Durante el fin de semana, el río Paraná bajó otros 13 centímetros frente al puerto de la capital entrerriana, con lo que el lunes se mantenía con una altura de 33 centímetros debajo del nivel del mar, lo que configura la peor situación hídrica detectada desde 1944.
El nivel del agua también descendió en las costas de las ciudades entrerrianas de Diamante y La Paz, y se mantenía lejos de sus niveles normales frente a Victoria. El Instituto Nacional del Agua indicó que la tendencia descendente "continuará predominando en los próximos tres meses" y que julio será "especialmente crítico”.
Por ello, la previsión indica que habrá impactos en "las tomas de agua para consumo urbano, para refrigeración de centrales de generación eléctrica y de procesos industriales”.