Este jueves se realizó la reunión conjunta de ministros de Medio Ambiente del G-20, cuyo eje fue el apoyo a la agenda de descarbonización en la generación de energía. La nota de color estuvo puesta afuera del hotel de Nápoles en donde se llevaron adelante las reuniones. La organización Avaaz aprovechó la oportunidad y organizó una protesta con caretas de Diego Maradona, ídolo napolitano, para reforzar el planteo del gobierno argentino acerca de la implementación de acciones de canje de deuda pública por protección ambiental y para el apoyo de la inversión en favor de la transición energética.
Del encuentro ministerial participó el titular de la cartera de Medio Ambiente, Juan Cabandié. "Debemos tener un diálogo honesto para construir acuerdos orientados a diseñar mecanismos innovadores que permitan un inicio urgente de la acción por el ambiente y por el clima”, dijo el funcionario y se refirió especialmente a la necesidad de "impulsar un canje de deuda por acción ambiental y climática”.
“Dicho canje consiste en que los países elaboren planes de mitigación y adaptación contundentes y ambiciosos conforme a sus condiciones y circunstancias nacionales y que una porción de la deuda se oriente a su implementación efectiva. Los beneficios de estas inversiones permitirán una recuperación económica en línea con los compromisos asumidos en el marco del Acuerdo de París”, explicó Cabandié.
Canje ambiental
La protesta de Avaaz en las calles de Nápoles estuvo acompañada por una campaña en en las redes sociales y en el diario Financial Times. Los reclamos de la organización consisten en un "llamado a los países ricos del G-20 a reconocer su deuda ecológica y a comprometer financiamiento concreto en las acciones para mitigar el cambio climático y la pérdida de la biodiversidad".
“Cada vez es más claro que proteger el ambiente es la única salida para estabilizar nuestras economías, idea que ha sido reconocida por los ministros de Finanzas del G-20, al indicar que son prioridades urgentes” explicó Oscar Soria, director de campañas de Avaaz. El planteo de la organización está en línea con el del gobierno nacional.
La organización advierte que "el presidente de la 26a Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, el brítánico Alok Sharma, tiene un poderoso menú de herramientas para que el 50 por ciento de la financiación disponible se dirija rápidamente para atender la adaptación climática, ya que los impactos medioambientales negativos se han vuelto cada vez más severos, no sólo en los países en desarrollo, sino también aquí en Europa".
Una de los reclamos concretos de Avaaz es que "Estados Unidos ponga a disposición urgentemente 100 mil millones de dólares en financiamiento climático" y que el país del norte ejerza "toda su influencia para forzar una reforma financiera para que el dinero destinado al pago de la deuda soberana se oriente ahora a pagar la deuda ecológica, atendiendo especialmente a las crisis gemelas del cambio climático y la pérdida de biodiversidad".
El rol del Sur
"Las naciones en desarrollo no deben quedarse esperando sino que tienen que presentar propuestas para cambiar las reglas que generan inequidad e incentivos destructivos para el medio ambiente. En este sentido, los ministros Juan Cabandié de Argentina y Barbara Creecy de Sudáfrica son vistos no sólo como defensores de los derechos humanos sino como potenciales interlocutores del Sur Global para presentar una visión que subraye que la recuperación económica, social y ecológica van de la mano. Argentina y Sudáfrica tienen la oportunidad y la responsabilidad de liderar el llamado del Sur Global para reconocer la deuda ecológica contraída por los países ricos y reorientar las finanzas de la deuda soberana hacia una recuperación justa y verde para los países en desarrollo”, dijo Soria.
La organización recordó que “el mundo enfrenta una crisis climática sin precedentes: hay graves inundaciones en el norte y temperaturas a la alza que incrementan los incendios forestales en diversas latitudes. Actualmente en Argentina, el río Paraná registra la mayor bajada en los últimos 70 años, que trae consigo sequías y otras afectaciones para las poblaciones que dependen de este afluente”.
Los países que conforman el G-20 representan un 80 por ciento de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, que son los principales responsables del calentamiento global. En estas naciones, los subsidios para favorecer las actividades que son perjudiciales para el medio ambiente fueron al menos cinco veces mayores a los gastos incurridos para proteger los ecosistemas.