“Acá solo hay víctimas, una es mi hijo”, declaró Marina, la madre de Santiago Moreno Charpentier, “Chano”, en la puerta del Sanatorio Otamendi, donde su hijo sigue internado en terapia intensiva. En el plano judicial, la investigación se encamina ahora a analizar la actuación del oficial subayudante Facundo Nahuel Amendolara, de 27 años, autor del disparo que hirió de gravedad al músico, quien sufría un “cuadro de excitación psicomotriz”. Hubo un cambio en la carátula de la causa y el fiscal general de Zárate-Campana, José Luis Castaño, confirmó que el policía quedó “imputado de hecho”, aunque falta la calificación del delito que habría cometido.
“Cuando uno llama a una fuerza de seguridad, en un caso como este, es para cuidar al paciente, no para que se actúe punitivamente”, le dijo a Página/12 Claudio Capuano, coordinador de la Catedra Libre de Salud y Derechos Humanos de la Facultad de Medicina de la UBA. “El cuidar al paciente es neutralizarlo, porque hay varias formas de hacerlo y además, es un disparate que se esté cuestionando la Ley de Salud Mental a partir de este hecho”.
Capuano sostuvo que “este caso se hizo público porque Chano es una persona conocida, pero debe haber muchos casos como este que nunca se dan a conocer”. En este punto recordó que en otro contexto, ocurrió algo parecido “con el chico Sebastián Bordón, en Mendoza, cuando sufrió una crisis emocional y la policía lo mató a golpes”. Ese hecho ocurrió en octubre de 1997, cuando Sebastián estaba en viaje de egresados.
El cambio en la carátula de la causa la dio a conocer el fiscal general de Zarate-Campana, José Luis Castaño, quien informó que el oficial Amendolara “fue formalmente notificado sobre la pericia balística” que el martes 3 de agosto realizarán expertos de la Policía Federal sobre el proyectil que disparó contra Chano y que ingresó por el abdomen, afectando un riñón, el páncreas y el bazo. La notificación es para que “eventualmente pueda nombrar un perito” de parte, que lo represente, tal como dispone el Código Procesal.
El fiscal general aclaró que “la imputación se efectúa cuando se cometió un delito” determinado en el expediente, algo que todavía no pasó en la causa. De todos modos, estimó que hay una “imputación de hecho” y se hizo la notificación para que el oficial involucrado pueda tomar las medidas que considere necesarias. Al comienzo, la causa fue caratulada “atentado y resistencia a la autoridad y lesiones”, poniendo en el centro de la investigación a Chano. Ahora, la carátula es “averiguación de delito”. Además del peritaje que se hará el martes 3, se hizo este miércoles una inspección ocular en el lugar del hecho, en la vivienda donde vive el músico, en el barrio privado Parque La Verdad, de Exaltación de la Cruz.
Esta semana, el oficial Amendolara será notificado formalmente sobre los alcances del artículo 60 del Código Procesal Penal bonaerense, que establece que "se considerará imputado a toda persona que en cualquier acto o procedimiento se lo indique o detenga como autor o partícipe de la comisión de un delito”.
En la mañana del miércoles, Marina Charpentier, la mamà de Chano, habló con los periodistas en la puerta del sanatorio Otamendi, donde sigue internado su hijo. La mujer, visiblemente emocionada por la situación que atraviesa su hijo, se refirió al cambio de la carátula de la causa y a la situación del policía. Aclaró que “acá no hay nadie contra nadie, no es la mamá contra la policía. Acá solo hay víctimas, una es mi hijo”. Marina aseguró que no está en contra de la policía de Capilla del Señor, que es la que se hizo presente en la casa de Chano, porque “esa gente ayudó a mi hijo” en ocasiones anteriores. Con la voz entrecortada por el llanto, Marina señaló que “la mamá de Amendolara está sufriendo como yo”, por lo sucedido. Aclaró, una vez más, que ante la crisis que atravesaba Chano “sólo llamé a una guardia médica para que ayuden a mi hijo. Solo pedí ayuda”. La mujer pidió que se haga algo para la aplicación de la Ley de Salud Mental “porque estamos todos los padres de los enfermos de adicciones igual. La adicción es una enfermedad y nadie nos da respuestas. Las mamás de todos los ´Chanos´ que sufren adicción piden ayuda y no tienen respuesta”. Y agregó: “Si quieren saber lo que padece un adicto, escuchen las letras de mi hijo, hace 20 años que pide ayuda”.
La versión policial
En relación a la causa, trascendió lo que declaró como testigo la oficial Vanesa Janette Flores, que formó parte del grupo de tres uniformados que llegó a la casa de Chano, en la madrugada del lunes. El tercer integrante fue el oficial Mariano Andrés Giacco, que también dio su testimonio.
La oficial Flores justificó el accionar de su compañero Amendolara. Dijo que Chano amenazó con “matarlo”, luego de tomar un cuchillo de cocina, de los que se usa para cortar pan. El trascendido sobre los dichos de Flores fue acompañado por la difusión de una fotografía en la que se muestra un cuchillo tirado sobre el césped. Desde el principio, las fuentes policiales aportaron datos tendientes a justificar el accionar del oficial que disparó sobre alguien que “necesitaba ayuda y no una acción punitiva”, recordó Claudio Capuano en diálogo con Página/12.
Además del cambio de carátula, hubo cambio de fiscal. Ahora está a cargo Martín Zocca, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 1 de Delitos Complejos de Zárate-Campana, quien se comunicó con la madre de Chano, para decirle que cuando este en condiciones de hacerlo, debe concurrir a su despacho para prestar declaración testimonial sobre cómo sucedieron los hechos. Fuentes judiciales dijeron que fue “una charla informal” en forma telefónica. Zocca reemplazó al fiscal Juan Manuel Esperante. El cambio se produjo porque ahora el foco de la investigación está puesto en la actuación policial.