Familiares de un joven de 19 años aprehendido por la policía luego de irrumpir en un domicilio particular a raíz de una denuncia anónima, acusaron por agresión a miembros de esa fuerza.

“Le pegaron dos veces, una mientras lo llevaban en la caja del móvil y después lo metieron en una habitación y volvió a golpearlo el mismo policía mientras los demás miraban como si nada”, expresaron los familiares, quienes aseguraron que ya realizaron la denuncia y mañana se presentarán como querellantes.

El parte policial indica que “efectivos de la Policía de la provincia lograron disolver una fiesta clandestina que se realizaba en un domicilio de calle República al 700 tras una denuncia telefónica anónima recibida por la guardia de la comisaría seccional Primera. En el marco del operativo, los numerarios debieron reducir y aprehender a un joven de 19 años que, durante el procedimiento policial atacó en reiteradas ocasiones al móvil policial que llegó al lugar, produciendo abolladuras en la unidad". También se afirma en el parte oficial que el joven "agredió verbalmente e intentó agredir físicamente al personal policial, por lo que debieron hacer uso de la fuerza pública para reducirlo y controlarlo”.

El joven es nieto del actual diputado nacional Rubén Manzi, quien se pronunció tras los hechos y denunció violencia policial contra su familiar: “Desmentimos rotundamente el parte policial. Luca no es una persona violenta y está el testimonio del dueño de casa, que asegura que no reaccionó con violencia”, sostuvo.

“Pedimos justicia frente a la violencia injustificada de la policía y los acusamos, no solo por los castigos físicos, sino por también haberlo detenido e incomunicado de manera ilegal”, remarcó Manzi.

Los hechos que Manzi relata

“Mi nieto Luca Manzi Seco, de 19 años, el viernes a la madrugada estaba reunido en el domicilio de un amigo con otras tres personas más", contó el legislador.

A las 6 horas aproximadamente, la policía llegó a la vivienda. El dueño de casa y Luca salieron a atenderlos. Los policías labraron un acta, ya que “había una reunión y la música estaba alta”. "Cuando le piden que firmen, mi nieto saca una foto al acta. Uno de los policías le aplica 'una llave', y lo tira en la caja de la camioneta. Sube, lo reduce con la rodilla en la cabeza, y le advierte que solo mire al piso. Lo trasladan a la seccional primera, y durante el trayecto le pega en forma permanente. Al llegar, a la comisaría, lo bajan y tomándolo por el cuello, lo llevan casi arrastrando al interior. Le quitan el celular, y en una oficina pequeña, el agente que le había pegado le sigue pegando frente a varios policías. Mientras lo castigaban, le dicen, que no piense que porque su padre es abogado y su abuelo esté en política, le iban a dejar de pegar, entre otras amenazas y violencias verbales", relató Manzi.

"En un momento alguno de ellos dice que ya termine y lo llevan a un calabozo manteniéndolo incomunicado.

"Por nuestra parte, enterados por uno de los amigos, nos comunicamos con el fiscal de turno, el que ordenó que se lo traslade a Sanidad Policial. En el traslado, alguien que iba en mismo móvil, le advierte que no cuente que le pegaron, porque iba a ser peor, y que volverían a pegarle al volver a la comisaría.

"En sanidad policial, el médico le pregunta si le habían pegado y él contestó que no.

"Luego fue liberado. Cuando llegó a casa contó la verdad y mostró las marcas de los golpes. Personalmente lo llevé a Sanidad Policial, donde el médico lo revisó y enmendó su informe. Espero que el Jefe de Policía, no actúe corporativamente, no es solo un policía el que perpetró un grave ilícito, es todo un turno de la comisaría primera, que fue en forma activa o pasiva cómplices. Él como cabeza de la institución, debe garantizar, que la verdad se conozca y no haya encubrimiento”.

Recién pasado el mediodía de ayer el joven fue puesto en libertad. La fiscalía penal a cargo de Hugo Costilla quedó a cargo de la causa.