River repitió equipo por tercer partido consecutivo. Y el plan a desarrollar fue el mismo que en los anteriores dos: Zuculini en el doble 5 para dar un paso al frente en la presión, Enzo Pérez como eje, paciencia para elaborar, los laterales como dagas y movedizos Suárez y Romero. Así, la visita llegó dos veces en los primeros 10 minutos.
Lanús apostó a ser más directo. E incomodó con la pelota parada desde la pegada de Malcorra, y con centros desde los costados, cargando con los tanques. A los 20, una conexión en velocidad casi le permite al dueño de casa ponerse en ventaja: Sand, de frente al arco y pisando el área, remató desviado.
Entre la presión del visitante y el marcaje celoso, con duelos individuales, del local, los espacios no abundaron. En consecuencia, urgía una gambeta, atrevimiento, para romper la paridad. Y a los 30 minutos, Suárez sacó a relucir su desequilibrio. Armani sacó un pelotazo largo para su corrida: el ex Belgrano metió el freno preciso tras el sprint y cedió para la llegada de Zuculini, quien desde el borde del área resolvió con precisión para rubricar el 1-0.
El tanto abrió un recurso que los de Gallardo no habían utilizado: el balón largo. Suárez olfateó que podía ser efectivo. Y a los 40, el punta cruzó para una nueva incursión ofensiva de Zuculini, quien mostró astucia para ceder hacia atrás, a la posición en la que llegaba De la Cruz. El hombre de la Selección Uruguaya no perdonó y señaló el 2-0.
El paso firme de River continuó en el inicio del segundo tiempo. A los 5 volvió a ampliar diferencias. Carrascal armó una gran jugada sobre la derecha y envió el centro para Suárez, pero Acosta se anticipó de un manotazo. Sin embargo, el rebote le quedó a De la Cruz, que envió el rebote al fondo del arco.
La mala noticia para la visita llegó transcurrido un cuarto de hora del complemento, con la lesión de Matías Suárez. “Me tiró el aductor”, dijo, y pidió el cambio de inmediato.