Cuando Prince partió de "esta cosa llamada vida", de manera súbita e inesperada en 2016 y a los 57 años, dejó detrás suyo uno de los más impresionantes y prodigiosos cuerpos de obra alguna vez creados por un músico. Además de sus 39 discos de estudio llenos de hits y las cinco películas que realizó en su vida, la leyenda dice que el Chico Púrpura también se reservaba tanto como 8 mil canciones inéditas, almacenadas en una bóveda subterránea bajo el singular y secretivo complejo de grabación en Paisley Park, en los suburbios de su ciudad natal, Minneapolis.
En los cinco años transcurridos desde la muerte de Prince, sus herederos debieron afrontar la incómoda cuestión de qué debe hacerse con toda esa música no escuchada. Bajo la administración de Troy Carter -ex manager de Lady Gaga-, el archivo mismo fue trasladado a Iron Mountain, un complejo de almacenamiento con clima controlado en Los Angeles; se reunió a un equipo de archivistas para hacer un repaso del material. Los lanzamientos iniciales del tesoro en la bóveda apostaron más bien a lo seguro: versiones expandidas de discos clásicos como Purple Rain, 1999 y Sign o’ the Times, junto al Originals de 2019, una compilación de demos y canciones que Prince escribió para otros artistas.
Entonces, el año pasado el archivista Michael Howe se tropezó con el cáliz sagrado: un album completo y nunca lanzado de Prince. Howe ha dicho que encontró un trío de CD-Rs con una lista de canciones escrita con la misma letra de Prince, junto a un título garabateado: Welcome 2 America.
El disco había sido grabado en la primavera de 2010, cuando Prince y su banda New Power Generation estaban en Paisley Park ensayando para una gira del mismo nombre. Pero el proyecto fue misteriosamente archivado. Algunos pueden formular cuestionamientos a la ética de editar de manera póstuma una música sobre la que un notorio perfeccionista como Prince no puede tener la palabra final; pero aquellos que lo conocieron y que trabajaron en el álbum argumentan que sería un crimen aún mayor permitir que las grabaciones se desvanecieran sin dejar rastro.
"El no tenía obligación de conservar las cintas", apunta Shelby J, una cantante y corista que acompañó a Prince durante una década, y aparece en Welcome 2 America. "Vos ponés cosas en una bóveda para protegerlas. Y para el hombre que conocí su cuerpo de trabajo era muy, muy importante. Yo sé cuánto trabajo y dedicación le puso a esto. Sé que definitivamente él no pondría tanto esfuerzo en algo para que nunca vea la luz del día."
Elsa Fiorillo, otra de las cantantes en Welcome 2 America que trabajó por primera vez con Prince a comienzos de los años '90 y volvió a la banda en 2009, dice que sus preocupaciones iniciales sobre lanzar música inédita fueron apaciguados por el hecho de que estuviera involucrado el director musical de Prince, Morris Hayes, quien fue traído en persona para coproducir Welcome 2 America. "Al principio estaba muy sensible sobre todo el asunto", dice Fiorillo. "Para mí fue todo un shock que Prince se fuera de la manera que se fue. Sé que él nunca sacaba algo hasta que no estaba terminado, pero después pensé en Morris, que compartió su vida tanto como yo -25 años- y sabía bien qué le gustaba a Prince. Si alguien tenía que terminarlo tenía que ser Morris, con lo que, en respeto a eso, me siento OK con el lanzamiento."
Los argumentos para editar Welcome 2 America en 2021 se refuerzan con dos factores clave: las canciones son indudablemente buenas, dando más brillo en lugar de disminuir el legado de Prince; y una década después de haber sido compuestas y grabadas aún se sienten actuales. Aunque el disco es un típico producto ecléctico de Prince, en el que encuentra espacio para el funk influido por Curtis Mayfield ("Born 2 Die"), la seducción en falsete ("When She Comes") e incluso una sentida versión de una balada de Soul Asylum ("Stand Up And B Strong"), es también un registro políticamente explícito que encuentra al músico escribiendo sobre la lucha por justicia racial y la peligrosa diseminación de desinformación en las redes.
Estos son temas que claramente estaban cerca de su corazón, y que no han dejado de ganar relevancia en los años transcurridos desde su muerte. Al anunciar la gira Welcome 2 America en 2010, Prince señaló en un comunicado: "El mundo está en permanente tensión por la desinformación. La visión del futuro de George Orwell ya está aquí. Necesitamos mantenernos firmes en la fe en los desafiantes tiempos que tenemos por delante."
"Estamos hablando de un tipo que escribió '1999' en 1982", dice Shelby J entre risas. "Una charla bien seria. El siempre estuvo tan adelantado que ni siquiera lo podías percibir. Cuando escuchás la canción 'Welcome 2 America', es como si la hubiera escrito el mes pasado. Es muy profética."
Esa canción que titula el disco, en su mayoría más declamada que cantada, presenta a Prince despotricando contra una cultura de internet contra la que era sabido que tenía muchas reservas. Allí describe a su país como un lugar "donde todo y nada está de onda según lo que dice Google", poblado por ciudadanos "distraídos por las atracciones del iPhone". Uno de los momentos que atrapa al oído llega cuando las coristas lanzan el coro: "Tierra de los libres, hogar de los valientes... Ooops, quiero decir: tierra de los libres, hogar de los esclavos."
Shelby J recuerda bien el momento en que el músico le mostró esas líneas provocativas para que las cantara. "Fue fabuloso, porque Prince siempre nos estaba enseñando", dice, dibujando una conexión entre la canción y el actual debate sobre qué se le enseña a los estadounidenses sobre la historia colonialista del país. "El quería que aprendiéramos, especialmente las cosas que deberíamos haber aprendido en la escuela pero no lo hicimos. Lo que está sucediendo ahora en Estados Unidos es que estamos tratando de que se enseñen más cosas en la escuela que son incómodas. Prince podía hablar de lo que era incómodo porque la verdad es la verdad, y no podés cambiar lo que no conocés. La manera en la que él usó la música es tan sinuosa, porque podés estar funkeando y de pronto él te golpea con esta pieza educacional que te hace ir un poco más profundo."
El tecladista Renato Neto, un miembro de larga data de la New Power Generation que fue parte de la gira Welcome 2 America, coincide en que Prince siempre parecía tener una asombrosa previsión de hacia dónde estaba yendo la sociedad. "La razón por la que eso de lo que él habla parece tan relevante hoy es que siempre estaba un paso adelante, siempre pensaba un poco más allá que los demás", dice, y agrega que él tampoco tiene problema con escrutar la bóveda de material no escuchado. "Prince nunca me dijo que no quisiera que eso se editara cuando él ya no estuviera. Estoy seguro de que, dondequiera que esté, en la dimensión en la que se encuentre hoy, va a disfrutar el hecho de que estemos escuchando su música, recordando su legado."
Mientras muchos de los que trabajaron en Welcome 2 America eran veteranos del grupo de Prince, para algunos como el ingeniero de sonido Jason Agel el proyecto era el primer vistazo dentro de su excéntrico, idiosincrático mundo. Agel recuerda una mañana, poco después de llegara a Minesota, cuando fue contactado para hacerle sabe que alguien iría a recogerlo de su hotel para llevarlo a Paisley Park. "¡Y ese alguien era Prince!", se ríe Agel, aún asombrado. "Se vino a este hotel cerca de la autopista en los suburbios en un brillante Cadillac deportivo negro. Tenía su emblema en las llantas, y en todo lugar donde normalmente debería estar el emblema de Cadillac. Sonaba música funk a todo volumen en el equipo y tenía puesta una chaqueta con pequeñas bolas de espejos por todos lados. Parecía sacado de una película."
Aun siendo un recién llegado, Agel dice que Prince se mostró muy abierto con él sobre el hecho de que entendía el disco como una declaración pública. "El quería hablar sobre estas cuestiones políticas, y por qué sentía que era importante decir algo con estas canciones", dice. "Eso me hizo entusiasmar mucho, porque siempre preferí trabajar con gente seria, que quiere decir cosas importantes. Cuando se sentó a mi lado para grabar las voces de la canción del título, y emitió esta cosa muy pesada, declamada, me dio escalofríos."
Para aquellos que trabajaron en el disco una década atrás, parte del disfrute de escuchar Welcome 2 America ahora, con los oídos frescos, es que les sirve de recordatorio de que aunque Prince era un hacedor de éxitos, un virtuoso y un showman consumado, también tenía un poderoso mensaje de unidad que quería transmitir y diseminar. "La gente a veces dice que Prince no tenía una dimensión política. ¡Sí que la tenía!", exclama Shelby J. "No siempre, pero él era muy consciente de lo que estaba pasando en el mundo y en su país. Su lema era amar al prójimo, pero eso no significa que no hables de las cosas que están mal. Mirá lo que pasó en Minneapolis con George Floyd. Fue horrible, fue espantoso, pero si no lo enfrentamos y no tratamos de arreglarlo, entonces el futuro no será muy diferente."
Fiorillo coincide. "Prince fue un maestro, de muchas maneras", dice. "Yo siento que este disco es él intentando dar una enseñanza al mundo: 'pónganse las pilas, junten su mierda y hagamos que esto funcione, porque este mundo está fallando de una manera horrible'."
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.