El conserje del edificio de la Belgrano al 900 de la ciudad de Salta, donde vivía y fue asesinada María Leonar Gine (70), declaró ayer que "tipo 7.30 de la tarde" del 27 de marzo último "la señora Tita" lo hizo llamar, le pidió que le recibiera el agua en bidones que iba a traer la empresa proveedora, y que viera sus plantas. El testigo dijo que la mujer estaba tomando té en el balcón del departamento y su nieto Agustín Morales, ahora acusado por el crimen, estaba al lado.
El conserje Víctor Salazar dijo que conversó unos diez minutos con la muer, y aseguró que "nunca vio nada raro". El conserje se mostró conmovido por la muerte de Gine: “Todos los días paso por el pasillo limpiando y me acuerdo de ella, rezo”, dijo llorando.
Según la pericia integral realizada por especialistas del Cuerpo de Investigaciones Fiscales (CIF) y un perito de parte, poco después, entre las 19.51 y las 20.57 de ese mismo día, Gine fue asesinada a cuchilladas por su nieto, en la cocina del departamento que por esos días compartían.
Ayer también declaró la empleada doméstica de Gine. Contó que ese día estuvo cumpliendo sus tareas en el departamento desde las 9 de la mañana hasta las 15.15 o 15.30 y que estaba "todo normal".
La empleada relató que Gine le había contado que Agustín tenía problemas de adicciones a las drogas, que le pedía dinero, pero ella decía que amaba a su nieto y no podía dejarlo solo. La mucama dijo que le recomendó que cuando el joven le pidiera dinero, se lo diera para no ponerlo nervioso. "Él, cuando le pedía dinero a ella, bajaba, volvía, iba al baño, siempre quedaba un olor raro" de lo que fumaba, que "era más fuerte que el tabaco", describió.
La mujer añadió que Agustín Morales era respetuoso con ella y que se mostraba cariñoso y servicial con su abuela. Aseguró que "nunca" vio que tratara mal a Gine, aunque recordó que una vez la vio con moretones en los brazos, y que la mujer le explicó que se había resbalado porque estaba sin el bastón. La empleada dijo que ahora duda si fue así o las marcas eran de "golpes" o "agarrones".
Una llamada de madrugada
Sobre el final de la audiencia declaró, vía videconferencia, el oficial principal Juan Pablo Sánchez, que integraba el equipo de investigaciones del Cuerpo de Investigaciones Fiscales. Aseguró que a la 1.04 del 28 de marzo hubo una llamada entrante al teléfono fijo de la víctima y que fue atendida.
El oficial consideró que este dato es de interés en la causa, ya que se sospechaba que quien atendió esa llamada pudo haber sido Gine, porque a esa hora no había otras personas en el departamento. Los hombres acusados, Agustín Morales y su amigo Federico Detzel, habían salido del edificio, lo que se puede corrobarar con las cámaras de seguridad. Y la tercera acusada, la joven trans Tania Aguirre, todavía no había ingresado. Pero la cuestión es que para esa hora ya la mujer estaba muerta, según la conclusión de lxs peritxs.
La llamada entrante fue, al parecer del remisero Omar Ruiz, que ayer dijo que llamó a Agustín para verificar si todavía requería el servicio de un viaje, que el joven había pedido un rato antes. El remisero dijo que esta llamada fue alrededor de la 1.04, que no recordaba si lo atendieron, aunque creía que había ingresado al contestador automático.
El oficial Sánchez aseguró que esa llamada fue atendida, y que duró 19 segundos. Sobre la base de consultas realizadas a las empresas de telefonía, dijo que el sistema podía detectar si una llamada entraba al buzón de voz o era atendida. En este caso, afirmó que ese llamado no se derivó al contestador, aunque no explicó el mecanismo para diferenciar si alguien levantó el tubo, aunque no habló, o si la llamada figuró como hecha porque se activó el contestador.
Sánchez estuvo a cargo del análisis de las comunicaciones telefónicas entre el 27 y 28 de marzo de 2020. Contó que se contactó con las empresas prestatarias de las líneas de teléfono fijo y celular de la víctima y consiguió las sábanas de las llamadas entrantes y salientes.
Además del escaso tiempo que duró esa llamada, la afirmación del policía choca con los otros datos aportados por lxs peritxs, que han llegado a la conclusión de que Giné fue asesinada entre las 19.51 y las 20.57 del día 27.
Las pruebas periciales expuestas señalaron solo al nieto de Gine, Agustín Morales, como el único agresor en la escena del crimen, cometido en la cocina del departamento de la víctima, con quien el acusado residía de forma temporal. La acusación contra Morales es por femicidio ya que lo imputaron con los agravantes dados por el vínculo que tenía con la víctima y por haber mediado violencia de género, además se lo acusa de haber actuado con ensañamiento, alevosía y criminis causa (matar para ocultar otro delito).
También están acusados Detzel, un joven al que Morales llevó al departamento en la noche del 27 de marzo, y Aguirre una mujer trans que se encontraba en situación de prostitución en la madrugada del 28 de marzo y fue levantada de la calle por estos dos varones en el vehículo de la víctima y llevada al departamento a las 1.51. Para lxs peritxs que realizaron la pericia integral, tanto Detzel como Aguirre llegaron al departamento cuando ya Gine estaba muerta y, como estaba en la cocina con la puerta cerrada, se presume que ni siquiera vieron el cuerpo.
A pesar de que no se encontraron rastros de ellxs en el lugar exacto del crimen, ambos fueron acusadxs y se les está juzgando por homicidio agravado por ensañamiento, alevosía y criminis causa. En la audiencia de anteayer, la fiscala Mónica Poma añadió "encubrimiento" a la acusación contra ellxs.
En la jornada del viernes también declaró el inquilino de Gine, que vivía en un departamento interno cuya división fue hecha con material durlock. El hombre dijo que había pagado el alquiler a la víctima "uno o dos días" antes. También recordó que dos o tres días antes Morales le había pedido prestados $500.
Aunque el departamento del inquilino tenía el divisorio que daba con la cocina de la víctima, donde se cometió el crimen, éste afirmó que no escuchó ruidos. A la hora en que se cometió el asesinato habría estado dormido. El hombre trabajaba por la noche de 22 a 6 de lunes a viernes, el 27 de marzo volvió y se acostó a dormir en su habitación, se levantó como a las 13 o 14 y se volvió a dormir alrededor de las 16 hasta las 20.30 aproximadamente. Luego estuvo despierto por la madrugada hasta las 7.
El inquilino dijo que como a la 1 o 1.30 del 28 vió que Morales salió en la camioneta de Gine. Precisó que lo vio salir tres veces esa madrugada, la última a las 6 o 7 de la mañana. Recordó que lo vio con otro varón. Y contó que cuando vio a la policía en el departamento pensó que era por la violación de la cuarentena, que nunca imaginó que se había cometido un asesinato.
Ayer también declaró otro remisero, Vicente Cruz, que habría llevado a Morales el mediodía del 28 de marzo a buscar un teléfono público primero y luego, tras una llamada, al barrio Solís Pizarro. Este dato interesa porque ahí reside Soledad Murillo Wayar, la mujer a la que le habría entregado el teléfono celular de la víctima.