En Mar del Plata, un grupo liderado, entre otros, por una ex integrante de la Bonaerense allegada al referente de ultraderecha Carlos Pampillón, formó el “Escuadrón Espartano de Reparto”, una suerte de armazón parapolicial para recorrer la ciudad y “frenar los hechos delictivos”. El grupo coordina acciones (como “recupero de motos” y otras pertenencias cuyo robo no necesariamente fue acreditado) mediante chats de WhatsApp que, en las últimas semanas, también sirvieron para que la ex Bonaerense pidiera firmas para presentarse como candidata de un partido de ultraderecha en las elecciones legislativas. 

“Todo integrante que está acá tiene la obligación de estar cuando hay que recuperar algo o limpiar a un gil (…) este es un grupo que vamos a disciplinar a la ciudad esta, hermano, se va a terminar la joda”, aseguró otro de los fundadores en las primeras convocatorias, contemporáneas a al menos una reunión con funcionarios de Seguridad municipales a quienes reclamaron -sin éxito, señalaron oficialmente a este diario- reconocimiento para actuar en coordinación con la policía

La seguidilla de reclamos encendió alarmas entre repartidoras y repartidores marplatenses que no integran ese “escuadrón” y que, por el contrario, denuncian que vienen padeciendo amenazas y episodios de violencia física por parte de quienes sí, personas que, aseguran, “salen armados” a la calle inclusive "con un machete todo oxidado". “Hace tres semanas hicimos una asamblea de 200 personas de la aplicación. A ellos se les invitó, no para agredirlos sino para hablar.. Queríamos dialogar y que escucharan que estamos en desacuerdo. Nunca se presentaron. Ella dijo que los habíamos invitado para golpearlos, y al otro día dijo que presentó una denuncia en la Comisaría de la Mujer por acoso”, contó a este diario uno de los repartidores, que pidió reserva de su nombre por temor a posibles represalias. “Sosa está vinculada al grupo de Pampillón, nadie de las aplicaciones quiere tener que ver con eso”, añadió.

Esparta con vista al mar

Se llama “‘escuadrón’ porque así se designa a cualquier tropa de infantería o de caballería” y “‘espartano’ porque (…) como repartidores somos trabajadores esenciales y estamos expuestos al peligro de la calle”, detalló recientemente en entrevista con un medio marplatense Federico Joel “el Chino” López, co-organizador de la movida junto con Virginia Luján “la Rusa” Sosa, vocera del levantamiento policial de septiembre de 2020 -que incluyó rodear la Residencia Presidencial de Olivos- aunque fue exonerada de la Bonaerense en 2013, tras menos de diez años de actividad en el cuerpo.

“Esto es de las mejores iniciativas, muchachos, que se van a implementar en cualquier lugar del mundo. Si logramos que la gente nos siga, esto va a ser una locura, porque podemos erradicar el delito de Mar del Plata. En Mar del Plata no se roba, papá. Y al que roba lo vamos a buscar. Todos. Así como ellos pagan abogado para salir, para estar una semana en cana y salir, nosotros vamos a pagar el abogado para el ciudadano común que reventó los dedos a machetazos a cualquiera de estos delincuentes hijos de puta para sacarlos. Nos vamos a comer dos semanas por lesiones por romperles los dedos, pero no van a robar más. Y al que tenga ganas de robar, la va a pensar dos veces. Y si lo agarramos, chau deditos”, convocaba López en audios de WhatsApp a repartidoras y repartidores. Esos mismos trabajadores de aplicaciones lo señalan también como responsable de una “batalla campal” que se registró en pleno centro marplatense en octubre del año pasado entre trabajadores de deliveries y un grupo de jóvenes por una transacción callejera que involucraba dólares.

En entrevista con un medio marplatense, López explicó que preve formar “una red secreta donde nosotros nos comuniquemos para tomar cartas en los asuntos del modo más prolijo y ordenado posible”, de manera de “armar algún tipo de aviso con sirena o identificación para los demás repartidores y para la gente en la calle”. También aseguró que se había reunido con el director del Centro Operativo de Monitoreo (COM) municipal, Sergio Andueza, para proponerle usar una aplicación de origen mexicana que enlazaría al “Escuadrón” con el COM.

En diálogo con este diario, Andueza confirmó que mantuvo “una reunión para ver un mecanismo tecnológico” y que después, ya sin él, los referentes del grupo “se reunieron con el jefe de la Departamental” de la Bonaerense. “Como funcionarios tenemos que escuchar a todos por igual”, añadió, y aseguró que la propuesta no prosperó ni él escuchó hablar del “Escuadrón”.

El grupo cobró visibilidad en mayo de este año, cuando López y Sosa convocaron una manifestación callejera para reclamar seguridad en nombre de los repartidores de aplicaciones y su representatividad fue negada en un comunicado por las dos entidades sindicales del sector, Sicamm (Sindicato de Cadetes, Motoristas y Mensajeros) y RedApps Unidos (Repartidores de Apps Unidos Argentina). “Se hacen llamar ‘representantes’ frente a los medios, convocaron sin el consenso de la mayoría una protesta exigiendo seguridad, la cual no representa a ninguna de las organizaciones ni repartidores”, indicaron las asociaciones en esa ocasión a través de un comunicado.

Poco después, Sosa aseguró en redes sociales que ella y López fueron “denunciados por luchar por la Seguridad de los Trabajadores”(sic). Añadió que se presentaría ante la Justicia “por medio de nuestro abogado Dr Cristian Moix”, conocido defensor de acusados por delitos de lesa humanidad -como el ya fallecido ex fiscal federal Gustavo Demarchi, miembro de la Concentración Nacional Universitaria-, de integrantes de “Bandera negra” condenados en 2018 por agresiones callejeras contra activistas feministas y LGBTIQ+ entre otres, y de Carlos Pampillón.


Redes con historia

Los vínculos entre Sosa, la policía, Pampillón y la política no son pocos ni recientes. Exonerada de la Bonaerense en 2013, luego de un acuartelamiento policial en Mar del Plata que derivó en saqueos sospechados por algunos investigadores como alentados por los propios autoacuartelados, siguó vinculada al cuerpo lo suficiente como para erigirse en vocera de quienes a fines de 2020 terminaron rodeando la Quinta de Olivos. 

En 2013, tras quedar fuera de la Policía, la ex sargento brindó su versión en Bandera Nacional, la publicación del referente neonazi con quien, todavía hoy, suele tomarse fotografías que a veces incluyen también armas largas. Ella y el abogado Moix estuvieron vinculados a “Foro Nacional Patriótico-La Giachino”, la organización ultranacionalista liderada por Pampillón que surgió en junio de 2011 cuando el Concejo Deliberante, por pedido de la Comisión Permanente por la Memoria, la Verdad y la Justicia retiró del recinto de sesiones el cuadro del capitán Pedro Giachino, primer argentino fallecido en la Guerra por las Malvinas, denunciado posmortem como represor de la dictadura militar.

En algún momento con militancia política en Movimiento Ciudadano, agrupación que respondía a Alberto Assef, Sosa también se declaró admiradora de Patricia Bullrich, con quien se encontró personalmente al menos en tres ocasiones: en dos eventos de Cambiemos durante 2018 y 2019, y en febrero de 2018, cuando acompañó a dos familiares de tripulantes del ARA San Juan a una reunión con la entonces ministra de Seguridad, como consta en el registro público de audiencias de la cartera. Fuentes del grupo de familiares confirmó a este diario que Sosa “se acercó a las familias para ayudar”, como otras personas por entonces. Poco después, se alejó por un malentendido que no parece haber pasado a mayores.