El ministro de Producción, Francisco Cabrera, aseguró ayer que “la Argentina es el país más cerrado del mundo, por eso estamos revisando siempre la posibilidad de simplificar todo lo que tiene que ver con la importación y la exportación”. Fue en un encuentro en el predio de la Rural de Palermo junto a dirigentes de la Sociedad Rural (SRA). De esa forma, Cabrera justificó la apertura de importaciones de bienes de consumo, que crecen al compás de la reducción del mercado interno, lo que ocasiona perjuicios visibles para la mayor parte de las empresas del entramado pyme industrial.
“No somos aperturistas. Lo que nosotros queremos es incorporarnos al mundo y además hay que crear empleo y desarrollar a la Argentina, y para ello hay que simplificar y esto es lo más complicado. El impacto que tienen las dificultades para importar y exportar es significativo, ya que genera un costo altísimo que es mayor a tener acuerdos comerciales”, dijo Cabrera. La situación de las importaciones tiene dos interpretaciones, según el actor que la formule. Los industriales que se dedican a la producción para la venta local coinciden en que el mayor ingreso de importados en un contexto de reducción del mercado interno es sinónimo de pérdida de puestos de trabajo y cierre de empresas. En el Ministerio de Producción plantean que se está aplicando una administración del comercio porque, de otra forma, el ingreso de importados tendría un impacto destructivo mucho más masivo. Lo cierto es que el ministro Cabrera, a la hora de referirse al tema, subraya la necesidad de abrir más la economía, a pesar del contexto que sigue siendo recesivo. El funcionario lidera un Ministerio en donde existe una puja entre los industrialistas, liderados por el secretario de Industria, Martín Etchegoyen, ex economista jefe de la Unión Industrial Argentina (UIA), y los liberales que siguen a Miguel “Mike” Braun, secretario de Comercio.
Uno de los sectores más afectados por la importación es el textil. El último informe de la consultora Radar indica que “luego de cierta desaceleración a fines de 2016, las importaciones de productos terminados textiles, calzado y marroquinería volvieron a crecer a niveles elevados, sobre todo en rubros en los cuales existe producción nacional. Este crecimiento se da sobre una base de comparación elevada, dado que durante el primer trimestre de 2016 las importaciones ya habían mostrado un salto significativo. La importación de productos terminados está siendo liderada por el retail, marcas de indumentaria y supermercados, por lo que la renta de comercialización no es retenida por los fabricantes”.
En el caso del calzado, en el primer trimestre se registró la importación de 7,4 millones de pares, un 40 por ciento por encima de los niveles de 2016. “Es el primer trimestre con mayor importación de productos
terminados de las últimas décadas”, indica el informe de Radar. El ingreso de productos textiles terminados creció un 66 por ciento en los primeros tres meses en la comparación interanual. “Dado que la demanda no muestra signos de reactivación, este resultado es una clara muestra de la apertura comercial que está afectando a la industria textil y de indumentaria”, insiste la consultora que conduce Paula Español, ex subsecretaria de Comercio Exterior.
“Argentina es el país más cerrado del mundo, junto a Brasil, y por ello necesitamos acceder a nuevos mercados, allí un gran desafío es lograr un nuevo acuerdo con la Unión Europea, aunque es difícil”, dijo Cabrera. La referencia tiene que ver con la posibilidad de alcanzar la firma de un megaacuerdo de libre comercio entre ese bloque y el Mercosur.