Vélez Sarsfield logró una mínima ventaja (1-0) en el duelo de ida que jugó ante Barcelona de Ecuador, por una de las series de octavos de final de la Copa Libertadores. El equipo dirigido por Mauricio Pellegrino se llevó un cortado encuentro celebrado bajo la lluvia en Liniers, con una anotación de Juan Martín Lucero.
La revancha se celebrará el miércoles 21, desde las 19.15 hora argentina, en la ciudad de Guayaquil.
Vélez apostó en el comienzo a un dibujo táctico elástico que se transformó en 4-3-3, cuando Centurión, por derecha, y Bouzat, por izquierda, buscaron profundizar por las bandas.
Con el equilibrio que le dio a la zona central el tándem Cáceres-Mancuello, el equipo de Pellegrino manejó el balón en el arranque y maniató los tibios intentos de los ecuatorianos, que dependieron mucho de lo que pudiera elaborar el argentino Damián Díaz.
En la primera aproximación concreta, el local facturó, cuando Tomás Guidara levantó centro desde la derecha; el mendocino Lucero metió un cabezazo bombeado; el arquero argentino Javier Burrai se resbaló y la pelota ingresó por el poste derecho.
Aun con la ventaja a cuestas, Vélez mantuvo el ritmo dominador y dispuso de otra oportunidad para aumentar, con otro cabezazo de Lucero, que -en esta ocasión- salió desviado.
Pero el segundo período fue, por cierto, notoriamente distinto. Primero porque Vélez dejó de ocupar espacios en ofensiva, le cedió pelota y terreno a su adversario y eligió refugiarse en su propio campo.
Entonces, Barcelona, pese a que no exhibió fluidez en el funcionamiento ni traslado, se las ingenió para merodear el área contraria y buscó lastimar con disparos desde media distancia.
El elenco de Guayaquil tuvo la chance más clara para igualar, con un remate de Díaz que se fue apenas arriba del travesaño. A esa altura, el equipo de Pellegrino casi que había resignado la posibilidad de contraatacar, a partir de que Lucero (uno de los mejores del partido) colaboraba en la recuperación y en la protección de la pelota en la zona media de la cancha.
Los minutos transcurrieron y, al margen de los cambios implementados por el DT cordobés Fabián Bustos, Barcelona no tuvo profundidad ni audacia como para revertir la historia.