El camarista Carlos Mahiques, ex ministro de Justicia del gobierno de María Eugenia Vidal, consiguió la aprobación del Consejo de la Magistratura para entrar por la ventana, sin pasar por un concurso, a la Cámara de Casación Penal Federal, donde pidió ocupar la vacante que dejó Pedro David por ser mayor de 75 años. Mahiques es ahora miembro de la Cámara de Casación porteña, que se ocupa de los delitos comunes, y con los votos del oficialismo en el órgano que elige y sanciona a los jueces obtuvo ayer un traslado definitivo. Pero el tribunal donde quiere aterrizar se resiste a recibirlo. Ya se lo había advertido al Consejo, ante un pedido de opinión. Ahora convocó a un plenario para primera hora, hoy 7.30, donde analizará qué medida adopta. Una mayoría de sus jueces, por lo pronto, cree que no deben tomarle juramento.
La Cámara Federal de Casación es la máxima instancia penal, por debajo de la Corte Suprema. La vacante que quiere ocupar Mahiques es en la Sala II, que integran Angela Ledesma y Alejandro Slokar, a quienes el gobierno teme. Era el lugar de David, que -a sus 82 años– se tuvo que jubilar a partir del fallo supremo que estableció el límite de edad para los jueces en 75 años. Esa sala tiene una de las causas que más estorban al gobierno: la que investiga si se pagaron sobornos, de parte de la empresa Odebrecht, por el soterramiento del tren Sarmiento, en el que participó también Iecsa, cuando la manejaba el primo del Presidente, Angelo Calcaterra. También tiene la causa de enriquecimiento ilícito contra Eduardo Freiler, otra de interés para el gobierno, y el expediente madre del atentado a la AMIA.
En el tribunal de Casación Federal ya había cuatro vacantes y, para eso, un concurso en marcha que está varado por la sencilla razón de que al oficialismo y parte de los estamentos judiciales del Consejo, no les gustan los candidatos mejor calificados. Mahiques pidió el lugar de David, antes de que se lo incluyera también en el concurso, del que supo participar en sus inicios, pero abandonó en el camino. Lo que les pidió a los consejeros fue un traslado: o sea, de ser juez para el fuero ordinario, que lo nombren camarista federal sin examen.
Mahiques asumió en la Casación porteña cuando se creó, en diciembre de 2014. Durante 2015 hizo un sutil aporte para evitar movimientos en el expediente sobre la represión en el hospital Borda, que salpicaba tanto a Mauricio Macri y a su ex vicejefa de Gobierno porteño, la actual gobernadora Vidal, finalmente desvinculados. Uno de los hijos de Mahiques, Juan Bautista, integra el Ministerio de Justicia y es representante del Poder Ejecutivo en el Consejo de la Magistratura. Otro, Esteban Mahiques, también trabaja en la cartera de Justicia e Ignacio es fiscal federal.
El pase definitivo de Mahiques padre se votó ayer a la mañana en la comisión de selección y, como por un tubo -con una urgencia jamás vista en un concurso para jueces y juezas- pasó al plenario. Ahí algunos consejeros se trenzaron en una discusión. Uno de los más vehementes fue el diputado del Frente para la Victoria, Rodolfo Tailhade. “Es un escándalo cubrir así una vacante cuando hay un concurso en trámite sin poder terminarse”, se enojó. Detalló que el reglamento, además, exige para los traslados definitivos que el juez tenga cuatro años en el cargo actual, que no es el caso. También dice que debe ser de la misma jurisdicción y tener igual competencia, que tampoco sería el caso. Agregó que era sugestivo que Mahiques quiera integrar la sala que tiene el caso de Odebrecht. El consejero y juez Luis Cabral (quien tuvo una extensa y cuestionada subrogancia en Casación) trató de suavizar el debate con el argumento de que no todo es lineal y hay excepciones, a lo que agregó que los jueces de ambas casaciones son nacionales.
Más allá del debate, el oficialismo ya tenía todo acordado y la votación fue de ocho contra cuatro. La mayoría estuvo integrada por la presidenta y abogada del Consejo Adriana Donato, Cabral, el juez Leónidas Moldes, el abogado Miguel Piedecasas, los radicales Angel Rozas y Gustavo Valdés y Pablo Tonelli (PRO), a quienes se sumó el académico Jorge Candis (quien solía votar con el kirchnerismo en otros tiempos). En contra votaron Tailhade, Ruperto Godoy y Virginia García (legisladores del FpV) y la camarista Gabriela Vázquez.
En Comodoro Py, en las oficinas de Casación Federal, seguían el debate minuto a minuto. No bien terminó, firmaron una convocatoria a un plenario extraordinario Slokar, Ana María Figueroa, Mariano Borinsky y Gustavo Hornos. Ya la semana pasada, en un plenario escandaloso firmaron un rechazo a la incorporación de Mahiques ante un pedido de opinión del Consejo con argumentos similares a los que esgrimió Tailhade y la aclaración de que debe pasar por un concurso por regla constitucional para ser camarista federal. Los casadores analizará salidas y le plantearían a la presidenta del tribunal, Liliana Catucci, que no debe tomarle juramento. Catucci se había pronunciado a favor de Mahiques la semana pasada, junto con Eduardo Riggi (que está de licencia) y Juan Gemignani.
El Consejo, por lo pronto, giró su decisión al Poder Ejecutivo, para que firme un decreto que defina el traslado de Mahiques.
Algo muy similar hizo el oficialismo del organismo para poner al juez federal electoral que quería en La Plata: Juan Manuel Culotta, juez de Tres de Febrero, del colegio Cardenal Newman, allegado al círculo presidencial. Como no conseguían los votos para el traslado definitivo, lo nombraron subrogante hasta fin de año, o sea, todo el proceso electoral. La designación fue impugnada, el nombramiento suspendido, y luego vuelto atrás. La Cámara Federal lo autorizó a subrogar, pero la discusión sigue.