lo que para Gareca prende una alerta porque se deja en evidencia que los derechos de les niñes siguen siendo vulnerados. El resto del porcentaje, corresponde a mujeres mayores de 21 años.
El grupo consultado fue de distintas franjas etáreas que van de los 13 a 19 años, 20 a 34 años, 36 a 49 años, 50 a 64 años y mayores de 65 años. De ese total de población, el 91% de las personas expresó haber sufrido alguna situación de acoso callejero a lo largo de su vida, asumiendo que 9 de cada 10 personas, en su mayoría mujeres, vivieron una forma de acoso callejero.
La encuesta también mostró que fueron distintas las interacciones sufridas. El 74% recibió un comentario irrespetuoso apelando a su condición de género. Mientras que el 64% recibió un insulto o gesto vulgar. En algunas situaciones (28%) el acosador mostró sus genitales y en otras (un 18%), se masturbó.
A un 43% le hicieron también un comentario sexualmente explícito y el 51% de las personas manifestó que un desconocido trató de conseguir su teléfono o una cita. Además, el 50% de las víctimas, fueron perseguidas por el acosador; al 44%, le obstruyeron el paso intencionalmente y el 13% de las encuestadas vivió ataques físicos por parte del acosador.
Para Gareca, sigue siendo visible que algunas de las manifestaciones incrementan el riesgo hacia las mujeres y diversidades porque se priva de la circulación de manera intencional, llegando al contacto físico.
Por eso, la militante feminista señaló que es preciso que se establezca de forma efectiva una normativa que contemple la sanción sobre el acoso callejero. En ese sentido, a mediados de junio de este año, la Cámara de Diputados de Salta, dio media sanción a un proyecto que pena este tipo de violencia.
La iniciativa ingresó por segunda vez, luego de un intento frustrado en 2018, dado que perdió estado parlamentario sin sancionarse. El actual proyecto, que debe tratarse aún en el Senado provincial, castiga el acoso callejero mediante la aplicación del Código Contravencional, fijando hasta 20 días de arresto o una multa que ronda actualmente los $8.500.
"Acá en la provincia todavía no tenemos algún tipo de normativa que pueda ampararnos", cuestionó la referente de Mumalá. En 2018 esta organización presentó la iniciativa, mientras que la actual propuesta fue presentada por Socorro Villamayor.
La legisladora sustentó su iniciativa en dos leyes nacionales, la 26.485, “en la que se fueron especificando los distintos modos de agresión, de violencia y de ultraje, y que luego fue modificada por la 27.501, que agrega una nueva forma de violencia no visibilizada pero constante contra la mujer: el acoso callejero".
Mayor consciencia social
La reciente encuesta de Mumalá indagó también para saber si las personas estaban enteradas que el acoso callejero había sido incorporado a la legislación nacional. El 53% dijo desconocer que desde 2019 se dio tal inclusión; mientras que el porcentaje restante afirmó estar enterado.
Aún así, y en comparación con el último estudio no oficial que realizaron, Gareca aseguró que existe un mayor conocimiento de la problemática en las propias mujeres. Sostuvo que "los cambios culturales son lentos y evidentemente se ve claramente que las prácticas no han cesado, a pesar de que hay mayor consciencia por parte de las mujeres", al igual que información sobre el tema.
En ese sentido, dijo que "hace falta trabajar con el varón" que al fin y al cabo "es quien reproduce estas prácticas machistas". Indicó que es necesario tomar mayor consciencia al saber que este tipo de violencia afecta a casi la totalidad de las mujeres y diversidades.
Por eso reiteró que el trabajo debe darse mediante talleres, capacitaciones y campañas más prolongadas de concientización. Y esto tiene que ser por fuera de la semana libre de acoso callejero que está instalada anualmente en abril.
Otro de los factores claves que señaló Gareca para dar ese cambio social es la aplicación de la ley 26.150, de Educación Sexual Integral (ESI). Señaló que es fundamental su aplicación en las escuelas porque allí está contemplado el tema, facilitando su abordaje desde edades tempranas. "Ahí cobra relevencia su aplicación y sabemos que es un tema pendiente en general y por eso venimos manifestando que se aplique", cuestionó.