Un estudio afirma que, si se produjera el Apocalipsis, el mejor lugar para estar cuando llegue el fin de la civilización es Nueva Zelanda. La investigación del Instituto de Sostenibilidad Global de la Universidad Anglia Ruskin afirma que el país de Oceanía podría resistir mejor el colapso.
Los expertos tuvieron en cuenta cuestiones como los desastres naturales y provocados por el hombre, como el cambio climático; colapsos financieros e, incluso, una pandemia como la del coronavirus. Los países insulares, con clima templado, poblaciones bajas per cápita que están bien dispersas y sectores agrícolas estables, y con capacidad de aprovechar la energía renovable, son los que lograron buenos puntajes en la encuesta.
Otros países con buena puntuación han sido Islandia, Irlanda y la isla de Tasmania, ubicada frente a Australia. La capacidad de controlar la inmigración no deseada también fue una ventaja que se consideró.
Para los autores del trabajo, publicado en la revista Sustainability, resultó sorpresivo el alto puntaje que logró el Reino Unido a nivel de autosuficiencia, con sus "abundantes fuentes de energía autóctonas renovables y no renovables, economía moderna de alta tecnología y gran capacidad de fabricación".
El profesor Aled Jones, uno de los responsables de la investigación, resaltó que en los últimos años sucedieron pérdidas mundiales de alimentos, una crisis financiera y la pandemia, y aun así "hemos tenido suerte de que no todas las cosas hayan sucedido al mismo tiempo". A su juicio, "a medida que empiezas a ver que estos eventos suceden, me preocupo más. Espero que podamos aprender más rápido que en el pasado que la resiliencia es importante ”.
También consideró que "la civilización industrial intensiva en energía que abarca todo el mundo y que caracteriza a la era moderna representa una situación anómala cuando se la considera en contra de la mayor parte de la historia de la humanidad".
¿Cuán cerca se está de un escenario apocalíptico? Para los responsables del estudio, se puede estar mucho más cerca de lo que se piensa, con el mundo en un "estado peligroso".
Nueva Zelanda es un país que destaca por el hecho de que hay multimillonarios que han comprado propiedades en el archipiélago. Por ejemplo, el magnate Peter Thiel, que compró una propiedad de 193 hectáreas cerca de Wanaka, en la Isla Sur, en 2015. Thiel es un capitalista de riesgo de Silicon Valley, y consiguió la ciudadanía después de apenas cuatro visitas al país.
Otro que se instaló en el país oceánico es el director de cine James Cameron, que reside en una granja orgánica en Wairapa, cerca de Wellington, la capital neocelandesa. Mientras, el presentador Matt Lauer invirtió más de nueve millones de dólares en una gran propiedad en Wainaka.
Claro que, para acceder a una propiedad, los extranjeros deben pedir la aprobación de la Oficina de Inversiones en el Extranjero, una dependencia gubernamental.
La economía neocelandesa depende de las importaciones, tiene potencial energético y abundantes tierras para la producción agropecuaria. Tiene mago menos de cinco millones de habitantes y su premier, Jacinda Ardern, acaparó elogios por su manejo de la pandemia. De hecho, el país aparece primero en la lista de los mejores países para superar la pandemia.