La vida de gente apiñada en grandes urbes es un fenómeno que se ha acrecentado en las últimas décadas en la Argentina. Movidos por esta inquietud y cómo resolverla, un grupo de investigadores santafesinos, se presentó a un programa nacional para generar dos cooperativas, que darían trabajo a una veintena de familias, que podrían arraigarse en zonas rurales, y combatir el despoblamiento agrario, otro fenómeno del actual modelo agroproductivo. "Buscamos el trabajo y el uso comunitario de la tierra, después de ver como los minifundios terminan vendidos por la falta de resultados, pasando a engrosas aun mas a los latifundios", dice Vicente Costanza , fundador de CRIA , la Asociación Civil para la gestación de “Comunidades Rurales Integrales con Arraigo”.
La organización nacida en Santa Fe, participa con un proyecto propio en la convocatoria nacional para el “Desarrollo Armónico con Equilibrio Territorial”, impulsada por el Consejo Económico y Social con la finalidad de fortalecer el desarrollo en localidades pequeñas y medianas y promover la diversificación productiva. Buscan crear dos cooperativas, como unidades demostrativas a replicar, para lograr el arraigo rural en el futuro cercano.
“CRIA es la experiencia de vida de sus socios, todos vinculados al manejo de los recursos naturales y a la interacción entre lo urbano y lo rural, algunos al trabajo social, varios desde hace más de 40 años. Comparte su orientación con los objetivos centrales de la convocatoria al Desarrollo Armónico, y se creó porque propone enfocar la temática de la repoblación rural con un énfasis medular en el asociativismo y la convivencia”, dice -Costanza a Rosario 12.
Costanza explica que "esta idea surge de un grupo de investigadores y amigos que se han dedicado a cuestiones del campo y demás cosas afines, que estamos preocupados por la evolución de algunos indicadores negativos en nuestro país como son el aumento de la pobreza, la concentración de la gente en las ciudades, la necesidad de alimentos sanos. Es decir todo una combinación de cosas derivadas de la preeminencia de un modelo productivo que creemos que tiene falencias y que necesita ser complementado con un modelo donde participe más la gente".
-Qué es CRIA?
-Una asociación sin fines de lucro para tratar de promover unidades cooperativas de pequeña escala que hagan producir predios de pequeña o mediana capacidad y que puedan ser capaces para resolver este problema de la falta de trabajo de mucha gente en las ciudades y a su vez el despoblamiento del campo. Esto lo iniciamos hace un par de años más o menos y fuimos dándole forma a nuestra asociación y ahora lo que salió es una convocatoria nacional con objetivos bastante coincidentes con lo de nuestra asociación. Por eso decidimos presentar este proyecto a esta convocatoria qué consiste fundamentalmente en generar unidades demostrativas de ese tipo de manejos en el territorio santafesino.
-Cuál es su planteo?
-Planteamos dos cooperativas en dos lugares puntuales: una en Santo Tomé cercana al río Salado y otra en Colonia Iturraspe en el departamento Castellanos cerca de Rafaela. Lo que producirán no está resuelto porque depende de un estudio que se hará una vez adjudicado el proyecto. Tenemos idea de que en principio tendría que ser una combinación de cultivos para la autosustentabilidad, cultivos seguros que permitan que esas familias se autoabastescan de alimentos más un excedente negociable en el mercado para obtener ingresos adicionales, que podrían ser las variedades normales de horticultura. Pero no descartamos otros productos semi industriales, dependiendo de la capacidad de la gente que participe y de las condiciones en que se presenten en el momento adecuado, asi como de la cantidad de fondos que se le asigne.
-Qué buscan con este proyecto?
- Lo más importante a remarcar en este aspecto son las cooperativas, las formas colaborativas de producir y de vivir. Nosotros consideramos que es el punto central , no sólo del punto de vista ideológico sino desde el punto de vista práctico porque tenemos problemas de tenencia de la tierra. Esta sería una forma adecuada , una especie de propiedad comunitaria que todavía está muy poco desarrollada en nuestra legislación a partir del concepto de la propiedad comunitaria indígena. Y así podríamos tratar de paliar algunos los problemas de la subdivisión que se usa normalmente en pequeñas parcelas y demás, que da luz a los minifundios, que resultan poco eficientes y que al final redunda en que los propietarios tienen que vender sus parcelas concentrando la tierra aún más. Este es una especie de mecanismo que estamos diseñando por supuesto que con muchos antecedentes internacionales trata de paliar los efectos negativos del modelo actual.