Este miércoles a las 17, la Federación de Docentes de las Universidades (FEDUN) transmitirá en su canal de YouTube el corto documental Tareferos, de Claudio Altamirano. Se trata de un potente audiovisual de siete minutos de duración que da cuenta de una injusticia social: la que se consuma en los yerbales en la región del nordeste argentino. El film busca comunicar y sensibilizar sobre las causas que hacen posible la vulneración de derechos de las infancias, juventudes y familias en las plantaciones de yerba mate de la región nordeste de la Argentina. El material, concebido como una propuesta destinada al conjunto de la sociedad, tiene la intención de que las audiencias puedan comprender en su real dimensión el significado y las consecuencias que tiene para niñas, niños y adolescentes realizar trabajos destinados a los adultos. Los testimonios en primera persona, de absoluta vigencia en la actualidad, le dan rostro a una situación muchas veces invisibilizada.

El evento, que será moderado por la secretaria Adjunta de la Asociación de Docentes de la Universidad de Buenos Aires (ADUBA), Bestsabé Ollivier, contará con la presencia de Altamirano, quien dialogará sobre el film con el secretario general de la FEDUN, Daniel Ricci, y con el Doctor Javier Gortari, ex rector de la Universidad Nacional de Misiones, investigador y autor de libros y artículos sobre la cadena socioproductiva de la yerba mate.

Altamirano es Profesor Especializado en Enseñanza Primaria, Retardo mental, y en Discapacidad de la Audición, Voz y Lenguaje. Trabajó como maestro de grado en una escuela pública primaria del Bajo Flores durante quince años. Allí sintió la necesidad de dar testimonio sobre la historia de la vida de sus alumnos/as vulnerados/as socialmente. Vislumbrando el valor de la comunicación audiovisual se capacitó en el Instituto de Arte Cinematográfico. Fundó el grupo de realización audiovisual “Marina Vilte” integrado por docentes de escuelas públicas. Su opera prima fue Se alumbra la vida (1996), que retrata la vida de una alumna víctima de abuso sexual. Y El futuro ¿será para todos?, realizado en 1997, testimonia el trabajo infantil doméstico realizado por una alumna de Altamirano.

"Había una relación que se había establecido con el Ministerio de Trabajo a partir de mis documentales como maestro", cuenta Altamirano, mientras recuerda su trabajo en barrios populares con niños vulnerados en sus derechos. Hasta el momento en que hizo su segundo documental, El futuro ¿será para todos?, la Organización Internacional del Trabajo “no consideraba el trabajo cotidiano en una casa de niños y niñas al cuidado de sus hermanitos como trabajo", señala el docente y realizador. "Siendo maestro de grado y haciendo ese documental tomé la posta de denunciar el trabajo infantil doméstico", explica. A partir de eso, el Ministerio de Trabajo comenzó a utilizar el material del profesor en Jornadas de capacitación. Y en 2007, durante la gestión de Carlos Tomada, Altamirano fue convocado por la Comisión Nacional contra el Trabajo Infantil. Ese fue el germen del Tareferos, que primero surgió como un material institucional. "Luego decidí realizar el registro sobre los tareferos. Esta historia que podrá verse ahora era parte de ese material, pero no era la preponderante", aclara Altamirano.

Una imagen del corto

-En otras exhibiciones que ha tenido el corto, ¿cuáles fueron las reacciones ante la vulneración de los derechos de las infancias?

-Las miradas son de mucho compromiso y de mucha reflexión y la mayoría coincidimos en que las causas que hacen al trabajo infantil son la explotación y la pobreza. Entonces, debe haber estrategias de resolución que vayan a la causa del trabajo infantil.

-¿Cree que en zona socialmente invisibilizadas es más difícil hacer cumplir los derechos de los niños que en zonas urbanas?

-Más que por creencia, diría por una cuestión empírica que no es así porque en las ciudades también está invisibilizado el trabajo infantil: los niños que lustran botas, los que están en la esquina haciendo malabares, los que abren las puertas de los taxis. Y lo que es peor: invisibilizado y naturalizado. Y con el tema de la tarefa, por ejemplo, hay invisibilización y hay naturalización, pero también hay resistencia.

-¿De quiénes?

-Los compañeros se organizan. Hay distintas agrupaciones que llevan adelante el trabajo de concientización sobre estas temáticas. Incluso, hay propuestas de leyes para que solamente se pueda vender la yerba mate si se verifica que está libre de trabajo infantil, que es una propuesta interesante.

-Teniendo en cuenta que usted profesor especializado en Enseñanza Primaria, Retardo mental, y en Discapacidad de la Audición, Voz y Lenguaje, ¿vio casos de chicos con esas problemáticas que fueran explotados?

-No, no vi específicamente trabajando con esas discapacidades. Esto no implica que no haya. Lo que yo pueda percibir no es el mundo sino una visión del mundo, una parte chiquita de algo que puedo conocer. Tengo información de que existiría, pero que yo pueda decir en tal lado, en tal lugar, no.

-¿Por qué cree que sigue existiendo el trabajo infantil en democracia?

-Fundamentalmente porque hay explotación y el Estado debe intervenir y debe generar estrategias de resolución. Y esa estrategia es atacar la causa de la explotación y atacar las causas que hacen a la pobreza. Si una familia, un padre y una madre tienen que ir a la tarefa, y con sus salarios pudieran vivir dignamente, tener su hogar, acceso a la alimentación sin problemas, todos los derechos que tenemos como seres humanos, no necesitarían que los niños y las niñas fueran. En eso, el documental es elocuente. Tienen que trabajar más horas con una paga mínima, muchas veces es trabajo no registrado. Por ley está prohibido que los niños menores de 16 años trabajen. Y hay un permiso para los de 16, 17 y 18, que es de tres horas diarias, o sea, quince semanales. Entonces, es parte de un trabajo familiar, pero indubitablemente los pibes tienen que ir porque si no, no alcanza ese salario. Y ni hablemos con los aumentos de precios y la inflación que no hay acceso a los alimentos porque se encarecen. Entonces, ahí está la génesis de por qué existe y se incrementa el tema del trabajo infantil.

-La Organización de Naciones Unidas declaró al 2021 Año Internacional para Eliminación del Trabajo Infantil. ¿Cree que eso es posible o se trata de una gran utopía?

-Yo creo que es una utopía que debemos imperativamente construir entre todos. Son metas, objetivos, deseos. El tema es cómo y qué hacemos. Más allá de los buenos deseos, está el tema. Un primer paso es concientizar a la sociedad de esta temática.