Compeneros y compeneres; penefactores y peneficiarios; penemigos y penerables; penerosas, penosos, gozantes de impenidad; penibles, penerosos y penerarios; penesterosos; apenados; partidarios/as de la penarquía; penéricos; penientes y penerales: de todo hay en este mundo falocéntrico.
Disculpene el lector y la lectora este primer párrafo, pero es que quise ponerme al día: esta semana no pude leer ni una sola línea sin que penetrase (valga la redundancia) la palabra en cuestión.
Sí debo decir, sin opinar del tema porque no es de mi incumbencia ni conocimiento, que prefiero “los penes de madera” del Gobierno a las “caras de piedra” de la oposición. Esta oposición, llamativamente amnésica —quizás por falta de un buen psiquiatra—, hace campaña electoral autocriticándose, pero que no se note: objeta duramente la inflación que ella misma construyó, la tremenda deuda que ella misma creó, los problemas de salud que ella misma, cada vez que pudo, causó. Lo hace como si hubieran sido obra y gracia del gobierno actual, de los Reyes Magos, de los mapuches o del alfabeto cirílico.
Tiempos duros
Si existiera una “Marcha del orgullo bonaerense” (por suerte aún no la hay, pero en cualquier momento se lanza), la otrora orgullosa gobernadora ("Proud Mary", le cantarían los Beatles allá lejos y hace tiempo y, acá cerca, “Conexión número 5”) no desfilaría en ella.
Quiero decir:
* No se pondría el traje de Heidi Abuelitodimetú para marchar en medio de una columna de jubilados.
* Tampoco el de Laleonadedosmundos, bien custodiada por una manada de gorilas para su mayor seguridad.
* Tampoco podría desfilar de maestrita, luego de haber proclamado que los humildes no acceden a las universidades, obviando que quizás no lo hacen porque ella misma, cuando pudo, les cerró las puertas al disminuir su número.
Menos aún podría encabezar la columna de los médicos, siendo quien no inauguró hospitales casi terminados.
En fin, que en esa utópica marcha bonaerense no habría lugar para la orgullosa exgobernadora, pero además ella tampoco querría tenerlo, ya que ahora ejerce sus encantos políticos transgeneralpazmente (o cis, depende desde donde se mire).
Mientras tanto, en Francia, país ahora trotskista para nuestros libertarios vernáculos, sin vacunarte no podés entrar a un bar, a un cine, a tu trabajo; ni mucho menos tomar la Bastilla al son de La Marsellesa.
Los neoliberales de por aquí critican al gobierno de por aquí por no haberles dado nuestras Malvinas (algo que el Gobierno no podría hacer aunque quisiera, ya que están británicamente ocupadas) a un laboratorio que jamás las pidió. Pero ellos lo harían igual, a cambio de la promesa incumplida de una vacuna que no parece ser mejor ni peor que las demás, pero lleva la etiqueta de un laboratorio multinacional y eso le da estatus, la hace exclusiva. De esto se trata: de la exclusividad y su hermana menor, pero más mala, la exclusión.
Mientras algunes y algunus discuten la inclusión desde el lenguaje, otres ganan dinere, podera y recursis. Ponen o sacan personas donde más les convenga, como si fueran letras “e”. La vieja y siempre vigente tensión dialéctica entre les débiles y lus poderosus. “Si quieren, llámenla 'plusvalíe'; lo importante es que la sigamos percibiendo”, explicará con señas algún autopercibido archimillonario, para quien lo “exclusivo” es lo que vale, y lo “inclusivo”, una anécdota más.
Las PASO se acercan al ritmo de las vacunas, los precios, los sueldos y las acusaciones diversas. La vicepresidenta da una impecable clase de Derecho y de Historia a quienes se supone que eran razonablemente conocedores de ambas materias.
Hace unos 40 años, el maestro Fontanarrosa también dictaba cátedra cuando nos decía: “El mundo ha vivido equivocado”. Podríamos decirle desde aquí, mientras recordamos que esta semana se cumplió un nuevo aniversario de su partida, que “el mundo sigue viviendo equivocado, Roberto, sigue viviendo equivocado”.
Sugerimos al lector acompañar esta columna con el video “Orgullosamente (bonaerense)”, de RS Positivo (Rudy-Sanz) y Adrián Stoppelman, en el canal de YouTube de RS Positivo o haciendo clic en: