Estamos atravesadxs por ataduras que nos anteceden, por modos de crianza de los que, a veces, desconocemos sus implicancias, por mundos familiares que han funcionado como puntos de partida y referencia. Pero llega un momento en el que empezamos a sentir un peso en el cuerpo que excede lo familiar, arraigado en todas las latitudes del planeta y nos damos cuenta de que vivimos bajo un cielo poco protector.
Bajo un cielo más protector nace el último libro de Débora Tajer: Psicoanálisis para todxs. Publicado por Editorial Topía en plena pandemia del 2020. Reflexiona sobre los modos de crianza en diferentes momentos históricos; desmantela la relación entre las subjetividades y las relaciones de poder; conceptualiza las configuraciones familiares tradicionales y las actuales; cuestiona lo institucionalizado y plantea las tensiones entre el psicoanálisis y los estudios de género. Este libro es el resultado de estar muchos años trabajando la tierra, pensando e interlocutando con otrxs.
Para Tajer, profesora adjunta en la Facultad de Psicología de la UBA y Directora del Programa de Actualización en Género y Subjetividad en la misma casa de estudios, fue una decisión escribirlo en lenguaje inclusivo. Tiene la fuerza de lo que irrumpe y la potencia de lo vivo del lenguaje. Fue una pionera en publicar un libro psi usando la “x”, hasta en su título. Como así también escribir el nombre junto al apellido de lxs autorxs que cita para que lxs lectorxs puedan identificar la cantidad de pensadoras mujeres que escriben y se desarrollan en la temática. Nuestro cuerpo está afectado por el lenguaje. Entre letra y letra hay cuerpo; entre palabra y palabra, un mandato. El lenguaje nombra, nos nombra, nos encasilla pero también nos libera casi en una continuidad moebiana, porque en décimas de segundos puede volver a encarcelarnos y hacernos rehenes. El lenguaje representa y reproduce sentidos como también esconde una asimetría entre los sexos que enmascara el poder que llega a tener el lenguaje. Pero a la vez, también es potencia cuando podemos intervenirlo. La inclusión de la “x” y de la “e” hizo y hace erosionar esa asimetría.
En su libro, Tajer, hace un recorrido minucioso sobre los cambios que se han ido produciendo en las subjetividades sexuadas, en las relaciones sexoafectivas, las modificaciones en las relaciones de poder entre los géneros y la visualización de la diversidad en los cuerpos. Pone una lupa en las implicancias que trae estar bajo el cielo colonial, patriarcal y heteronormativo que aún sigue vigente.
En la Argentina hemos avanzado en perspectiva de género en diferentes ámbitos y conseguido, impulsadxs por la gran marea verde que fue crecido rizomáticamente en todo el país, la Ley de Matrimonio Igualitario (2010); la Ley de Identidad de Género (2012) y la Ley del Aborto (2020). Así mismo creamos el movimiento #NiUnaMenos (2015) y, desde hace más de 30 años, llevamos a cabo el Encuentro Nacional de Mujeres. Sin embargo, en muchas oportunidades encontramos que hay analistas que no acompañan estos avances en sus consultorios porque, según la perspectiva de Tajer, aún siguen sosteniendo un psicoanálisis que no incluye la revisión del súper yo femenino, la concepción de la histeria, el masoquismo en la feminidad, la salida de la sexualidad “normal” de la mujer: el deseo de maternidad. Psicoanálisis para todxs nos propone un acercamiento a estas cuestiones.
Nos criaron y nos hicieron creer que lo de afuera siempre es mejor. Nos hemos transformado en consumidores natos de la cultura norteamericana y europea. Las ciencias no quedan por fuera de este fenómeno. ¿Acaso ahí no estamos nosotrxs, analistas, reproduciendo esa jerarquización de poderes? Tajer plantea que deberíamos también formarnos con nuestrxs pensadores locales, a esto lo llama práctica poscolonial. Es preocupante que siga habiendo analistas que omitan en sus intervenciones las diferencias desigualadas de género, como diría Ana María Fernández, y que no escuchen los distintos modos de crianza y de relacionarse entre los géneros. Es tomando e incluyendo esos usos y costumbres que Tajer plantea una clínica pospatriarcal.
Desde hace tiempo, gracias a la militancia, la sexualidad dejó de ser entendida de manera binaria (hombre o mujer) y jerárquica para algunos sectores de la sociedad, por lo pronto falta que algunxs se quieran anoticiar de este cambio de paradigma, aunque creo que prefieren hacer oídos sordos y correr la vista para no seguir perdiendo sus privilegios, ni su estatus creado a fuerza del uso y/o abuso de poder. En términos de Tajer, sería poner en práctica una posición clínica posheteronormativa. Ojalá cada unx pueda mirar hacia arriba y encontrar un cielo protector para no seguir viendo dibujado el dolor.