Amanecer en Villa Primavera. Vecino del barrio Villa Primavera, Guillermo Cazón, el actual preparador físico del seleccionado argentino de handball habla desde la lejana Japón, en donde hoy el equipo debutará en los Juegos Olímpicos, pero lo siente como si estuviera caminando las mismas baldosas que lo vieron crecer.
“Mis calles son Tomás Arias, Echenique y Coronel Vidt. Mi casa atravesaba toda la cuadra. Fui a la Escuela Juan Carlos Dávalos, la del barrio, y tengo unos recuerdos impresionantes porque muchas de las cosas que soy hoy, salieron de ahí”.
Guillermo, el Negro, como lo conocen todos, retrata cada uno de aquellos pasos de la infancia. “Mi barrio estaba lleno de amigos. Un barrio de jugar en las esquinas, de andar en bicicleta, de ir a la escuela corriendo, los mejores recuerdos tengo. Mas allá de que hoy viva en Núñez, sobre la avenida Libertador, eso no me quita para nada saber que soy de una hermosa provincia que es Salta donde aprendí un montón de cosas”.
“A mi papá le decían Camioncito, jugaba al básquet en el Club Gimnasia y Tiro. También jugó algún tiempo al fútbol. Siempre nos inculcó el deporte. Lamentablemente, falleció cuando yo tenía 18, unos cuantos años atrás”, recuerda el Negro con emoción. “Mi papá era un gran deportista, un tipo con muchos principios. De hecho hoy, cuando recuerdo las cosas que me pasan, una lágrima siempre se me cae. Yo sé que él me ve, pero me hubiese gustado que me disfrute un poquito más”.
“Mi mamá es María del Carmen, siempre la visito. Mis hermanos también son muy deportistas. El más queso de todos era yo”, cuenta entre risas.
Se asoma el deportista
La adolescencia del Negro Cazón lo llevó hasta la Escuela Técnica N° 2, donde fue asomando otra faceta que lo acompañará durante su vida.
“La adolescencia fue algo increíble. Mi hermana era preceptora de la Técnica 2, Alberto Einstein, y me interesaba mucho todo lo que es el aspecto técnico. Así que rendí el ingreso y entré al colegio. Pero la característica que tenía la escuela, era el tema del deporte. Se hacía mucho atletismo con el profesor Nazario. Después vino el Toto Lozano que nos enseñaba handball”.
Guillermo comenta un viaje que marcó su vida. Fue cuando con un grupo de estudiantes-deportistas de la Técnica 2 viajaron a Italia a jugar un torneo. “Fuimos con un gran esfuerzo de los padres. Recuerdo que viajamos hasta Córdoba y ahí tomamos el avión de Aerolíneas Argentinas que nos llevó a Italia. Éramos 16 adolescentes con un solo profe viajando a Europa. Una cosa impresionante”.
Como una especie de destino que se va delineando, el pibe de Villa Primavera viajaba a Europa por primera vez, algo que luego sería una constante en su devenir profesional.
“Comencé a jugar al handball en el colegio. Tampoco siendo un gran jugador, era arquero, pero me empecé a destacar, empecé a jugar bien. Ahí fui a un torneo nacional de mayores en Río Negro, con 16 años, antes de Italia. Ahí me ven jugar con los mayores de toda Argentina y me llaman para la selección junior. En esa selección quedé y me fui a Buenos Aires”.
Bien podría el Negro Cazón seguir contando su derrotero profesional, pero una y otra vez, vuelve a las fuentes, a aquellos momentos que cimentaron el profesional que es hoy.
“Mis compañeros de la Técnica 2 me marcaron en muchas cosas. El colegio me brindó la posibilidad de aprender, de tener muy buenos docentes y también fomentar la parte del deporte. Yo soy consecuencia de la educación que me dió mi provincia y mis amigos”.
El Negro continúa el relato: “Estamos un grupo de wasap con mi promoción y les agradezco todos los días lo que aprendí de ellos. Por ejemplo, cuando yo estaba todo el tiempo entrenando, tenía mis compañeros que me pasaban las tareas, o me ayudaban a rendir algún examen. Eso es muy importante”.
Hacia la gran ciudad
“Me fui a Buenos Aires a jugar con la Selección y a jugar en River. Cuando me fui lo hice con las mejores expectativas. Me dieron una beca para vivir en el Cenard (Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo) y ahí estuve 10 años. Después estudié el profesorado de Educación Física Romero Brest. Es muy duro el desarraigo, pero al tener mi familia que todo el tiempo me alentaba para que yo siga, eso me generó un montón de cosas positivas”.
Vivir en el Cenard, llenó al joven Cazón de posibilidades, al estar rodeado constantemente de los mejores deportistas de alto rendimiento de la Argentina.
“A partir de conocer mucha gente, tuve la oportunidad de trabajar en el Hindú Club de rugby. Gracias a eso soy muy amigo de Gonzalo Quesada y Nicolás Fernández Miranda, hoy entrenadores de Los Pumas. De hecho, mi hija se llama Miranda por Nicolás”.
La humildad de Guillermo Cazón lo vuelve reflexivo ante sus propias palabras. En enero de 2021 Argentina jugaba un definitorio partido en el Mundial de Handball en Egipto. Es esa ocasión el Negro impartió una arenga histórica.
“Yo no se si seré un gran preparador físico, pero trato siempre de motivar al equipo y me toca hacerlo antes de entrar a la cancha. He aprendido a hablar en el momento que hay que hablar, o quedarme callado cuando hay que quedarse callado. Cuando expreso lo que digo es lo que siento en el momento y no programo lo que voy a decir. Yo creo yo que en la vida hay que aprovechar las oportunidades, vivir con alegría, con felicidad, más que nada”, dice en referencia a algunos pasajes de aquella arenga. “Siempre me manejé con esos valores, pero eso es gracias a mi colegio Juan Carlos Dávalos, a Villa Primavera, a la Técnica 2, a mi papá, mi mamá, mis hermanos, mis amigos, mi mujer, mis hijos, (gracias a ellos) soy esto que soy”.
Un salteño tres veces olímpico
Londres 2012, Río de Janeiro 2016 y ahora Tokio 2021, tuvieron al chango de Villa Primavera como protagonista de la competencia mayor del deporte mundial. Nada más ni nada menos que tres veces olímpico fue el salteño Guillermo Cazón.
“Sinceramente, no he sido consciente de todo esto por ahora. El primer juego fue ir a Disney, no entendía nada, era impresionante. El segundo fue distinto, ya sabía lo que venía. Y el tercero, éste, ya sé como es y es algo muy complicado. Lo quiero disfrutar, pero se que es muy difícil que te pase cuando uno tiene objetivos claros con respecto al equipo”.
“Creo que cuando entre a la Villa Olímpica seguramente me ponga a llorar, porque soy medio llorón. Todos me ven como un negro grandote pero... siempre agradezco estar donde estoy. Todo esto es un resumen de lo que hace que el Negro, sea el Negro Cazón”, remata emocionado el preparador físico de Los Gladiadores.
Todavía sorprendido por la sociedad japonesa, su cultura y el orden en cada uno de los matices de la vida, el Negro vive un nuevo juego olímpico en tierras lejanas.
Concentrado en la tarea y el objetivo del equipo de handball, se ilusiona con un escalón más en el progreso de un conjunto que nunca dejó de crecer deportivamente en los últimos años.
Como una última elipsis que siempre lo trae a su tierra natal, el Negro remata: “Cuando voy a Salta, voy a mi barrio ¡a Primavera! Me siento en la esquina de Tomás Arias y Echenique a comer una naranja al mediodía con el sol. Después camino hasta la cancha de Rivadavia a ver como juegan al fútbol. Camino y disfruto de los olores, de los recuerdos que uno tiene. Se me pasa toda la infancia por delante. Realmente, soy un agradecido de la vida”.
El Negro Guillermo Cazón hoy comienza otro sueño olímpico. Desde lo más alto del deporte mundial mantiene firmes los postulados que forjó en las calles del barrio con sus mas íntimos compañeros, amigos y docentes. Valores que solo recuerdan aquellos que, en pequeñas historias, se convierten en grandes referentes trascendiendo el tiempo y las generaciones.
Debut esta noche contra Francia
Los Gladiadores están el Grupo A de los Juegos de Tokio 2020 y debutarán esta noche a las 23 (horario argentino) contra el seleccionado de Francia.
El segundo encuentro será el domingo a la misma hora contra Alemania. El miércoles a la madrugada (4.15) será el turno de Noruega. Y el jueves a las 21 se dará el clásico sudamericano contra Brasil.
La fase de grupo la cerrará Argentina nada menos que con una de las potencias mundiales de este deporte: España (2.15). El objetivo del equipo es terminar entre los primeros cuatro para clasificar a la siguiente fase.
Todos los encuentros del handball en Tokio 2020 se jugarán el Gimnasio Nacional Yoyogi, un estadio cubierto con una capacidad para 13291 espectadores