La Selección de básquet vivió una verdadera pesadilla en su debut en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Y no por el horario, ya que el encuentro comenzó este lunes a la 1.40 de la mañana argentina (las 13.40 en Japón), cuando casi todo el país estaba durmiendo, sino porque tuvo enfrente a Luka Doncic. El esloveno, una de las grandes figuras de la cita junto al estadounidense Kevin Durant, confirmó todos sus credenciales e hizo lo que quiso, con 48 puntos, 11 rebotes, 5 asistencias y 3 bloqueos en el triunfo 118-100 de los suyos.
Para tomar dimensión de lo realizado por Doncic vale destacar que sus 48 puntos (12/15 en dobles, 6/14 en triples y 6/7 en libres) igualaron la segunda marca máxima de anotación en una cita olímpica, perteneciente al australiano Eddie Palubinskas en Montreal 1976 (el récord pertenece al brasileño Oscar Schmidt, con 55 en Seúl 1988). Claro que el del esloveno no fue el único hito de la jornada, ya que el interminable Luis Scola, con sus 23 puntos llegó a los 548 en los Juegos y se trepó al cuarto puesto de máximos anotadores, superando al brasileño Wlamir Marques (537).
Si Argentina venía de tener una preparación un tanto complicada en Las Vegas, Estados Unidos, con tres derrotas en igual cantidad de presentaciones, lo mostrado ante Eslovenia no hizo más que confirmar el estado de alarma en el vigente subcampeón mundial.
Muy lejos de la versión que deslumbró con su juego de equipo y férrea defensa en China 2019, los dirigidos por Sergio "Oveja" Hernández entraron a contramano en un grupo de por sí muy complicado, también integrado España (el próximo rival, el jueves a las 9) y Japón (el domingo a la 1.40). Los dos primeros de cada zona (son tres grupos) clasifican a cuartos de final, mientras que los dos mejores terceros también pasaran de fase. En el otro duelo de la zona, España superó a Japón por 88-77.
"No jugamos para nada bien y ellos jugaron muy bien todo el partido, obviamente y en especial Luka Doncic. Jugaron mucho mejor que nosotros y ahí está reflejado en el resultado final: 118 puntos, 48 de un jugador... La defensa no estuvo en donde tiene que estar para ganar un partido en un Juego Olímpico. Hoy no estamos en un buen momento, no estamos jugando bien y, bueno, hay que encontrar la manera de ajustar las cosas que estamos haciendo mal, mejorar, y encarar el próximo partido con la idea de ganarlo y ver dónde estamos parados para la última jornada", analizó un ofuscado Scola tras la derrota.
El Gran Capitán lideró a la Selección con sus 23 puntos (9/14 en dobles, 0/4 en triples y 5/7 en libres), secundado por Campazzo con 21 (4/6, 3/10 y 4/5), 6 rebotes, 4 asistencias y 3 robos. En materia de goleo vienen detrás Gabriel Deck (17 unidades; 7/11 y 1/6) y Luca Vildoza (11; 3/5, 0/3 y 5/6). El gran déficit argentino estuvo en el triple, con 5 aciertos sobre 31 intentos (16 por ciento de efectividad), contra un 16/43 de los eslovenos (37 por ciento). Otra fatalidad fueron los rebotes, con 59 (18 ofensivos) contra 32 (7) a favor de los europeos.
1) Todo Doncic
Para afrontar este duelo, Hernández optó por una alineación titular con dos bases, Facundo Campazzo y Luca Vildoza, el alero Patricio Garino, el ala pivot Luis Scola y el pivot Marcos Delía. Si el misterio durante la previa era dejar anotar a Doncic u obligarlo a pasarla, el de Dallas Mavericks dejó en claro sus intenciones con tres rápidos aciertos de triple para entrar en calor y desatar el caos en la defensa argentina. Hernández optó por ponerle a Campazzo encima desde el arranque pero con el correr de los minutos quien se hizo cargo del crack fue uno de tamaño similar, el Pato Garino. Claro que el juego de cortinas de los eslovenos se comió al marplatense y Doncic llegó al aro con comodidad en más de una ocasión.
Sin poder contrarrestar el goleo alto de los europeos, a Argentina le quedaba empezar a sumar en ataque. Claro que la sintonía de lo que vendría ya la había marcado la primera jugada albiceleste del partido: una conexión fallida entre Campazzo y Delía. Para colmo, la Selección entró peleada con el tiro de larga distancia (1/8 en triples contra 6/13) y lo sufriría durante todo el juego. El primer cuarto fue para los eslovenos por 32-24, con Doncic ya en los 17 puntos.
2) Aro clausurado
Como en el Mundial de China 2019, donde la Selección fue subcampeona, lo mejor de la Argentina se dio cuando el equipo apretó en defensa para forzar el error rival y, en el mejor de los casos, robar la pelota para salir en ataque. Así, Deck empezó a sumar con llegadas al aro mientras el triple continuaba negado para quien no se llamase Campazzo (consiguió los únicos dos del equipo en la primera mitad).
Claro que la laboriosa tarea del equipo nacional en ataque quedaba contrastada con la facilidad de los eslovenos para conseguir puntos ya que, cuando no era de triple, conseguían dobles y falta. El pick & roll entre Doncic y Vlatko Cancar -el otro nombre importante de Eslovenia, jugador de los Denver Nuggets- le complicó la vida a Scola que, emparejado con Cancar, quedó muchas veces cara a cara con el indomable Luka.
Ofensivas apresuradas y pérdidas en el dribbling se repetían en el ataque de la Selección, que sufría en contraataque, en el rebote y también por algunos fallos arbitrales que se llevaron la atención del equipo. Con los ánimos por el piso, Eslovenia siguió estirando la ventaja para irse al entretiempo arriba por 20: 62-42. Doncic ya deliraba con 31 unidades en 16 minutos de juego; mientras que por Argentina se destacaban Scola (12), Campazzo (11; sin asistencias) y Deck (10).
3) Abajo por 30
Con Laprovíttola por Vildoza y Deck en lugar de Garino, Argentina buscó cambiar la cara de entrada en el tercer cuarto. El santiagueño le intento poner una marca mucho más pegajosa a Doncic en el mano a mano, aunque el parcial comenzó con un tapón de esloveno ante un tiro apurado por la chicharra del de Oklahoma City Thunder. Mientras tanto, Scola seguía sumando y se convirtió en el cuarto goleador histórico de los Juegos.
Con Doncic y un nivel que rozaba lo absurdo para no darle chances a Deck y un Laprovíttola un tanto displicente a la hora de manejar el balón y regalando un par de pérdidas, Eslovenia no hizo más que alejarse en el marcador. El domino era tal que el propio Doncic era capaz de meterle un tapón impresionante a Delía debajo del aro. Tras estar abajo por 30 puntos, Argentina cerró el tercer cuarto con una levantada que lo dejó 66-88.
4) Pensando en el futuro
A pesar de la imperiosa necesidad de acortar la brecha en el marcador pensando en la diferencia de gol para posibles desempates en el futuro cercano, la Selección apostó por los embates individuales de Vildoza en ataque por sobre algún intento de juego de equipo, mientras Garino le ponía picante en la marca a Doncic, con algún que otro dividendo para el marplatense.
Con algún triple de Campazzo por allí, un volcadón de Brussino por allá, las clases de poste bajo de Scola y muchos tiros libres, Argentina sólo pudo intentar equiparar la imparable fuerza ofensiva de los eslovenos quienes, aún sin Doncic durante buena parte del último parcial (Klemen Prepelic sumó 22 puntos para acompañarlo), recién en los segundos finales se relajaron y permitieron recortar la distancia a 18 puntos.