En junio del 2021, un hogar tipo requirió de 34.580 mil pesos para no ser indigente y 64.994 mil pesos para no ser pobre en CABA, según datos de la dirección general de estadísticas y censos. En comparación con junio de 2020, una familia tipo (dos adultos de más de 35 años propietarios de su hogar con dos hijos de entre 9 y 6 años) que reside en CABA necesitó 22.425 mil pesos para no ser indigente y 44.011 mil pesos para no ser pobre.
En diálogo con PáginaI12, Martín Burgos, del Centro Cultural de la Cooperación, y Martín Vauthier, director de Anker Latinoamérica, dieron su perspectiva del por qué de este aumento y sus posibles soluciones.
“Hay varios factores, el primero tiene que ver con la inflación de alimentos que tiene varias aristas: a nivel global, los incrementos de precios internacionales, a nivel local, por el incremento del tipo de cambio oficial, a nivel sectorial, por el incremento de la demanda de carne con una oferta fija. Es el efecto de la pandemia sobre el mercado de trabajo, donde se incrementaron el desempleo y la informalidad, en el marco de una actividad que se recupera pero aún no se encuentra en sus niveles normales. En términos políticos hay que seguir de cerca la cuestión social porque hay varios estallidos a nivel global que expresan distinto tipo de malestar, pero que parecen tener en común la problemática de la inflación de alimentos y los efectos económicos de la pandemia. Es necesario que el gobierno mejore los salarios mínimos todavía más y que se refuercen los subsidios orientados a las franjas más vulnerables de la población”, señaló Burgos.
La progresión mensual de estos indicadores impulsaron al gobierno a lanzar una batería de medidas con el fin de contener el alza inflacionaria de productos básicos, en especial ligados a la alimentación. A su vez, semanas atrás, se estableció que el salario mínimo será de 27.216 mil pesos a partir del 1 de julio; de 28.080 pesos desde el 1 de agosto y 29.160 pesos a partir del 1 de septiembre. El objetivo del gobierno fue "generar todos los instrumentos necesarios para que el ingreso de los trabajadores y las trabajadoras crezca en términos reales".
“Es un problema en ambos sentidos, por un lado aumenta la canasta de consumo por estar muy vinculado a la inflación y por el otro lado los ingresos de la población no le pudieron seguir el ritmo”, explicó Vauthier.
El rubro de alimentos se ubicó por encima del nivel general de inflación en los últimos doce meses. En este sentido, Vauthier afirmó que “a la economía le está costando pasar de la recuperación a un crecimiento genuino. Considero que en estos meses podrá haber algún margen para que el salario le gane a la inflación. Para que esto se pueda mantener en el tiempo y no sea algo transitorio es muy importante que se pueda despejar la incertidumbre hacia futuro. Esto es con un programa de estabilización fiscal, monetario y financiero que permita pensar en un horizonte a más largo plazo y permita sobre todo recuperar la demanda de dinero. Fortalecer la demanda de pesos es muy importante para reducir la inercia inflacionaria, para que la inflación se vaya desacelerando no en forma transitoria sino en forma sostenida y, de esa manera, el salario pueda ir recuperándose. Lo mismo con el empleo, que haya señales para la inversión que permita justamente volver a generar empleo y que se puedan recuperar los que se perdieron".