La policía del estado de Minas Gerais justificó este miércoles el uso de gas lacrimógeno y gas pimienta contra integrantes del plantel de Boca en la zona de vestuarios del estadio Mineirao al afirmar que esa acción permitió "evitar la confrontación" con jugadores del club Atlético Mineiro y para garantizar la seguridad de los árbitros.

"Los gases fueron una intervención puntual que evitó la confrontación", dijo el vocero de la Policía Militarizada de Minas Gerais, Flavio Santiago, luego de la declaración de once personas consideradas víctimas, entre policías, agentes de seguridad y árbitros. "Hubo un intento de invasión en el vestuario de Atlético Mineiro, hubo actos de vandalismo rompiendo patrimonio del estadio Mineirao", comentó el portavoz.

Según el teniente Santiago, también fue agredido un árbitro brasileño que formaba parte del grupo de apoyo al arbitraje del partido, cuestionado por haber anulado con el uso del VAR un gol que Boca considera legítimo y que en el momento del tanto no había sido cuestionado por los jugadores del Atlético Mineiro.

"Hubo policías lesionados y también víctimas de desacato. Todo el quipo de árbitros de Conmebol está configurada como víctima. Hay ocho acusados y once víctimas", comentó el funcionario a la prensa brasileña. La Policía Militarizada fue la que intervino en la seguridad del Mineiro y la que elevó las acusaciones. Los jugadores de Boca y las personas consideradas víctimas declararon durante toda la madrugada en el Ceflan 4, comisaría central de la Policía Civil (investigaciones). Efectivos de otras comisarías de Belo Horizonete fueron llevados al lugar para ayudar a acelerar la toma de declaración.

Los dos ómnibus con la delegación de Boca permanecieron estacionados frente a la comisaría, en el barrio Alipio de Mello, con las calle bloqueada por patrulleros, según imágenes de medios locales. Está previsto que el vuelo de Boca -que perdió el que tenía previsto por el escándalo- salga entre las 15 y 15.30 del aeropuerto de Confins, en las afueras de Belo Horizonte.