La confirmación de la continuidad de Lionel Messi en el Barcelona es cuestión de horas: el astro argentino y el club catalán llegaron a un acuerdo para el nuevo contrato, que incluirá una rebaja del 50 por ciento de su sueldo y se extenderá por cinco años. De acuerdo a los medios españoles, sólo resta que los abogados de las partes revisen el papeleo, por lo que la confirmación oficial se daría antes del fin de semana.
Un contrato de larga duración, que nadie cree que se completará en su totalidad, y una rebaja del 50 por ciento en el salario de Messi son las dos claves del nuevo vínculo. Gracias a esas dos cuestiones, el Barcelona puede enmarcar el contrato dentro de las normas financieras que le exige la Liga, que ya anticipó que no tendrá contemplaciones con el club catalán, que arrastra una gran deuda como consecuencia de la caída de sus ingresos en medio de la pandemia de coronavirus.
La especulación que llevan adelante los medios españoles es que Messi no va a cumplir la totalidad del contrato como futbolista del club. Se estima que juegue las próximas dos campañas y luego se marche a Estados Unidos como proyecto de vida, y allí comience a ejercer como embajador del club. Ese acuerdo permitiría que el Barcelona pague en cinco años un contrato en el que Messi sólo cumpliría dos dentro de la cancha.
Para el Barcelona era imprescindible que el astro aceptara rebajar su sueldo, ya que la Liga española advirtió que el club debía adecuar su masa salarial a las normas vigentes y que no haría nínguna excepción pese a tratarse del mejor jugador del mundo. En ese sentido, el presidente de la LaLiga, Javier Tebas, reiteró este miércoles en una entrevista a un canal de Youtube que el Barcelona deberá "respetar en todo momento" el limite salarial que hay en la competición. "A no ser que haya una importante rebaja salarial en el plantel no habrá excepción para que el Barcelona pueda inscribir a Messi", amenazó Tebas, una declaración que viene repitiendo desde que el argentino quedara libre hace dos semanas.
A cumplir los reglamentos
Las autoridades de la Liga de España le impusieron a la entidad catalana un nuevo límite presupuestario para su plantel en función del último balance presentado, que registró importantes pérdidas por el efecto de la pandemia de coronavirus. Barcelona terminó la temporada pasada excedido en los 348 millones de euros autorizados para gastar y ahora debe aligerar su masa salarial en aproximadamente 200 millones para poder inscribir al capitán del seleccionado argentino y a los cuatro futbolistas incorporados durante el verano europeo en curso (Sergio Agüero, Eric García, Emerson y Memphis Depay).
Para poder cumplir con la exigencia, la dirigencia encabezada por Joan Laporta está decidida a desprenderse de todo jugador ocioso, lo que se refleja con las siete salidas concretadas en las últimas dos semanas, todavía insuficientes para cumplir el objetivo.
La escoba catalana
Obligado por las circunstacias, el Barcelona se planteó una limpieza de vestuario que se tradujo en siete desvinculaciones desde finales de junio, ocho si se considera la baja del contrato de Juan Miranda, que estaba a préstamo en Betis. Se despidieron Todibo (Niza), Matheus Fernandes (libre), Konrad de la Fuente (Olympique de Marsella), Francisco Trincao (Wolverhampton), Junior Firpo (Leeds United), Sergio Akieme (Almería) y Carles Aleñá (Getafe).
Como en ningún caso se trata de contratos significativos para el volumen total, Barcelona sigue obligado a profundizar la estrategia de salidas y los nuevos apuntados a dejar el club son el francés Samuel Umtiti, el bosnio Miralem Pjanic y el danés Martin Braithwaite, de acuerdo a lo que confirmó el diario Sport esta semana. Claro que dentro de ese plan de austeridad, que Messi haya aceptado una rebaja del 50 por ciento de su salario se convierte en la mejor noticia para las alicaídas finanzas blaugranas.