Seguidores del cura Agustín Rosa Torino se manifestaron en el penal de Villa Las Rosas donde se encuentra detenido cumpliendo una condena a 12 años de prisión por abuso sexual dictada por la Sala IV del Tribunal de Juicio.
La protesta fue en apoyo al condenado y en rechazo a la apelación presentada por la fiscala Verónica Simesen de Bielke, que insistió en que se le aplique al religioso una pena de 22 años de prisión. Mientras, la defensa, ejercida por los abogados Humberto Oliver y Fabio Núñez, anunció que también apelará el fallo, en su caso en sentido contrario.
Mónica es una seguidora de Rosa Torino, prefirió no dar su nombre completo. Contó a Salta/12 que se sumó a una convocatoria que hubo en grupos de oración de whatsapp. La mujer contó que cuando tenían conflictos de pareja con su esposo Rosa Torino les brindó su consejería religiosa y los ayudó a que siguieran juntos. Por eso, llamó Agustina a una de sus hijas, en honor al sacerdote. Dijo que el religioso iba a los encuentros, que "era maravilloso" lo que se vivía ahí. "He vivido milagros por intersección del padre", afirmó, y dijo que cree en su inocencia porque se lo dice su "corazón" y "el Espirítu Santo". Sostuvo que conocía a los dos varones denunciantes, "yo solamente quiero hablar cosas buenas, no puedo hablar de ellos", dijo.
Otro de los seguidores, Daniel, manifestó sus quejas respecto a la forma en que la prensa trató este caso tanto antes como durante el juicio, y llegó a calificar a los denunciantes como pertenecientes "a los que hacían teatro". "Se tergiversaron muchísimas cosas, todos los denunciantes pertenecían a los que hacían teatro, esa gente estaba capacitada para hacer llorar a todo el mundo", aseguró.
Teorías conspirativas
Daniel y otras personas del grupo adscribieron a una teoría conspirativa y a un complot organizado contra el sacerdote al opinar que las causas de abuso sexual fueron armadas contra el cura en una acción que apunta a la Iglesia Católica, algo que enarboló en su momento el propio sacerdote.
También adujeron que hubo "una cuestión política", porque en las manifestaciones de apoyo a lxs denunciantes estuvieron el Partido Obrero, "las pañuelos verdes", y otras organizaciones que piden la separación de la Iglesia del Estado.
"Quieren hacer del padre un Grassi salteño", manifestó otra de las seguidoras. "La condena es injusta, hay pruebas", sostuvo la mujer. Sin embargo, nadie del grupo pudo exponer en concreto elementos que sustenten tal afirmación.
Otra seguidora, Marta de Roble, contó de los milagros que atribuía a las intervenciones de Rosa Torino en su vida: la curación de un familiar, el haber podido comprar una casa por un premio ganado en su familia cuando les remataron la vivienda, entre otros hechos. Dijo que jamás vio situaciones abusivas o de maltrato por parte del cura.
Abusos, humillaciones y maltratos
El 8 de julio la Sala IV del Tribunal de Juicio de la ciudad de Salta declaró a Rosa Torino culpable de abuso sexual en perjuicio de dos exnovicios y una exmonja que integraron su organización religiosa y lo condenó a la pena de 12 años de prisión efectiva. El sacerdote, que había llegado al debate en libertad, fue detenido y llevado al penal de Villa Las Rosas. Se trata de la primera condena por este delito en Salta al fundador de una orden religiosa.
La fiscala Simesen de Bielke, que sigue reclamando una condena a 22 años de prisión efectiva, había alegado en el juicio que Rosa Torino ejercía una manipulación de conciencia sobre las víctimas. De hecho, lxs denunciantes contaron en la audiencia que en la congregación el religioso era considerado un santo y por eso mismo les llevó varios años poder denunciar.
La fiscala había fundamentado que el sacerdote tenía un modus operandi y utilizaba como excusa las que él llamaba "revisaciones" para cometer tocamientos o mirar los genitales de las víctimas. Señaló que entablaba conversaciones sobre temas religiosos con sus futuras víctimas, y que luego les hacía preguntas orientadas a lo sexual. Sostuvo que el cura cometía estos abusos desde una posición de poder, las víctimas le tenían confianza, como fundador y superior de la orden. Asimismo, recordó que los abusos sexuales no se cometen a la luz del día, a la vista de terceros, y que el autor encuentra el momento para llevar adelante esos delitos, precisamente para mantenerlos en secreto.
Además de la condena por los hechos en perjuicio de las tres personas que lo denunciaron pernalmente, hay alrededor de 10 denuncias canónicas por abusos sexuales que hizo llegar el obispo Luis Stockler a la fiscala, aunque de forma tardía, por lo que no se pudieron incorporar como prueba en la causa judicial. Varios de los denunciantes eclesiales, se presentaron como testigos en el juicio y narraron cómo era la vida en la orden religiosa, incluso algunos relataron haber padecido tocamientos por parte del cura, además de humillaciones y malos tratos.
El Instituto Hermanos Discípulos de Jesús de San Juan Bautista, fundado por Rosa Torino, fue intervenido en octubre de 2015, por decisión del Vaticano, que también desplazó a Rosa de su cargo, mientras que en junio de 2019, la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica decidió cerrarlo. Sin embargo, persiste la orden femenina. Además de Rosa Torino, este año dos de las víctimas esperan que en Río Gallegos sea juzgado también otro cura de la orden religiosa al que denunciaron por abusos sexuales, Nicolás Parma.