En el Salón de Grandes Juicios comenzó este lunes la audiencia de debate por el femicidio de María Leonor Gine de 70 años, cometido en marzo del 2020. El principal acusado es su nieto, Agustín Morales, de 21 años. 

En la primera jornada del juicio declararon las cuatro hijas de la víctima, una de ellas es a la vez madre del imputado. También brindó testimonio el padre del acusado y un primo. En los relatos resaltaron los problemas con el consumo de drogas que tenía el imputado y no encontraron explicaciones para el crimen contra su abuela con quien dijeron que tenía una buena relación. 

Está previsto que el juicio se extienda hasta el 30 de julio. Se lleva a cabo con el tribunal colegiado integrado por los jueces María Gabriela González (presidenta), Carolina Sanguedolce y Pablo Farah (vocales), vocales de la Sala III.

La jornada comenzó con la lectura de la requisitoria fiscal de elevación a juicio y, a continuación, se inició la recepción de declaraciones testimoniales. En la sala estuvieron los tres imputados quienes optaron por no hacer uso de la palabra. 

Morales, nieto de la víctima, llegó al juicio acusado por homicidio agravado por el vínculo, ensañamiento, alevosía, criminis causa y por haber mediado violencia de género, en perjuicio de Gine, en concurso real con violación de medidas dispuestas por la autoridad competente para impedir la propagación de una pandemia.

Los otrxs acusadxs son el amigo de Morales, Federico Leonardo Detzel a quien conocía desde que estuvo en un centro de rehabilitación y una joven trans que se encontraba en situación de prostitución, Tania Aguirre, a quien los otros dos acusados habrían llevado al departamento de la víctima la noche del asesinato. 

Detzel y Aguirre están siendo juzgadxs por homicidio agravado por ensañamiento, alevosía, criminis causa  en concurso real con violación de las medidas dispuestas por la autoridad competente para impedir la propagación de una pandemia.

La tía del imputado, Marianela, dijo que espera justicia por su madre. Relató que el pasado 28 de marzo en la mañana recibió un llamado de su hermana María José, mamá de Morales, quien le pidió que salga a buscarlo porque un amigo del joven la había llamado para decirle que sospechaba que estaba en algún lugar consumiendo drogas. 

La tía dijo que ella era la única de la familia con permiso de circulación durante el aislamiento obligatorio ya que es funcionaria del Ministerio de Salud y por ello la hermana le pidió que lo buscara al joven, lo que hizo por distintas zonas sin hallarlo. 

Después, la mujer relató que se dirigió al departamento de su madre María Leonor Gine sobre avenida Belgrano, con quien Morales residía temporalmente. En ese momento había un vallado de la policía en la esquina debido al control de la circulación ante el aislamiento social, preventivo y obligatorio por la pandemia de Covid-19. Al lugar llegó también el hijo de Marianela, Lucas, quien brindó su testimonio en la audiencia. 

Marianela contó que nadie contestaba las llamadas, ni del celular ni del teléfono fijo, y tampoco atendían cuando junto a su hijo Lucas le tocaban el portero. Una vecina les permitió entrar al edificio para que tocaran el timbre del departamento pero tampoco había respuesta. Fueron al garage y advirtieron que no estaba el vehículo de la víctima

Entonces, la mujer informó de la situación a la policía que estaba en el vallado, cuando salió junto a su hijo Lucas a la casa de otra hermana, María Fernanda, quien tenía las llaves del departamento, en el camino cruzó al sobrino (Morales) conduciendo la camioneta Eco Sport e iba acompañado de Detzel por la calle Vicente López. 

Según contó Marianela, se puso a la par del vehículo e hizo regresar a su sobrino al edificio donde vivía con su abuela. Le pidió las llaves, pero éste le contestó que no tenía, que cuando salía su abuela le abría la puerta y que seguramente no atendía porque ella tomaba pastillas para sus dolores y se quedaba dormida. 

Marianela fue a buscar entonces las llaves a la casa de su hermana María Fernanda, la única de las hijas que tenía una copia. Al regresar, su hijo Lucas fue quien ingresó al departamento y encontró a su abuela muerta en la cocina, el joven también prestó declaración y recordó que había mucha sangre y que la mujer tenía la cara cubierta con un diario. 

El policía Nelson Iñigo, quien estaba en el vallado en la avenida, recordó que Lucas salió corriendo, que en un primer momento gritó que su abuela se había cortado las venas pero que después mencionó a su primo como sospechoso.  Iñigo subió hasta el departamento y vio la escena del crimen, recordó que en el lugar había un cuchillo con la punta doblada, dijo que la mujer ya no tenía signos vitales. 

El policía también precisó que después ingresó a ver la escena el secretario de seguridad Benjamín Cruz, quien manifestó que tenía un vínculo con la familia, el efectivo recordó que le dijo al funcionario que había un protocolo y que podía contaminar la escena, éste entró igual pero habría permanecido alrededor de dos minutos.

Mientras pasó todo lo relatado, Marianela persiguía a su sobrino quien se estaba yendo del lugar caminando y dijo que quería hacerlo volver porque ya llegaría su madre, pero ella aclaró que pensaba en ese momento que solo había sacado la camioneta e infringido la cuarentena. En el camino recibió un llamado en que le informaron que encontraron a Gine muerta y regresó al departamento. A Morales recién lo aprehendieron más tarde, por la noche.

La madre de Morales, María José, y el padre, Cristián, también declararon que esperan conocer la verdad respecto a lo sucedido. Dijeron que pese a que le preguntaron al hijo él les dijo que no recordaba nada. Ambos relataron que el hijo empezó a consumir drogas desde la adolescencia. Se enteraron cuando él le contó a la madre y le pidió ayuda para dejar su adicción. 

Los dos están separados desde que Morales era pequeño, pero mantienen una buena relación y acompañaron, junto a las tías, al joven para que realizara desintoxicaciones y rehabilitaciones, pero recaía. También indicaron que una de las personas que más lo había apoyado al imputado era su abuela Gine, quien habría decidido que estuviera con ella mientras esperaban internarlo en un centro en Buenos Aires. 

La madre dijo que no le daban dinero al joven para que no comprara droga, pero éste vendía sus zapatillas, sus celulares y el padre indicó que llegó a sustraer la batería del vehículo de su abuelo paterno para conseguir estupefacientes. Al menos dos tías indicaron que a Gine se le había perdido antes un celular y ella sospechaba que su nieto se lo había robado, también expresaron que la notaron intranquila pero nunca advirtieron que estaba en peligro.

El padre, la madre y las tres tías que declararon este lunes dijeron que Gine amaba a su nieto, que tenían una buena relación y no encuentran explicaciones para lo que pasó. Declararon que el joven no era agresivo con ellxs ni con la abuela. También el único que dijo que lo visita en el penal es su padre. La mamá relató que lo fue a ver tres veces en las que esperaba de él una explicación pero él le respondió que no recordaba, ella aseveró que no regresó.

Las hijas de Gine indicaron que ella tenía dos cajas fuertes en su vestidor. En una guardaba joyas y objetos de valor mientras que en la otra tenía sus ahorros. María Fernanda especificó que su madre estaba ahorrando para un viaje a España, y que habían contado esa plata antes y tenía alrededor de 20.000 dólares, 9.000 euros y más dinero en pesos bolivianos. Cuando encontraron a Gine asesinada, esas cajas de seguridad estaban abiertas, y se señaló en la audiencia que había un faltante de dinero aunque no se especificó cuánto.  

La requisitoria fiscal sostiene que se hizo un relevamiento de filmaciones de las cámaras de seguridad y se logró establecer que durante esa noche, Morales entró y salió varias veces del departamento de su abuela, acompañado por Detzel y Aguirre. La acusación contra lxs tres imputadxs es sostenida en el juicio por la fiscala de la Unidad de Femicidios, Mónica Poma.

El defensor público Eduardo Sángari, representa a Detzel; los abogados Horacio Morales y Matías Adet a Morales; Gabriela Arellano y Pablo Tobío ejercen la defensa de Aguirre. El abogado querellante es Marcos Luis Gorriti.