Luna Sujatovich estaba lejos de nacer aún cuando su padre Leo ya se había convertido en el Rey del Prophet-5, el sinte que le había otorgado ese sonido tan especial, tan democrático y pleno, a maravillosos discos de Luis Alberto Spinetta como Bajo Belgrano y Mondo di Cromo. Sujatovich había sido parte, incluso, de bandas claves del segundo lustro de los setenta argentos -PorSuiGieco, Tantor, Los Desconocidos de Siempre- y de la Celeste Carballo de la época Me vuelvo cada día más loca. Todo, mientras afilaba sus teclas hacia un futuro de tangos y músicas para películas. Y en el medio nació ella. Corría 1989, papá acababa de colaborar con Víctor Heredia en el disco Memoria –el de “Caminando venceremos”- y se tomó unos días sabáticos para verla crecer. “Siempre fue un gran compañero en mi vida y en mi vida musical”, dice la nena, que ya trepó a los 32 años. “Es un papá cariñoso, atento, cercano y generoso, a quien tengo mucho para agradecer”.
Todo eso, claro. Y más. Los casetes de Sting, Mark Knopfler, Charly García, Fito Páez y The Beatles que ambos escuchaban en el auto mientras surcaban rutas. O el amor compartido por la música académica, por el jazz-rock, por un ser y estar musical que ella –hoy pianista, compositora y cantante- acaba de volcar en Desafío guerrero, su disco debut. “Siento que mi padre me mostró mucha música, y que tuve muy a mano cosas re interesantes para escuchar, para experimentar. En fin, aprendí muchas cosas de él, pero por sobre todo a ser emprendedora, trabajadora, y perseverante. A no bajar los brazos, e ir en busca de lo que necesito a pesar de los miedos y obstáculos”.
-Por cómo lo decís, parece que el nombre que elegiste para el disco conecta con esos rasgos…
-Es que sacar un primer disco es un gran desafío, porque pasan muchas cosas en el proceso, cosas que se te juegan a nivel personal, en la imagen artística que estás construyendo. A veces no se tiene pensado esto de antemano, sino que se va construyendo durante la composición y la producción, y al final terminás siendo sujeta de tus propias músicas.
-¿Cuáles serían?
-Uff, es una pregunta difícil (risas). Yo creo que pasa por un abanico de canciones muy variadas, donde no predomina ningún género. Creo que esto es un fiel reflejo de mi identidad musical.
-Lo que sí hay es un cambio de climas dentro del trabajo. Un comienzo fuerte, intenso, que recién relaja en “Ensueño” ¿Tiraste mucha carne al asador en las primeras tres canciones, o es una visión sesgada?
-Fue la intención, sí. Siento que esos primeros tres temas me representan mucho en esto de jugar con los géneros. De hecho, es lo que me resultó divertido y al mismo tiempo inevitable en estas músicas.
-¿Por qué será que “Esta noche” es la canción más escuchada en la lista de Spotify –más allá de la intervención de Conociendo Rusia, la banda de tu hermano Mateo- y por qué “Ensueño”, la menos?
-Creo que “Esta noche” es una canción que conecta con algo profundo, con una fibra muy íntima, y que expone sentimientos que tal vez nos cueste bancarnos. Me refiero a la tristeza, la melancolía, la añoranza, la pérdida. No quiero poner palabras en la boca de la gente (risas), pero creo que toca en ese lugar que hace que bajemos un poco a la tierra. Y de “Ensueño”, bueno, la verdad es que no tengo idea por qué es la que menos reproducciones tiene. Es un tema re lindo.
A la hora de optar por una tercera vía de acceso a Desafío guerrero, Sujatovich opta por “Rumor”, la primera canción que compuso en su vida. “La hice hace seis años”, evoca. “No sé, al ser mi primera canción todavía me sentía muy floja en eso escribir letras… Bah!, más floja que ahora”, se ríe. “Por eso le pedí a Eva Cuevas, que toca conmigo en La Colmena, que se encargara de la letra”. La Colmena es el ensamble de música latinoamericana que Luna comparte con dieciséis mujeres, cuyo propósito es hacer música latinoamericana vocal y percusiva. “La Colmena fue y es otra gran escuela para mí, tanto en lo musical como en lo personal. Trabajar con tantas personas sin una directora es ejercitar el diálogo, la escucha y la flexibilidad permanentemente”.
-Hay guiños a sonidos latinoamericanos en Desafío Guerrero, inevitables, por lo visto.
-(risas) Es que musicalmente La Colmena me enriqueció un montonazo en términos de ritmos latinos, folklóricas, y también como arregladora.
Sujatovich integra La Colmena hace casi diez años. Pero en su devenir también pisa fuerte haber sido una de las voces de Canciones para aliens de Fito Páez, ser hoy mismo arregladora e instrumentista de la banda de Coti Sorokin, y haber hecho su experiencia como directora musical de Fórmulas perfectas y Se trata de nosotras, colectivo de mujeres que el ministerio del Cultura de la Nación en épocas de Cristina Fernández gestó como herramienta de lucha contra la trata. “Fueron dos experiencias muy fuertes para mi, sobre todo Se trata de nosotras. Este proyecto fue una gran responsabilidad que asumí. Recuerdo que me convocó Lito Vitale y al final de todo me dijo 'En quince días es el primer show'”, se ríe. “Claro que era muy poco tiempo para preparar el concierto, y claro que no paré de trabajar. Tenía 25 años entonces, y eso me dio la posibilidad de conocer muchas músicas de la escena local, incluso muchas súper consagradas como Liliana Herrero, Luciana Jury, Andrea Álvarez, Conce Soares, Vivi Pozzebon, y también chicas de mi generación. Entre ellas, Loli Molina y Jimena Alvarez Cella. Fue muy fuerte tener que dirigirlas, aprendí un montón”.