Las criptomonedas son un protagonista estelar del circo financiero de las principales economías desarrolladas. Multimillonarios como Elon Musk mueven el precio del bitcoin para arriba o para abajo según su estado de ánimo, mientras que los países siguen dubitativos para definir una hoja de ruta consistente respecto de qué debe y no debe hacerse con los criptoactivos y las monedas digitales. El lobby de las finanzas estadounidense, por el momento, parece el gran ganador de esta falta de definiciones.
La contratacara de este proceso es China con una planificación de largo plazo para poder aprovechar las nuevas tecnologías y darle una dirección a la digitalización del dinero. No sólo tiene limitado el intercambio de criptomonedas, sino que avanza a paso firme para desarmar los negocios de minería de bitcoin instalados en ese país. Hasta el año pasado concentraba cerca del 75 por ciento de esa actividad.
Esta estrategia de prohibir el uso y la producción de monedas digitales privadas no es el punto más importante y posiblemente tampoco el más interesante. China se destaca porque es el pionero en el desarrollo de su moneda digital. La semana pasada la segunda economía del mundo presentó un documento oficial con los detalles del nivel de avance y los próximos pasos para impulsar el yuan digital.
Medios de pago
Para los economistas, los ingenieros en sistemas, los especialistas en medios de pago y los amantes de las tecnologías el informe es muy revelador. Describe con una claridad sorprendente la visión con la que se desarrolla el yuan digital, la forma en que se espera que evolucionen los sistemas de pago y financieros, los desafíos que deben resolverse a futuro y el impacto que tendrá para coordinar el mercado interno.
China menciona que su economía está pasando de un crecimiento de alta velocidad a un crecimiento de alta calidad. En este movimiento hacia el desarrollo la innovación tecnológica se considera uno de los principales catalizadores. Big data, cloud computing, inteligencia artificial, blockchain e internet de las cosas son algunas de las apuestas con las que se busca impulsar el avance de la economía digital.
Para conseguir que ese desarrollo sea sustentable China también cree fundamental contar con una red de pago electrónica más segura, interoperable e inclusiva que pueda adaptarse a las transformaciones de la sociedad. Compras online, trabajo a distancia y la educación remota forman parte de los nuevos patrones de comportamiento de la población que parecen no tener vuelta atrás.
El yuan digital es en esta perspectiva un bien público que brinda la infraestructura de pagos necesaria para sostener la expansión de los negocios digitales en los próximos años y complementar el uso de los billetes físicos cada vez menos demandados. En China casi la mitad de la población no usa efectivo en ninguna transacción y cerca de un 70 por ciento de todas las transacciones se realizan a través de medios de pago electrónicos.
Pensar la moneda
China garantiza con su moneda digital las mismas propiedades de los billetes (medio de cambio, unidad de cuenta y reserva de valor), al tiempo que se agregan otras innovaciones potentes. Su moneda digital incorpora en su protocolo el uso de contratos inteligentes que permiten agregar lógica al movimiento del dinero. No es un punto menor porque modifica en 180 grados la forma de pensar la moneda y potencia las posibilidades de desarrollar nuevas estrategias de política económica.
El yuan digital podrá utilizarse a través de aplicaciones para celular pero también se incorpora a distintos dispositivos aprovechando el internet de las cosas. Por ejemplo se encuentran en modo de prueba esquemas de pago y de cobro integrados directamente a las vestimentas de los individuos.
Por ahora la moneda digital se concentrará en los pagos minoristas del mercado interno chino, aunque tiene preparadas funciones para interoperar con redes de otros países para facilitar los pagos transfronterizos. Los turistas que lleguen a China tendrán la posibilidad de descargarse una billetera para poder usar yuanes digitales. Los movimientos de dinero serán anónimos como ocurre con los billetes físicos pero con límites preestablecidos. Para montos de transferencia elevados habrá validación de identidad.
Por el momento, la moneda digital fue probada con más de 20 millones de personas y casi 4 millones de empresas de distintos tamaños. Las autoridades privilegian realizar una distribución gradual para evitar problemas y cubrir todos los escenarios de conflictos posibles. Se verificaron distintos casos de uso que van desde pago de servicios públicos hasta transporte o pagos en restaurantes. Se hicieron más de 70 millones de movimientos por un valor de 34 mil millones de yuanes cubriendo a las grandes ciudades y regiones del interior. En 2022 podría estar plenamente distribuida coincidiendo con los juegos olímpicos de invierno.