Hace seis años, dos descarrilamientos en poco tiempo, aunque sin mayores consecuencias para los pasajeros, convirtieron en noticia nacional al Tren a las Nubes. Su famoso recorrido se había tornado imprevisible y dejaba en evidencia la falta de mantenimiento de las vías del ramal C 14 por donde circula la formación.
En esa oportunidad el gobierno de Salta decidió discontinuar con las salidas del emblemático tren, que partía desde la estación de trenes de la capital salteña. Pero para la temporada 2016 comenzó a operar con la nueva modalidad que arranca desde San Antonio de los Cobres y llega al Viaducto de la Polvorilla, ubicado a unos 12 kilómetros. Por lo que ahora se combina un traslado ida y vuelta en bus desde la ciudad de Salta, hasta la localidad cabecera de la Puna salteña.
El presidente de la Sociedad del Estado que opera el servicio, Sebastián Vidal, señaló que “siempre está en la mira recuperar el recorrido largo del Tren a las Nubes”, pero eso implica una inversión elevada no solo para mantener las vías, sino porque en ese caso sería necesaria la compra de una nueva formación, algo que desde la empresa no están en condiciones de hacerlo.
Hace un par de semanas atrás retornó el servicio público de pasajeros desde Salta hasta Campo Quijano, justamente un trayecto que comprende la primera parte del viejo Tren a las Nubes. En tanto esta semana se conoció que se firmó un convenio entre nación y provincia para avanzar con la reactivación de ese tipo de servicio de pasajeros de la capital hasta Coronel Moldes, poniendo en condiciones el inactivo ramal C13.
Pero por ahora, el acondicionamiento del C14 para que pueda circular el tren con pasajeros desde Quijano hasta San Antonio de los Cobres no figura en carpeta, y por lo tanto seguirá limitado a las formaciones de carga que trabajan principalmente con el transporte de productos extraídos de las minas puneñas.
Vidal recordó que el Tren a las Nubes comenzó a operar en 1972, y que recorría en total unos 217 kilómetros hasta llegar a la Polvorilla. La excursión ida y vuelta llevaba al pasajero unas 15 horas, y que contaban con una única parada para caminar un poco en San Antonio.
“Antes de avanzar con un servicio así nuevamente, debemos hacer una evaluación integral para saber cual será el costo del ticket”, advirtió el directivo, ya que sospecha que podría tener un precio elevado que no resulte atractivo a los visitantes, considerando que históricamente los pasajeros del tren en un 80 por ciento son de origen nacional y solo un 20 por ciento es extranjero.
Pero Vidal también marca que una habilitación de las vías permitiría explorar nuevos productos de viajes más cortos, y recordó el Tren del Sol, que operó a fines de los ‘90 y unía los 80 kilómetros que separan la capital salteña de la estación Ingeniero Maury.
Igualmente se manifiesta conforme con el actual servicio bimodal, que combina una parte en micro y otra en tren, y señala que en base a encuestas propias y comentarios que realizan los pasajeros en las redes sociales, el viaje corto tiene muy buena aceptación entre los turistas.
“Con la otra modalidad era imposible por una cuestión de tiempos que los pasajeros bajen en las estaciones intermedias y se de ese derrame que hay ahora, no solo económico sino también cultural, por el intercambio de experiencias que genera la interrelación”, afirmó.
Hoy los micros que llevan a los pasajeros hasta San Antonio de los Cobres, frenan en el paraje El Alfarcito y en el pueblo de Santa Rosa de Tastil, donde se encuentra un vieja ciudadela indígena. En ambos puntos los lugareños no solo ofrecen productos manufacturados artesanales, sino que también productos cultivados, como habas o papa andina.
Pero a su vez solo con el viejo recorrido se puede apreciar casi en su totalidad la obra que ideó el ingeniero estadounidense Richard Maury, que para asegurarse que el tren logre avanzar mientras gana altura (alcanza los 4200 metros sobre el nivel del mar), diseñó una serie de rulos, zigzag y túneles, que convirtieron al C14 en una joya de la ingeniería ferroviaria a nivel mundial.
Unas buenas vacaciones de invierno
Por la pandemia del Covid 19, durante gran parte del 2020 el Tren a las Nubes estuvo inactivo, y recién en el verano de este año pudo programar nuevas salidas. “Originalmente iban a ser 4 en toda la temporada, pero finalmente fueron 8 por la demanda que hubo”, señaló Vidal.
Ahora, para las vacaciones de invierno, época tradicionalmente fuerte para el turismo en Salta, se iban a hacer 12 viajes, pero debieron agregar ocho más, totalizando 20 con prácticamente todos los pasajes vendidos. Los números finales los dará a conocer el ministerio de Turismo provincial a comienzo de la próxima semana, pero que se haya tenido que incrementar en un 70 por ciento la cantidad de viajes, ya marca que serán positivos y mejores de lo esperado.
“Podemos decir que fue muy buen mes el de julio y en Agosto continuaremos con las tres salidas semanales de los martes, jueves y sábado”, indicó Vidal.
Este mes tiene el agregado de que en San Antonio de los Cobres se celebra la Fiesta nacional de la Pachamama, que si bien es el 1 de agosto, en esta oportunidad la primera ceremonia y apertura oficial está prevista para el sábado 7. Para ese día el Tren a las Nubes tiene programada una salida.
En una situación normal pre pandemia el Tren tiene un capacidad para 460 pasajeros, pero la necesidad de respetar el distanciamiento social obligó a reducir un 20 por ciento del total de butacas, lo que representa que hoy traslade un máximo de 340 pasajeros.
Hazaña ferroviaria
La construcción del ramal c 14 fue una obra que llevó 27 años hasta completar el trayecto que une la ciudad de Salta con la chilena Antofagasta, permitiendo el transporte de carga ferroviario con los puertos del Pacífico. Tal fue la magnitud de la obra y la cantidad de personal que movilizó que el campamento principal derivó en la fundación oficial de Campo Quijano, uno de los actuales 60 municipios salteños.
La obra se inició el 31 de marzo de 1921 y estuvo a cargo del ingeniero Richard Maury, nacido en los Estados Unidos, pero nacionalizado argentino. El equipo con el que contaba era de unas 1.300 personas que tendieron unos 570 kilómetros de vía hasta el límite con Chile en el paso de Socompa. El trazado cuenta con 42 estaciones, 13 viaductos (el más conocido es justamente el de la Polvorilla); 32 puentes de acero, 21 túneles. Además de los ya mencionados rulos y zigzag diseñados para que el tren pueda ganar altura entre medio de los cerros.
La obra concluyó el 17 de enero de 1.948 cuando se unieron los rieles en Socompa, y el 20 de febrero se celebró la inauguración integral del Trasandino del Norte. Con vaivenes el mantenimiento del ramal no fue el adecuado, a pesar de circular por allí el atractivo turístico más emblemático de la provincia. Ahora la nueva fiebre del litio que se extrae de los salares de la Puna, puede llegar a representar una nueva oportunidad para el desarrollo del legendario C14.