El gobierno bonarense anticipó la vuelta del Plan Qunita, el programa de kits para recién nacidos, que fue desarticulado por el gobierno de Mauricio Macri a través de una operación política, judicial y mediática que cayó por inconsistente la semana pasada.
La confirmación del retorno de esa iniciativa dedicada a reducir la mortalidad por colecho en la primera infancia fue confirmada por el viceministro de Salud bonaerense, Nicolás Kreplak, quien afirmó que distintos equipos de la gestión de Axel Kicillof están estudiando algunas variantes a la idea original.
“Estamos viendo las posibilidades y alternativas” de retomar ese plan “que posibilitó mejorara muchísimo el funcionamiento de las maternidades”, haciendo que cada familia beneficiaria “cumpliera con los estándares de cuidado indispensable” para los primeros días de un recién nacido, afirmó el funcionario, que fue uno de los responsables de motorizar la propuesta del joven Santiago Ares.
De momento, la puesta en marcha de una nueva edición del Plan Qunita se activaría solamente en la provincia de Buenos Aires, pero la posibilidad es que el gobierno nacional también participe del relanzamiento. “Hay voluntad”, dijo Kreplak durante una entrevista por Radio 10.
“Es un programa que cuando llega recoge los deseos de enormes cantidades de personas, sobre todo de la comunidad de pediatría”, rescató el viceministro que participó de esa idea lanzada en 2015, antes de que concluyera el gobierno de Cristina Kirchner.
El plan Qunita y la causa armada
En los seis meses que el Qunita funcionó, se distribuyeron 74.408 kits a 289 maternidades en todo el país, de los cuales 43.600 fueron entregados a las familias. Durante ese período, se “triplicó la velocidad de reducción de la mortalidad infantil”, rescató el funcionario provincial.
Por su dimensión y el efecto que tuvo entonces, la posibilidad del relanzamiento “la venimos trabajando desde antes del fallo”, añadió Kreplak en referencia a la medida judicial del Tribunal Oral Federal 1 (TOF1), que la semana echó por tierra la denuncia iniciada por la dirigente macrista Graciela Ocaña e impulsada por el fallecido juez Claudio Bonadio, quien inclusive había dispuesto la destrucción de los elementos que componían el kit.
La denuncia había sido presentada por Ocaña no bien Mauricio Macri asumió al poder. Dijo que hubo sobreprecios en la concesión y que con ello se concretó un perjuicio a la administración pública.
Los medios de comunicación afines al macrismo magnificaron las sospechas y un sector del Poder Judicial en Comodoro Py hizo el resto. Inmediatamente, el gobierno de Cambiemos/Juntos por el Cambio desarticuló el plan.
Seis años después, la Justicia comprobó la falsedad de lo denunciado y la inexistencia de delitos, y por ello sobreseyó a todos los imputados, entre ellos a Kreplak, el ex ministros Aníbal Fernández y Daniel Gollan.
Una denuncia contra Ocaña
El objetivo del Qunita era evitar la mortalidad en hogares sin recursos, donde los bebés suelen dormir con los padres y correr el riesgo de morir por asfixia. El viceministro lamentó la desarticulación de esa iniciativa. “Cuándo el plan se perdió, se hizo que se perdieran muchas vidas que se podían haber salvado”, dijo y sostuvo que quienes lo denunciaron lo hicieron con un único fin: “La persecución política como única forma de intentar tener el poder”.
Por este motivo, el funcionario no descartó abrir un proceso judicial contra Graciela Ocaña, tal como Aníbal Fernández anunció que lo haría. “Lo vengo hablando con los abogados”, anticipó Kreplak.
También explicó las razones: “La sensación que me da es que Ocaña y algunos en los medios hacen su carrera política o de periodistas a través del engaño, la mentira y la persecución. Se dedican a esto”.
“No le conocemos a Ocaña otra cosa que no sea perseguir con inventos, porque todas las causas que hizo ella después se cayeron con mucho costo para el Estado y sistema judicial”, concluyó.