-¿Cómo se podría mejorar el control de la venta de municiones? -le preguntó Rosario/12 al secretario de control de armas de Santa Fe Lautaro Sappietro.

-Lo primero que hay que decir es que vender municiones no es ilegal, ahora, hay grandes huecos, grandes deficiencias normativas y de control en torno a eso. Hoy cualquiera puede comprar mil municiones por día sin que sea delito. Nosotros creemos que desde los organismos municipales y provinciales debemos reforzar el control, siempre obviamente de la mano del organismo que tiene el control formal que es la Agencia Nacional de Materiales Controlados (ANMAC), que es la única que puede hoy controlar los libros de las armerías. En este sentido, trabajamos hace nueve meses en una ordenanza que se aprobó en el Concejo pero que nunca fue reglamentada. Justamente, ese software permite subir información al sistema para que el municipio pueda acceder y cuando llegue a la armería pueda constatar si esa venta se hizo o no se hizo y poder a controlarla. Esto es lo que ya existe en la ciudad de Santa Fe. De esta manera, haciendo inspecciones en conjunto con la Municipalidad, pudimos dar cuenta de una armería que había vendido munición sin autorización.

-¿Se necesita algo más para mejorar el control?

-Sí, para seguir mejorando los controles es necesario un cambio de normativa, empezar a visibilizar estos fenómenos que, por suerte, con las investigaciones de la Unidad fiscal de balaceras, empezaron a mostrarse y a ponerse en evidencia. Algo que antes no sucedía. Nosotros siempre sostuvimos que el mercado legal es uno de los que más hay que controlar para que no pasen al ilegal una buena cantidad de municiones. 

-¿De dónde surgen las balas que repican por toda la ciudad, sólo de las armerías?

-Uno de los lugares es la venta legal de munición que pasan al mercado negro, pero  otro de los controles que hay que hacer es sobre los depósitos institucionales. Estos son lugares donde las armas y municiones son secuestradas: primero el estado las visibiliza por alguna circunstancia particular, porque se cometió un delito con ellas. Pero después las deja invisibilizadas porque pasan de un depósito al otro, donde se pierde de vista la trazabilidad. Esto ya está aceptado, que se pueden filtrar municiones de este modo. Y finalmente están las propias municiones policiales, que hoy en día están marcadas con una sigla especial, que las diferencia del resto.

-¿Qué otro eslabón de la cadena de control habría que reforzar?

-La ANMAC tendría que tener una mayor presencia, no sólo en armerías sino en clubes de tiro, cotos de caza, lugares donde justamente circulan y se utilizan municiones  y donde además muchas veces se recargan municiones. Y finalmente hay que trabajar en un control de la venta legal de armas, un registro provincial, sin desconocer potestades nacionales de Anmac, sino para tener un registro propio y dejar de depender de lo que haga o no haga Nación.