El inicio de la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos Tokio 2020 tuvo la presencia de una atleta corriendo silenciosamente en una cinta. La idea principal era reflejar el esfuerzo que tuvieron que hacer todos los deportistas en la pandemia para seguir con su carrera deportiva. Algunos tuvieron que adaptar sus hogares y entrenar como podían y con lo que tenían, ya que las restricciones no le permitían seguir con sus trabajos diarios.
Pero la historia de Arisa Tsubasa, protagonista de ese silencio que dice mucho, es muy particular. Ella es boxeadora y a la vez estuvo en la primera línea contra la lucha del coronavirus siendo enfermera en su país. Arisa abrió la ceremonia corriendo en la cinta y mostrando el sacrificio de cada atleta.
Su relación con el boxeo comenzó en el 2018 cuando decidió practicar este deporte para perder peso y mantenerse saludable. De ahí nació una pasión que nunca creyó que iba a surgir y que le permitió conseguir el campeonato japonés y también terminar siendo seleccionada para estar en el equipo nacional.
Pero desgraciadamente su esfuerzo contrarreloj no llegó a buen puerto. Estuvo practicando horas y horas para los clasificatorios de Tokio 2020, pero el Comité Olímpico Internacional decidió suspenderlos por la pandemia y asignar aquellos lugares según las clasificaciones de años anteriores.
De esta manera Arisa se quedó sin el sueño de competir en sus primeros Juegos Olímpicos, pero por ser considerada una gran atleta, el COI la eligió para ser la protagonista en la apertura.
Aun así, ella siguió entrenando y luchando contra el virus en el hospital donde trabaja. Su pasión por la enfermería nació gracias a sus padres que la convencieron a que estudie y obtenga nuevos y mejores conocimientos para su vida.
Aquella historia que se cuenta en silencio en una cinta, es la voz de todos aquellos que lucharon para seguir sus sueños, pero también de los que le hicieron frente a una pandemia que sigue azotando al mundo entero.