Abigail Magistrati, que con 17 años es la atleta más joven de la delegación argentina en Tokio 2020, se quedó afuera de la lucha por las medallas en la gimnasia artística de los Juegos Olímpicos, pero aún así tuvo un buen debut y una experiencia inolvidable en su estreno en la cita más importante del deporte.
La platense fue la mejor de la rotación en la que le tocó participar, con Pranati Nayak (India), Sze En Tan (Singapur), Raegan Rutty (Islas Caimán) y Aneta Holasova (República Checa). Sumó 12.133 en los ejercicios de Suelo, 13.366 en Salto de Potro, 11.533 en Barras Asimétricas (debió reponerse de una caída) y 11.233 en Barra de Equilibrio. Totalizó 48.265.
Magistrati, única representante argentina de la gimnasia artística en Tokio, se enteró de su participación pocos días antes de la competencia: viajó en reemplazo de Martina Dominici, suspendida por la Federación Internacional de Gimnasia tras dar positivo en un control antidoping en el Panamericano de Río de Janeiro 2021.
Su entrenadora, Vanesa Molina, aseguró que la posibilidad de su pupila de debutar en una cita olímpica "es un premio a la vida". "Se la vio bien en el torneo, pudo disfrutar porque ese era el objetivo, hacer las rutinas que veníamos haciendo y tratar de dar lo mejor para el país. Es un premio a la vida por todo el esfuerzo que hizo para cumplir su sueño y ojalá le sirva como motivación para estar en París (Juegos Olímpicos de 2024)", declaró en diálogo con Radio Télam.
"Hay que mejorar muchas cosas -agregó-. La preparamos en veinte días y viajamos a nada. De todas las gimnastas de los Juegos fue la única que no hizo la prueba de podio y que entrenó una sola vez y compitió. Sumamos poco para lo que es Abigail, pero al mirar las notas no estamos tan mal. El puntaje que sacó es más que meritorio".