Siete años y medio de prisión fue la condena impuesta ayer a un hombre de 40 años, acusado de dos hechos de abuso sexual simple y dos raptos (uno en tentativa) con intención de abuso, contra cuatro víctimas de entre 15 y 41 años, cometidos en Ibarlucea y Granadero Baigorria. El fiscal Ramiro González Raggio llevó a juicio a Augusto Ditzler un año después de haberlo detenido por retener e intentar abusar de una chica de 15 años, en Ibarlucea, que logró escapar del auto del agresor y fue socorrida por vecinos de la zona. Con el hombre arrestado, la investigación permitió esclarecer otros tres casos denunciados y cometidos con el mismo modus operandi, entre 2018 y 2019.
El juez Florentino Malaponte dictó fallo tras el debate oral y público en el que declaró una treintena de testigos y las víctimas. Según describió el fiscal de la Unidad de Delitos contra la Integridad Sexual, todos los hechos tienen una mecánica semejante: "Usaba un VW Up!, en la zona de la ruta 34. Se hacía el desorientado, el perdido; preguntaba a las víctimas por una calle o por algún lugar, entonces cuando ya tenía la atención de éstas, las tomaba por la fuerza", describió. Y consideró que se dio "una pena importante que es cercana a los 11 años que habíamos pedido".
A la espera de los fundamentos para analizar si cabe una apelación, González Raggio señaló que "podría haber más víctimas" del agresor. "Pudimos traer a juicio los casos que teníamos en conocimiento. En total, fueron cuatro hechos, dos por secuestros con fines sexuales y dos por abuso", indicó. Además, remarcó que "quedó demostrada la capacidad de comprensión de sus actos y del proceso penal", según declararon expertos forenses sobre el imputado.
El primero de los hechos ocurrió el 20 de octubre de 2018, cerca de las 16, en la zona de calle Josefina Aldino S/N de la localidad de Ibarlucea, cuando el imputado puso su vehículo a la par de la víctima, que se trasladaba en bicicleta. Le hizo algunas preguntas y después tomó su mano con fuerza para luego cometer el hecho de abuso, indicaron desde el Ministerio Público de la Acusación. Además, el 14 de mayo de 2019, aproximadamente a las 18.30, en la zona de calles Los Naranjos y Calle 13 de la localidad de Ibarlucea, descendió de su vehículo Volkswagen Up y se aproximó a la víctima simulando un diálogo para obtener su atención. La tomó por la fuerza y la trasladó hacia el auto con el fin de menoscabar su integridad sexual. La mujer logró escapar corriendo y pidiendo auxilio; mientras el imputado se retiró del lugar. Poco más de un mes después, el 25 de junio de 2019 alrededor de las 19, en la zona de calle San Martín y Tierra del Fuego de la localidad de Granadero Baigorria, se acercó con su auto a la víctima, en momentos en que la misma se trasladaba en bicicleta, y luego de realizarle una pregunta la interceptó con el vehículo, arrojándola de la bicicleta hacia el piso. Luego intentó llevarla hacia su vehículo para cometer el abuso. Cuando la víctima escapó, el imputado se dio a la fuga.
Por último, se le imputó el hecho por el que terminó detenido: el 16 de julio de 2020, a las 19, en Avenida del Rosario y Urquiza, de Ibarlucea, el agresor interceptó a una adolescente de 15 años, en el mismo auto; y tras excusarse con preguntas, la tomó por la fuerza y bajo amenazas la obligó a subir al vehículo. La trasladó unos 400 metros hacia un descampado, donde intentó abusar de ella, pero la chica pudo sacar el seguro de la puerta y escapar, pidiendo auxilio. Tras ello, el imputado intentó darse a la fuga, pero el auto cayó a un zanjón y fue retenido por vecinos de la zona, hasta que llegó personal policial.
A partir de allí, en Fiscalía advirtieron que en esa zona ya se habían dado hechos casi calcados. Incluso, un año antes del arresto, una de las primeras víctimas dio una descripción física del acusado que permitió realizar un identikit que resultó sorprendente por el parecido con la persona que tenían detenida por el último hecho y que ayer conoció su sentencia.