Mientras se acerca la hora del veredicto del tribunal que juzga a Oscar Alberto Racco por los delitos de reducción a la servidumbre, abuso sexual y privación de la libertad de María Eugenia, durante 23 años, la Colectiva de Abogadas Translesbofeministas pidió "justicia con perspectiva de género" en el caso. Desde la organización que viene siguiendo el debate oral y público, lamentaron que "María Eugenia fue víctima de Racco y víctima de un sistema patriarcal que la invisibilizó durante más de 20 años". La fiscal Luciana Vallarella pide 18 años de prisión para el acusado, de 60 años.

Tal como contó María Eugenia ante los jueces Nicolás Vico Gimena, Rafael Coria y Nicolás Foppiani en la primera jornada de juicio, fue privada de la libertad en 1996, por el hombre con quien había empezado a salir pocos meses antes. Ella tenía 19 años y Racco era 16 años mayor. Ante esa reconstrucción de los hechos, desde la Colectiva analizaron que "la relación estaba signada por celos excesivos, control, maltrato psicológico y golpes. En mayo de ese año Racco violentó físicamente a María Eugenia delante de su familia, lo que llevó a que llamaran a la policía, pero como siempre las fuerzas de seguridad sin ninguna perspectiva de género trasladaron a la víctima y al imputado a la comisaría, situación que fue aprovechada por Racco para llevarla a su domicilio y comenzar lo que fuera el calvario de María Eugenia", lamentaron sobre las primeras fallas del sistema. Incluso, "durante los dos primeros años la mantuvo encadenada a una cama. Luego, y ya con su psiquis devastada, la obligaba a realizar todas las tareas de la casa, amenazándola con matarla a ella y a su familia si no cumplía", analizaron sobre el relato de la mujer que padeció reiterados sometimientos.

En mayo de 2019 María Eugenia logró escapar, luego de que Racco olvidara poner candados en la puerta, por sentirse descompuesto y encerrarse en el baño. "Dos años después y con una exhaustiva investigación, la fiscalía lo acusa y pide 18 años de prisión. La defensa pública, por su parte, pide la absolución por creer que el mero testimonio de la víctima no será suficiente para comprobar los delitos. María Eugenia fue víctima de Racco y víctima de un sistema patriarcal, que la invisibilizó durante más de 20 años", afirmaron.

"Venimos acompañando el pedido de justicia. Entendemos que el encuadre que hace la fiscalía es el correcto; y esperamos una sentencia justa para María Eugenia", dijo María José Clutet, representante de comunicación de la Colectiva. "Lo personal es político", remarcó. "Toda esa violencia que ella sufrió de alguna manera hoy se visibiliza en un juicio oral y público, y ella se anima a contar su historia. Lo más fuerte es cómo intentó pedir ayuda en diferentes espacios, en medio del miedo. En los lugares donde la vieron, como el consultorio de un dentista --cuando los dolores eran insoportables-- o en Tribunales, cuando fue a firmar el divorcio con el padre de su hijo, ella intentó pedir ayuda, y creo que faltó escucha activa y perspectiva de género". Incluso, sobre testimonios de "cuando estaba en la vereda (de calle Santiago al 3500) con él y tenía que mirarlo siempre a la cara, sin poder ver a la calle", recordó. Y se esperanzó: "Ojalá ahora como sociedad no tengamos incorporado el 'no te metas'". 

En ese sentido, destacó la importancia de la Ley Micaela. "Necesitamos que llegue cada vez a más espacios. Hoy entendemos que hay una conciencia de que esto es importante, la cuestión de géneros está en la agenda política y de los medios y eso hace que podamos tener una alarma. Es importante para nosotras, como abogadas, estar organizadas, para visibilizar el actuar de la Justicia, que debe tener perspectiva de género, promocionar capacitaciones, y que todos los programas de la carrera de Abogacía tengan contenido de género y diversidades", señaló y recordó que la postura de la organización "no pasa por el punitivismo como única respuesta a una sociedad mejor", y en este caso apoyan lo solicitado por la fiscalía.

Además, rescató que una vez que María Eugenia pudo salir recibió ayuda de las áreas de género de la Fiscalía, de las áreas de género de la Municipalidad y otros espacios que le dieron escucha y ayuda. Al mismo tiempo, precisó: "Hoy el relato de ella es la mayor prueba. Es evidente que nadie podría estar inventando algo así". Y rescató que "la fiscal Vallarella pudo reunir pruebas que lo respaldan, hizo un trabajo muy bueno".