Cita obligada en la agenda invernal de niñas, niños y jóvenes, la Feria del Libro Infantil y Juvenil, organizada por la Fundación El Libro (FEL) se celebra con una segunda edición virtual desde este lunes 26 y hasta el viernes 30 en el sitio www.el-libro.org.ar y con una programación cultural que se desarrollará a través de Instagram Live.

El evento contará con la participación de 126 expositores (entre editoriales, librerías, distribuidoras y organismos oficiales) de Buenos Aires, Chaco, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Córdoba, Entre Ríos, Neuquén, Salta, Santa Fe y Tucumán, que realizarán cientos de actividades en sus redes sociales y podrán ser consultadas en la misma web. Y como novedad, los editores podrán presentar sus catálogos y fondos editoriales a docentes y mediadores de lectura en encuentros especiales por Zoom, con previa inscripción. Además, continuará la promoción y compra de libros infantiles y juveniles a través del Mapa de Librerías Argentinas, herramienta digital que permitirá que el público encuentre la librería participante más cercana a su domicilio.

Habrá también actividades destacadas todos los días, a las 18, por Instagram Live en @ferialibroinf. En la inauguración podrá verse una entrevista a Isol a cargo de Natalia Blanc. El martes se realizará una mesa redonda bajo el título De esto sí se habla: diversidad, violencia y derechos humanos, con Juan Solá y Belén López Peiró, y la coordinación de Dafne Pidemunt. Y el miércoles será el turno de un homenaje a María Elena Walsh, con Verónica Alvarez Rivera y Andrea Martinoli. Por otro lado, el jueves habrá otra mesa: Escribir y publicar en pandemia: experiencia de dos autoras juveniles en los tiempos que corren, con la participación de Pamela Stupia y Tiffany Calligaris, y Cris Alemany como coordinadora. Y el cierre del viernes ofrecerá una transmisión de Dibujo en vivo, con Poly Bernatene.

“Esta feria se trata de volver a acercar los libros a los chicos”, señala Gabriela Pérez, Presidenta de la Comisión del Libro Infantil y Juvenil de la FEL, en diálogo con Página/12. “La virtualidad es limitante, pero tenemos que ser respetuosos de que las restricciones sanitarias siguen vigentes, y desde la Fundación El Libro tenemos la responsabilidad de cumplir con eso. Pero tampoco queríamos quedarnos sin feria y decidimos hacer esta segunda edición para poder ofrecer a los expositores, al público, mediadores de lectura o bibliotecarios, actividades que hagan sentir que la Feria del Libro Infantil y Juvenil está más viva que nunca”.

Este es el segundo año consecutivo sin feria infantil, que se suma también a la ausencia durante el mismo período de la ya clásica Feria Internacional del Libro. “Desde la Fundación nos sigue sorprendiendo el hecho de que ya llevemos dos años sin estas dos ferias troncales. Pero nos estamos preparando con todo para volver en 2022 con una gran fiesta”, asegura Pérez, quien también ocupa el cargo de Directora Editorial de Riderchail, una de las editoriales expositoras.

Para los expositores fue terrible esta situación, porque la feria internacional era donde se tomaba la temperatura del año editorial, y ahí se sabía si le iba a ir bien o mal a un libro. Estar sin ferias fue un golpe para la industria editorial, pero no nos rendimos y seguimos firmes, porque creemos en la promoción del libro, y los editores infantiles creemos que fomentar la lectura desde la primera infancia es fundamental dado que un chico que lee va a ser un adulto que piensa, y un adulto que piensa nos va a garantizar un mejor futuro”.

Dentro del sector, las librerías son, según evalúa Pérez, las que más sintieron el impacto de las restricciones. “Son el eslabón más débil y están pasando por una situación muy compleja. Por eso desde la Fundación, hace un par de años, armamos el Mapa de Librerías Argentinas, que va a estar presente también en esta edición porque, ya que los expositores no pueden tener stands para vender, queremos que se puedan canalizar las ventas a través de las librerías”.

La suspensión de las ferias presenciales agravó una situación que ya era crítica para la industria editorial. “La pandemia fue el golpe de gracia, porque ya veníamos de años de mucha caída. Sin embargo, en ese contexto, la rama que mejor se mantuvo y la que más ha crecido fue la de la literatura infantil y juvenil. Cada vez se publican más libros para chicos y jóvenes, y la literatura juvenil especialmente ha tenido un crecimiento muy importante en los últimos años, y la aparición de los bookstagrammers que hacen reseñas en las redes sociales de libros juveniles es algo que también llama la atención en épocas de pantallas, videojuegos y Netflix. Eso es algo esperanzador y que nos alegra muchísimo”.