Atados los últimos cabos sueltos del armado electoral de Juntos Por el Cambio en la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta se erige como verdadero vencedor de la interna opositora y avanza en su verdadero objetivo: la presidencial del 2023. Sin embargo, mientras el músculo del aparato larretista se pone en funcionamiento, hay un espacio clave que en un par de años quedará vacante y ya empezó a generar sus propias internas. Después de 16 años interrumpidos de gobierno del Pro, ¿quién ocupará la jefatura de Gobierno porteño? Martín Lousteau tiene sus ojos fijos en el puesto hace años y ya acordó con Larreta unas reglas de juego claras para que pueda competir dentro del frente (y que no se repita lo que pasó en el 2015). Entre la candidatura de Facundo Manes y Martín Tetaz, el radicalismo se entusiasma con poder finalmente "tomar el control" de JxC. Frente a esto, el Pro ya comienza a especular con qué candidates fuertes podrán ponerle un freno a la avanzada del radicalismo porteño. Los dos nombres que más circulan son el de María Eugenia Vidal y Patricia Bullrich, dos figuras que ya han establecido que tienen ambiciones presidenciales pero que en el entorno de Larreta aspiran a poder convencerlas para que jueguen de local en el 2023.
"Si fuera el Indio Solari te diría que el futuro es encantador", se entusiasma un legislador muy cercano a Martín Lousteau, parafraseando (y mezclando) dos temas distintos de Los Redondos. La candidatura de Facundo Manes en la Provincia de Buenos Aires y la de Martín Tetaz en la Ciudad inflan de confianza a un sector del radicalismo que apuesta a disputar el liderazgo opositor de cara al 2023. Socia menor de la coalición durante el gobierno de Macri, la UCR aspira a ganar protagonismo con la introducción de outsiders y figuras novedosas. El principal armador de esta estrategia es el exministro de Economía de Cristina Fernández, quien - junto al tándem de la Franja Morada, Enrique "Coti" Nosiglia y Emiliano Yacobitti - aspira a ocupar el sillón de la calle Uspallata hace años.
"Nos venimos preparando para que Martín sea jefe de Gobierno y nuestro objetivo es gobernar", aseguran desde el entorno de Lousteau. El proceso se aceleró a partir de la derrota de Cambiemos en el 2019, año en el que Martín Lousteau volvió a acercarse a Rodríguez Larreta para competir dentro de la coalición como candidato a senador. Ese año hubo un acuerdo para que no se repitiera el escenario de la elección del 2015, en la que el Pro se negó a dejarlo competir en la interna por la Jefatura de Gobierno - en la que Larreta le ganó a Gabriela Michetti - y Lousteau debió jugar por fuera con el espacio ECO. "No hubo un compromiso de Larreta a apoyar a un candidato de otro partido en el 2023, lo que hubo fue un acuerdo de reglas de juego", advierten de su espacio. ¿Qué reglas de juego? Uno, la apertura de la coalición hacia otros sectores (como el GEN de Margarita Stolbizer). Dos, y el más importante, que en el caso de no haber acuerdo al interior de JxC respecto quien sería candidato para la gobernación de la Ciudad se debe dirimir la interna en una PASO.
Frente al avance del radicalismo porteño, el Pro deberá empezar a analizar candidates que le permitan mantener el control sobre su principal terruño electoral. Uno de los principales nombres que aparecen en estas conversaciones es el de María Eugenia Vidal. Ganadora en la pulseada para encabezar la lista a diputades porteños en las elecciones de este año, la otrora "orgullosamente bonaerense" mutó a "orgullosamente porteña" y se presenta como una atractiva candidata a competir por la Jefatura de Gobierno dentro de dos años. El único inconveniente es que Vidal tiene deseo de probarse como precandidata a presidenta en el 2023, así lo dice tanto en público como en privado. "Hoy ella tiene un alcance nacional", aseguran desde su entorno, aunque advierten: "Ahora, si en un acuerdo final del 2023 le toca acompañar a Horacio y lo mejor para el espacio es que ella sea precandidata del Pro en la Ciudad, bueno, sería materia de discusión".
Más difícil está la situación con la otra candidata del Pro para la Ciudad: Patricia Bullrich. "Ella no se ve como jefa de Gobierno, es una etapa pasada que le hubiera encantado en algún momento de su vida pero ya pasó. Patricia quiere ser presidenta", aseguran los asesores de la presidenta del PRO. Sin embargo, la postulación de la exministra de Seguridad a la Jefatura de Gobierno sirve a los propósitos del plan presidencial de Rodríguez Larreta: ayuda a contener el avance del radicalismo en la Ciudad y a la vez que se la saca de encima en la interna por el sillón presidencial. Desde el oficialismo porteño toman con calma las aspiraciones de Bullrich, saben que una cosa es querer ser candidato a presidente, pero otra es tener los recursos efectivos para poder hacerlo.
A pesar de las ambiciones y especulaciones, tanto desde el entorno de Lousteau como el de Larreta aseguran que aún "falta mucho" para el 2023 y toda la concentración está puesta en ganarle al Frente de Todos en las legislativas de este año. Sin embargo, una encuesta de Hugo Haime que sondeó la imagen de les tres dirigentes empieza a dar una cierta pauta del escenario en la Ciudad: según el estudio, Martín Lousteau cuenta con una imagen positiva del 60 por ciento. No muy lejos quedaron María Eugenia Vidal (con un 58 por ciento) y Patricia Bullrich (con un 57 por ciento), pero sí es un llamado de atención al Pro si este desea seguir manteniendo el control de la enorme caja de recursos que es la Ciudad de Buenos Aires. Con un 63 por ciento de aprobación de la gestión de Larreta como jefe de Gobierno (según la misma encuesta), el triunfo de JxC en la Ciudad está prácticamente asegurado, por lo que quienquiera que sea designado como heredero o heredera de Larreta se quedará con la llave de la caja porteña.