Vélez Sarsfield cometió variados errores y se quedó afuera de la Copa Libertadores, al perder como visitante en Guayaquil 3-1 ante Barcelona de Ecuador, en el partido revancha de una de las series de octavos de final del máximo certamen de clubes del continente.
El elenco ecuatoriano, que dirige el DT argentino Fabián Bustos, se impuso en el tanteador global por 3-2, a partir de que había caído por un gol de diferencia (0-1) en el cotejo de ida disputado en Liniers la semana pasada.
Adonis Preciado, Gabriel Cortez de penal y Jonathan Perlaza anotaron para el conjunto de Guayaquil. El delantero Juan Martín Lucero, como había ocurrido en Liniers, marcó para el equipo del DT Mauricio Pellegrino.
Vélez pagó caro precio a sus errores. Primero, en la mitad inicial, por asumir una postura extremadamente cautelosa que le permitió a su rival manejar la pelota, aún sin exhibir una profundidad que pudiera lastimar seguido al arquero Lucas Hoyos.
Pero lo cierto es que Barcelona fue acercándose al área rival, de a poco, y fue haciendo los méritos para situarse arriba, a partir de un cabezazo de Williams Riveros (ex Temperley y Flandria), que se estrelló en el travesaño.
En la siguiente maniobra consistente, el equipo local cantó gol, cuando Carlos Garcés picó al vacío y arrastró marcas pero –inteligentemente- cedió a Preciado, quien aprovechó la apurada salida de Hoyos para mandar la pelota a la red, con un caño incluido.
Con el tanto, Barcelona fortaleció el dominio, asfixiando la salida del adversario y provocándole pérdidas en la zona central, donde el tándem Cáseres-Mancuello se mostró particularmente incómodo.
En el segundo período, en la primera incursión a fondo, el equipo de Liniers llegó al empate, a través del mendocino Lucero.
Parecía que el equilibrio le permitía a los dirigidos por Pellegrino sostenerse unos metros más adelante en el campo, y esa situación empezó a confundir al equipo ‘amarillo’, cuyo presidente es el argentino Alejandro Alfaro Moreno (ex delantero de Platense e Independiente).
Cuando Vélez no soportaba ningún asedio y el encuentro se había tornado más que equilibrado, un evitable penal del ingresado Nazareno Romero le permitió a Cortez (a él le cometieron la infracción) cambiar penal por gol: 2-1.
Más allá del ingreso de Luca Orellano, que brindó algo más de explosión al ataque visitante, el equipo de Pellegrino desatendió cuestiones defensivas y terminó colaborando para que Barcelona extendiera la diferencia.
Y así ocurrió a los 35 minutos, cuando Guidara y De los Santos mostraron falta de coordinación en un rechazo defensivo, circunstancia que fue aprovechada por Perlaza para meter un sablazo bajo, que se tradujo en el 3-1 definitivo.