Mientras la variante Delta del coronavirus se expande por todo el mundo y obliga a varios países a repensar sus estrategias sanitarias, miles de personas se movilizaron en distintas ciudades europeas para protestar contra la implementación del pase sanitario y de nuevas medidas que buscan contener rebrotes.
Uno de los focos de protesta fue Italia, que anunció este jueves que a partir del 6 de agosto solo podrán concurrir al interior de bares, restaurantes, gimnasios, cines, teatros, estadios o conciertos personas que cuenten con al menos una dosis de la vacuna, hayan dado negativo por coronavirus en las últimas 48 horas o se hayan recuperado del virus.
La medida, enseguida, despertó el rechazo de miles de italianos que se movilizaron en más de 80 pueblos y ciudades. Las concentraciones más grandes se produjeron en Roma, donde participaron alrededor de 3.000 personas, y en Turín, con 5.000 asistentes. Algunos de los manifestantes, que tacharon la decisión de "discriminatoria," marcharon con carteles en los que podía leerse "Draghi como Hitler" y "Libertad, no más dictadura", mientras que otros portaban banderas italianas y bengalas encendidas.
En Francia, según estimaciones del Ministerio del Interior, al menos 161.000 personas salieron a las calles este fin de semana en 168 protestas, principalmente en París, Lyon, Marsella, Lille, Montpellier, Nantes y Toulouse. Las jornadas terminaron con 71 detenidos.
En París, la Policía lanzó gases lacrimógenos durante las marchas que se llevaron adelante este sábado para exigir el fin de las restricciones impuestas por el gobierno así como para protestar contra el nuevo pase sanitario y las vacunaciones obligatorias para ciertas profesiones. La fuerza también empleó un cañón de agua para dispersar a los manifestantes en la avenida de los Campos Elíseos. Lo mismo ocurrió en Lyon, cuando un centenar de personas intentaron invadir una autopista.
Ese mismo sábado, hubo una concentración en la céntrica Plaza de Trafalgar de Londres, Reino Unido, también para protestar contra el confinamiento impuesto por la pandemia y la vacunación obligatoria.
Las movilizaciones tuvieron su replica en Grecia, donde más de 4.000 personas se reunieron ante el Parlamento griego en el centro de Atenas para protestar contra la vacunación obligatoria de algunos trabajadores. La marcha también fue reprimida con gases lacrimógenos y cañones de agua.