Argentina quedó atrapada en varios momentos de su historia por modelos económicos impuestos por dictaduras y gobiernos liberal-conservadores que oscilaban entre la especulación y el mito del “granero del mundo”. En un intento por dejar atrás esos paradigmas, la administración de Alberto Fernández apostó por la incentivación industrial con la ayuda de las universidades públicas, un eje clave para enfrentar la pospandemia. Gracias a un aporte millonario del Ministerio de Desarrollo Productivo, las casas de estudios superiores intensificarán su rol estratégico en el entramado industrial a partir de la creación de “Centros Universitarios PyME”, que ayudarán a fortalecer la producción de las pequeñas y medianas empresas en cadenas de valor estratégicas de las economías regionales.
A través de la Secretaría de la Pequeña y la Mediana Empresa y los Emprendedores, la cartera dirigida por Matías Kulfas utilizará un crédito del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para crear sedes universitarias que brinden servicios a las micro, pequeñas y medianas empresas regionales con el objetivo de generar una mejora en la competitividad que permita aumentar la productividad y potenciar las exportaciones provinciales.
Con una inversión de 220 millones de pesos, el Ministerio de Desarrollo Productivo ya firmó convenios con 51 universidades de todo el país para la instalación y administración de los centros PyME, en el marco del Programa de Competitividad de Economías Regionales (PROCER). Cada proyecto obtendrá financiamiento mediante aportes no reembolsables (ANR) que oscilarán entre los 3,5 millones de pesos, para los centros que asistan a las MiPyMEs y a las cadenas de valor estratégicas, y los 5 millones para aquellas instalaciones que además realicen un acompañamiento de vinculación, diagnóstico y asistencia técnica de las micro, pequeñas y medianas empresas regionales.
En diálogo con el Suplemento Universidad, el secretario de la Pequeña y Mediana Empresa y los Emprendedores, Guillermo Merediz, aseguró que “la idea es trabajar con todas las universidades” y sostuvo que la expectativa del Ministerio es que las casas de estudios superiores “cumplan un rol de acompañamiento y fortalecimiento de las cadenas de valor estratégicas de cada una de las regiones y provincias donde están las universidades”.
Del medio centenar de universidades públicas que acompañarán activamente a las PyMEs provinciales se destacan las de Jujuy (UNJu), Tres de Febrero (UNTREF) y Río Negro (UNRN), que recibirán cada una un monto superior a los 4,75 millones de pesos en aportes no reembolsables. “El esquema de trabajo que tenemos fortaleciendo a las universidades posee un rol estratégico en uno de los desafíos más importantes de nuestro país: generar valor agregado en las cadenas productivas”, sostuvo Merediz.
En la UNJu, el Centro Universitario PyME priorizará su tarea en la asistencia de tres cadenas de valor que son estratégicas en la provincia norteña: el litio, la producción agropecuaria para la exportación y la industria turística. El trabajo principal del centro será la realización de diagnósticos sobre las fortalezas y debilidades de cada una de estas cadenas junto con la identificación, formulación e implementación de proyectos de innovación para la mejora competitiva y productiva de las MiPyMEs.
El presidente del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) y rector de la UNJu, Rodolfo Tecchi, destacó a este suplemento que el centro PyME no solo trabajará con las industrias del litio, la producción agropecuaria y el turismo, sino que además “va a realizar atención a todas las micros y pequeñas y medianas empresas, independientemente de esas cadenas de valor, que necesiten asistencia técnica en todo lo que tiene que ver con el mercadeo, la administración, los sistemas y todo lo relacionado al funcionamiento de las empresas”. En ese sentido, Tecchi subrayó que las MiPyMEs “son el sector de la economía que más puestos de trabajo generan en la Argentina”.
El centro de apoyo de la UNJu funcionará en la Facultad de Ciencias Económicas, con la participación de docentes e investigadores del resto de las facultades junto con alumnos de diversas carreras que trabajarán como parte de su práctica profesional. Habrá estudiantes de la Licenciatura de Economía Política, la carrera de Contador Público Nacional y, en forma complementaria, de Comunicación Social e Ingeniería en Sistemas.
Experiencia conurbana
La participación activa del alumnado está contemplada por otras universidades. En el Centro de Innovación y Desarrollo de Empresas y Organizaciones (CIDEM) de la UNTREF funciona un Centro Universitario PyME que cuenta con un significativo aporte estudiantil. “Somos un equipo de gestión que nos nutrimos principalmente en alumnos. La mitad de la gente que trabaja en nuestro equipo es becaria que realiza con nosotros una experiencia preprofesional”, explicó el director del CIDEM, Tomás Jellinek, quien aseguró que el PROCER los está “ayudando a dar un salto cualitativo muy importante”.
“Cuando vimos la convocatoria sentimos que por primera vez había una iniciativa pensada en organizaciones como la nuestra. En casi 20 años no nos había pasado nunca; la hicieron a medida de lo que necesitamos”, afirmó Jellinek sobre el programa del Ministerio de Desarrollo Productivo que ayudó a equipar el centro de innovación instalado en la localidad bonaerense de El Palomar, que desde hace 16 años asiste a empresas del noroeste del AMBA. “Con distintas líneas, el Ministerio nos ayudó a equiparlo, a comprar los fierros, a remodelar un edificio que estaba tradicionalmente destinado a aulas y con el PROCER pudimos ponerlo en marcha, diseñarlo organizativamente, armar un esquema de funcionamiento y de gestión, empezar a dar soluciones a empresas y transformar digitalmente al CIDEM”, precisó el director a este suplemento.
Las industrias que reciben ayuda del centro PyME de la UNTREF abarcan un espectro en el que prima la “heterogeneidad”, indicó: “La mayoría son metal mecánicas, pero hay de todo: alimenticias, equipamiento médico, plásticos, químicos y también varias empresas del sector de herrajes”.
Mirar al sur
En la Patagonia, la UNRN asiste a MiPyMEs de toda la provincia a través de sus tres sedes: la Atlántica, en Viedma; la Andina, en Bariloche y El Bolsón, y la del Alto Valle y Valle Medio, que abarca Cinco Saltos, Cipolletti, Allen, General Roca, Villa Regina y Choele Choel.
Al tener que abocarse a una región productiva de una extensión considerable, la sede de la UNRN deberá ofrecer asistencia a una diversidad de economías regionales. Entre las industrias más destacadas se encuentran las cadenas de valor frutícola, turística, cervecera, vitivinícola, maderera y minera. “Donde tenemos capacidad, nosotros nos concentramos”, afirmó el rector de la UNRN, Juan Carlos Del Bello, sobre el Centro Universitario PyME que comenzará a trabajar virtualmente el 1 de agosto.
En diálogo con el Suplemento Universidad, Del Bello explicó que ese centro ya realiza, por un lado, “asistencia técnica en la producción, la gestión, la administración, las finanzas y el comercio” y, por otro, brinda ayuda sobre “planes de negocios, estudios de mercado, y hasta registros de comercio exterior y trámites de aduana”. Gracias a estos programas de capacitación, “hay muchas firmas pequeñas que están exportando y eso es muy importante”, celebró, tras remarcar el rol fundamental de las universidades estatales para superar el “riesgo técnico de fracaso en el proceso de cambio tecnológico”.
Es unánime el acompañamiento de las universidades nacionales de todo el país a esta iniciativa del Ministerio de Desarrollo Productivo, que busca unir a los sectores académico y productivo en aras del crecimiento industrial de las economías regionales. Para Jellinek (CIDEM-UNTREF), “es importante que estos dos sectores se acerquen”, ya que, en su opinión, ambos tuvieron un “divorcio histórico” en nuestro país y hasta llegaron a mirarse “con desprecio”. Por otro lado, en los países donde estos sectores se han acercado “se ha producido más y mejor conocimiento y no hay un solo caso donde esto no se verifique”, enfatizó.
El objetivo del programa PROCER, que buscará establecer proyectos en 20 provincias de cara al complejo escenario de la pospandemia, consiste en aumentar la producción mientras “se genera valor agregado”, porque eso significa “más trabajo argentino”, evaluó Merediz.
“Agregar valor implica incorporar trabajo argentino, desarrollar proyectos con mejores capacidades productivas y tecnológicas y permitir una agenda de mejora de productividad y competitividad para fortalecer la agenda exportadora. Ese es el desafío que tenemos. Y entendemos que, en ese desafío, las universidades tienen un rol estratégico”, subrayó.