El arranque de la competencia en Tokio 2020 deparó un par de tempraneras sorpresas por parte de atletas de países no habituados a dar la nota en una cita olímpica, revolucionando sus naciones.
Carapaz, ecuatoriano histórico
El primer batacazo vino de parte del ecuatoriano Richard Carapaz, quien se proclamó este sábado campeón de ciclismo en ruta y dio a su país la tercera medalla de toda su historia olímpica, después de que el marchador Jefferson Pérez, todo un mito de su nación y del deporte mundial, ganara la dorada en Atlanta 1996 y una plata en Pekín 2008.
"Es algo increíble, para mí país es algo muy importante, un oro que se va a recordar por siempre, ser parte de ese pequeño grupo de deportistas que lo ha podido conseguir es algo muy grande, que va a quedar en la historia de mi país, de mi vida", aseguró a la Agencia EFE el recién proclamado en la pista del Circuito Internacional de Fuji, donde acabó la prueba con un tiempo de 6h05m26s.
Fue la valentía la que le valió un oro olímpico a Carapaz, quien venía de ser tercero en el Tour de France y había despotricado en su llegada a Tokio contra el Comité Olímpico de su país. La ofensiva a 5 kilómetros de la meta del bravo corredor del Carchi ecuatoriano sobre el estadounidense Brandon McNulty le permitió entrar en solitario en la recta final del Circuito de Fuji, que ofreció una de las primeras fotos con espectadores de los Juegos , ya que el trazado se encuentra en la prefectura de Shizuoka, que no está afectada por el estado de emergencia que afecta a la capital, con un máximo de 600 espectadores.
Cuenta la historia de vida de Carapaz que recibió su primera bicicleta como regalo de su padre, tras recuperar el vehículo de una chatarrera. No importó cuántas piezas le faltaban a su "nuevo juguete", bastaron unos cuántos retoques para que el niño se embarcara en ella y diera vuelo a sus sueños en medio del frío en el páramo de su natal localidad andina de El Carmelo, en la provincia del Carchi (norte, fronteriza con Colombia), que se ubica a un promedio de 2.900 metros de altitud sobre el nivel del mar.
Y desde entonces, el nuevo campeón olímpico, la "Locomotora de Carchi", de 28 años, no paró más, hasta llegar a la cima de su disciplina este sábado. "Richard se imaginaba ser un ciclista muy grande y lo está demostrando, lo está consiguiendo, pero nunca pensamos que esa bicicleta podía ser la promotora de lo que él es hoy", sostuvo el padre de Carapaz en su casa de El Carmelo. "Soy el hombre más orgulloso de la vida. Creo que todo el país estamos muy emocionados y tendremos muchas alegrías que Richard nos ha de dar a futuro", agregó.
Hafnaoui, batacazo tunecino
Mientras tanto, la segunda gran sorpresa vino del agua durante el Día 2 de competencia, con la consagración del tunecino de 18 años Ahmed Hafnaoui en la final de 400 metros en estilo libre de natación.
Hafnaoui, quien se "coló" en la final con el peor de los ocho tiempos de clasificación, se convirtió así en el segundo campeón olímpico de su país en natación, siguiendo la estela de Oussama Mellouli (oro en 2008 y 2012). La del joven tunecino en Tokio fue la 16º medalla del país africano en su historia, y la 5º dorada.
Con un espectacular último tramo para tomar el liderazgo, el tunecino terminó con un tiempo de 3m43s36, por delante del australiano Jack McLoughlin (3m43s52), plata, y del estadounidense Kieran Smith (3m43s94), bronce. Para contextualizar la gesta, hay que destacar que el africano había llegado a Tokio con la trigésimo primera mejor marca mundial del año, tras firmar 3m46s16.
"No me lo creo, es increíble. Hoy me sentí mejor en el agua que ayer (en las clasificaciones). ¡Soy campeón olímpico! Simplemente metí la cabeza en el agua y ya está. Es increíble, un sueño hecho realidad", declaró Hafnaoui, quien no podía creer su gesta una vez sacó la cabeza de agua y vio el marcador.
Vale recordar que Hafnaoui estuvo en la Argentina durante los Juegos Olímpicos de la Juventud de Buenos Aires 2018, donde terminó octavo.