El Senado dio media sanción este jueves al proyecto de ley que establece un marco regulatorio de la cadena de producción, industrialización y comercialización del cannabis para uso medicinal y de investigación científica y la producción industrial del cáñamo. La iniciativa del gobierno nacional obtuvo 56 votos a favor, 5 en contra y una abstención.
La norma que ahora deberá ser aprobada por la Cámara de Diputados para convertirse en ley, dispone que la misma regirá en todo el territorio de la República Argentina con carácter de orden público. Las actividades reguladas estarán sujetas a la jurisdicción federal y cualquier incidencia que de modo directo o indirecto pudiera surgir de la aplicación de esta ley será competencia del fuero Contencioso Administrativo Federal.
El proyecto crea la Agencia Regulatoria de la Industria del Cáñamo y del Cannabis Medicinal (ARICCAME), que funcionará como organismo descentralizado en el ámbito del Ministerio de Desarrollo Productivo, será el organismo que “regulará y controlará el almacenamiento, fraccionamiento, transporte, distribución, trazabilidad y el uso de las semillas de la planta de cannabis, del cannabis y de sus productos derivados con fines medicinales o industriales, de manera coordinada con el los ministerios de Desarrollo Productivo, de Salud, de Seguridad, de Agricultura, Ganadería, de Ambiente, la ANMAT, el SENASA, el INASE, el INTA, el INTI, la AFIP, la Agencia Nacional de Laboratorios Públicos (ANLAP) y organismos públicos con competencia específica en la materia”.
La ARICCAME estará integrada por 5 miembros con rango y jerarquía de secretario o secretaria. El presidente será designado a propuesta del Ministerio de Desarrollo Productivo, y el vicepresidente a propuesta del Ministerio de Salud. Los restantes miembros del directorio serán propuestos por los ministerios de Agricultura, Ganadería y Pesca, de Ciencia, Tecnología e Innovación y de Seguridad.
El presidente de la comisión de Agricultura, Adolfo Rodríguez Saá, quien llevó adelante el plenario de comisiones que abordó el debate en la Cámara alta, fue el miembro informante del proyecto en el recinto. El senador puntano agradeció a los más de 30 expositores, de ONGs, organizaciones civiles, productores, investigadores, “invitados y propuestos por diferentes fuerzas políticas”, que con “sugerencias y correcciones han enriquecido el proyecto original”.
Rodríguez Saá se refirió a la prometedora cadena productiva que genera una “industria global y de crecimiento exponencial” para el cannabis de uso medicinal y terapéutico. También sobre la creación --según proyección de la UBA-- de 10 mil fuentes de trabajo, con inclusión de una enorme actividad científica y tecnológica en un cultivo con “cualidades ambientales importantes, que mejora el suelo al extraer contaminantes y que no demanda utilización de herbicidas”.
Elogió el trabajo “impactante” –como fruto de la ley de la organización Mamá Cultiva “para lograr tener el remedio para sus hijos” y que “esa persona enferma pueda acceder legalmente al remedio o alivio para su enfermedad”. Recordó que el cultivo de cáñamo era legal, la dictadura lo prohibió y la hizo clandestina”. Y consideró la iniciática como un “avance enorme a favor de la libertad”. Con ese motivo, incorporaron al proyecto que la producción de cannabis y cáñamo en el marco de la futura ley, sean excluidos de la ley penal de estupefacientes. Y que la ARICCAME rinda informes trimestrales al Congreso.
El proyecto también fue acompañado por senadores de distintas provincias, incluso de Juntos por el Cambio, que ya comenzaron procesos similares. La senadora radical jujeña, Silvia Diacoppo, destacó la creación en su provincia de Cannaba, una empresa sociedad del Estado para la industrialización, uso farmacéutico y comercialización del Cannabis” y ponderó la lucha y “los testimonios de dolor de las Madres del Cannabis” en un “tema demonizado”.
Sus socios políticos de JpC de Mendoza, Córdoba y Entre Ríos no acompañaron el proyecto. La macrista cordobesa Laura Rodríguez Machado sostuvo que “como liberal estoy a favor de sacar de la clandestinidad consumo cannabis”, pero dijo que votaba en contra porque “desconfío del Ejecutivo que con mayoría kirchnerista va a modificar la ley de biocombustibles, que nos prohíben la exportación de carne y nos meten retenciones campo”. La radical mendocina Pamela Verasay anunció que junto a su correligionario Julio Cobos votaban en contra por “falta de federalismo”. Lo mismo que el macrista entrerriano Alfredo De Angeli.
“Analistas financieros afirman que el negocio de la marihuana será la irrupción económica más grande desde la creación de Amazon. Esta ley es mas pro capitalista, relacionada a las mutinacionales”, dijo para justificar su voto en contra el rionegrino Alberto Weretilnek, quien consideró a la marihuana “tan dañina como el alcohol”.