¿Será posible lograr la eliminación del cáncer cervicouterino hacia 2030? Tal es la estrategia global de la Organización Mundial de la Salud (OMS), para luchar contra una de las principales causas de mortalidad, según las nuevas guías lanzadas por el organismo. "Se estima que durante 2020 fueron diagnosticadas con esta enfermedad 604 mil mujeres; alrededor de 342 mil fallecieron", describe un informe de Conicet Dialoga, que da cuenta de la presencia Silvina Arrossi, investigadora del Conicet en el Centro de Estudios de Estado y Sociedad (Cedes), en el panel de expertas y expertos internacionales que elaboró las recomendaciones de tamizaje y tratamiento de la enfermedad, "que contribuyen a alcanzar los objetivos de los próximos diez años". 

Que el 90 por ciento de la población tenga las vacunas contra el Virus del Papiloma Humano (VPH), que haya un 70 por ciento de cobertura de detección y que el 90 por ciento de las mujeres estén tratadas, son las metas proyectadas por la OMS para 2030, enumera el artículo de CD. Para hacer posibles estos objetivos, lxs investigadorxs debieron identificar la necesidad de actualizar las recomendaciones internacionales, y al cabo de revisiones sistemáticas y análisis de la evidencia científica, lograron elaborar 23 recomendaciones y 7 declaraciones de buenas prácticas. “Se incorporaron nuevas tecnologías, como el test de VPH, y estrategias basadas en la inspección visual”, explicó Arrossi. “Estas últimas son alternativas de tamizaje menos costosas y con menor inversión tecnológica, por lo tanto podrían utilizarse en lugares donde haya menos recursos y menor organización del sistema de salud”. Según la publicación, para el caso de países que cuentan con los recursos necesarios, como la Argentina, una de las recomendaciones propuestas es el test de VPH seguido de una citología, en el caso de resultar positivo y, posteriormente, una colposcopía y biopsia, si fuera necesario. Este algoritmo se utiliza en el país desde 2011, “desde que la Argentina implementó el test de VPH como tamizaje primario, constituyéndose así en un país pionero y modelo para este trabajo”, remarcó Arrossi, que entre 2008 y 2018 dirigió, junto a Rosa Laudi, el Programa Nacional de Prevención del Cáncer Cervicouterino del Instituto Nacional del Cáncer, a través del cual se gestionó el proyecto para la introducción del test al país.

El cáncer cervicouterino es el tercer cáncer más diagnosticado, y a pesar de que podría prevenirse casi por completo, continúa siendo un problema significativo de salud pública en la Argentina. Según estadísticas del Ministerio de Salud de la Nación, se estima que cada año se diagnostican unos 4.500 casos nuevos y 2.000 personas mueren a causa de esta enfermedad. Afecta principalmente a población de bajos recursos socioeconómicos que, por diversas razones (como barreras geográficas, culturales y económicas), no acceden a los servicios de tamizaje. El test de VPH es una tecnología clave para la prevención del cáncer cervicouterino, y la población objetivo comprende la franja etaria de entre 30 y 64 años. La vacunación obligatoria y gratuita contra el VPH previene la enfermedad de una forma primaria, y deben aplicársela lxs niñxs de 11 años.

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