Desde Lima
Este miércoles, en el día del bicentenario de la independencia, con toda la carga simbólica que eso tiene, juramentará como presidente Pedro Castillo. Será una jornada histórica. No solo por coincidir con el bicentenario, sino también por el significado que como reivindicación histórica para los sectores rurales, andinos y populares excluidos durante doscientos años de República tiene la llegada a la presidencia de un campesino, maestro rural y sindicalista que viene de una región andina que está entre las más pobres del país. Y por tratarse del primer presidente elegido proveniente de un partido de izquierda. Castillo, que ganó con un discurso de cambio del modelo neoliberal, juramentará ante un Congreso controlado por la derecha. El nuevo presidente llega al día de su jura sin que se conozca su gabinete ministerial.
A la histórica toma de mando de Castillo asistirá el presidente argentino Alberto Fernández. Ambos se reunirán luego de la asuncióción del presidente peruano. Hace unas semanas tuvieron un encuentro por zoom, en el que participaron otras personalidades progresistas de la región, en el que hablaron sobre la unidad regional y trabajar juntos en esa línea. A la jura de Castillo también asistirán los presidentes de Bolivia, Luis Arce; de Colombia, Iván Duque, de Chile, Sebastián Piñera; y de Ecuador, Guillermo Lasso; y el rey de España, Felipe VI.
Obstáculos
El primer gran reto de Castillo será darle estabilidad y gobernabilidad a su gestión, en un contexto de polarización y movidas golpistas de una extrema derecha que no acepta su triunfo. Deberá hacerlo con un Congreso opositor, en buena parte hostil, en el que tendrá problemas para hacer aprobar sus propuestas de cambio, y con los poderes económico y mediático en contra. Otros retos inmediatos serán enfrentar la grave crisis sanitaria y económica por la pandemia. Hay más de dos millones de nuevos desempleados, en 2020 el PIB cayó 11 por ciento y la pobreza subió de 21 a 31 por ciento, lo que significa 3,3 millones de nuevos pobres. El gobierno saliente ha anunciado una recuperación económica con un crecimiento de 10 por ciento para este año, pero ha admitido que la recuperación del empleo marcha a un ritmo más lento que este crecimiento del PIB.
Programa
Castillo ha indicado que sus prioridades serán salud, educación y agricultura. El economista Pedro Francke, principal asesor económico de Castillo y voceado como ministro de Economía, ha señalado que se renegociarán los contratos con las empresas mineras para crear una sobretasa impositiva a las ganancias extras que vienen teniendo por el aumento de los precios internacionales de los minerales. Ha indicado que se debe incrementar la inversión pública, ampliar los créditos a la agricultura y a las micro y pequeñas empresas, y que las políticas públicas deben tener un importante componente redistributivo. Se ha anunciado que se priorizarán obras de infraestructura en salud, educación y caminos rurales. Castillo ha asegurado que no habrá estatizaciones.
La pandemia del coronavirus ha dejado en evidencia la precariedad del sistema de salud, desfinanciado por tres décadas de neoliberalismo. En el nuevo gobierno tienen claro que avanzar con la vacunación para controlar los contagios es fundamental para la reactivación de la economía. El gobierno saliente deja un proceso de vacunación que ha tomado un buen ritmo y 98 millones de dosis de vacunas, de distintos laboratorios, aseguradas. El objetivo es vacunar a toda la población para fin de año. El voceado ministro de Salud, el médico Hernando Cevallos, ha anunciado una importante inversión en la salud pública con el objetivo principal de mejorar el primer nivel de atención, muy deteriorado. Los casos de contagios y muertes por el coronavirus vienen descendiendo, pero Cevallos ha advertido que el país debe prepararse para una posible tercera ola de la pandemia.
La propuesta de Castillo de una Asamblea Constituyente para cambiar la Constitución que viene de la dictadura de Fujimori ha encontrado la cerrada oposición de la derecha política, económica y mediática, que se ha puesto en pie de lucha para defender la Constitución fujimorista que da una serie de beneficios a la inversión privada y reduce al Estado a un rol subsidiario de lo privado. La derecha tiene los votos para bloquear la propuesta en el Congreso. El gobierno podría convocar un referéndum sobre el tema con las firmas del 10 por ciento del padrón electoral, es decir 2,5 millones de firmas.
El líder izquierdista reemplaza al saliente presidente Francisco Sagasti, un intelectual de centro que asumió el cargo hace ocho meses designado por el Congreso en medio de una grave crisis política. Sagasti cierra un convulso quinquenio que ha tenido cuatro presidentes -uno de ellos duró menos de una semana- y dos Congresos. Con Castillo se abre una nueva etapa, con la esperanza del cambio.