-Agarraste un fierro caliente, ¿por qué?

-¡Porque mi papá es metalúrgico!

Natacha Poberaj ríe. Cuando Página/12 se sienta a la mesa con ella, apenas pasaron tres días del anuncio oficial de su designación como directora del Festival Tango BA, que incluye al Mundial de Tango. Poberaj toma el lugar de Gabriel Soria, quien quedará en el equipo de producción. Soria llegó a esta edición desgastado después de años al frente del evento y golpeado por la crítica casi unánime del sector a la experiencia virtual del año pasado. Ahora la bailarina, ex campeona mundial en categoría pista (2006), tendrá que conciliar los reclamos de los múltiples espacios del sector, enfrentar el pedido de buena parte de las organizaciones de suspender el encuentro y, además, estar a la altura de las expectativas que la comunidad de bailarines pone en ella sin relegar los deseos –legítimos- de otros rubros.

Con su designación se lanzaron siete convocatorias. Cinco presenciales y dos virtuales. Salvo en una, todas son total o parcialmente destinadas a bailarines. Y la que no lo es, es virtual y orientada a las orquestas municipales, algo que puso en alerta a las organizaciones de músicos, pues la mayoría del circuito se compone por grupos independientes. “Este mes saldrán otras, más relacionadas con la música”, promete Poberaj. “Sucede también que el tango-danza es de los sectores más golpeados de la cultura. Los bailarines no pueden hacer mucho streaming, no hay milongas, y nos pareció coherente empezar por acompañarlos”, justifica.

-Hace poco varias organizaciones sacaron un comunicado pidiendo que se posterge o suspenda el Festival y se destinen esos recursos al sector.

-De hecho se posterga. Se hace en septiembre, que es lo que se puede. También hay que tener en cuenta preliminares y subsedes que suceden a lo largo del año. Algunas, dentro del país, por la pandemia estuvieron muy paradas porque no tienen apoyo de los municipios y les es inviable. Hoy gran parte del dinero está destinado a salud y la cultura va remándola en dulce de leche. Y también pasa que el resto del mundo se fue abriendo, pero en el lugar donde el tango nació no estamos pudiendo bailar. En Japón, Europa, Italia, Estados Unidos ya se hicieron las preliminares. Entonces hay fechas programadas anualmente que el margen que dieron para mover esto, fue septiembre.

-Igual hay un viejo pedido de desdoblar el festival y mundial. ¿Vos qué pensás?

-Ojalá se pudiera hacer. En Ciudad antes estaba el Metropolitano, o Campeonato de la Ciudad, en mayo. Lo más lindo que nos podría pasar no es que se desdoble, sino que podamos sostener los aportes al tango todo el año, no sólo el festival.

-Te reuniste con la Mesa del Tango Danza. Una de las cosas que pasó en pandemia fue la organización del sector. ¿También te agrupaste?

-En primera instancia estuve en algunas reuniones. Después no me dieron los tiempos. En plena pandemia estoy con mis tres hijos y sus clases en casa. Y con María Nieves, que tiene 86 años y la acompaño desde que empezó la pandemia porque unos días antes se había fracturado la muñeca. De ahí en adelante, todos los días con ella. Ese fue uno de mis aportes: me ocupé de la persona que puso al tango donde tiene que estar.

-¿Cómo viste el proceso de organización?

-Maravilloso. Es histórico, los bailarines no se habían puesto de acuerdo nunca. Los músicos tienen un sindicato funcionando hace tiempo. Los bailarines nunca tuvieron un sindicato que los respalde. Para mí, que soy bailarina, es muy importante esto.

-¿Cómo sería tu Festival/Mundial ideal?

-A mí me gustaría que en el Festival ideal le podamos hacer un homenaje inmenso a quienes todavía tenemos de la compañía Tango Argentino. Pero también es importante abrir a las nuevas generaciones. El Festival ideal es el que logra que confluyan las generaciones. Tenemos que lograr un nexo fuerte entre lo que fue, es y lo que puede ser el tango. Es fundamental escuchar a los nuevos músicos y los bailarines de las generaciones que se vienen.

-Esta es una histórica tensión en el festival, ¿cómo se salva eso?

-Buscando la manera. Cuando era chica ingresé al tango por mi abuela, que era la que escuchaba tango en casa. Pero me pega fuerte un aniversario de la muerte de Gardel. Después me pasó que escuché a Los Auténticos Decadentes con Alberto Castillo y me volaron la cabeza. Eso me puede. Soy de esa generación y creo que eso está continuamente latiendo en nuestros espacios culturales. Pero no termina de afianzarse.

-Dijiste que en agosto sacan más convocatorias, ¿qué podés adelantar?

-Que están más vinculadas a lo musical, a dar participación a orquestas y el mundo de la música.

-¿Tango BA igual tendrá su grilla de programación más allá de convocatorias, como siempre?

-Sí, se está armando. La realidad es que en medio de toda esta situación pandémica para agosto no se llegaba, en septiembre esperamos contar con el clima y que se pueda trabajar fuera, más allá de que la competencia y algunos conciertos, de acuerdo a la posibilidad de público y demases, respetando los protocolos de la fecha, se pueda estar en la Usina del Arte. Buscamos estar en Parque Centenario, el Teatro 25 de mayo, darle especial preponderancia al casco histórico en San Telmo, bares notables y museos.

-Llegás en reemplazo de Soria, ¿cómo es la relación con él?

-Yo lo admiro muchísimo. En lo académico y lo histórico es alguien muy imprtante. Lo conozco desde la época de Solo Tango (el canal de cable), él me filmó mi primer videoclip como bailarina. Es muy loco recibir la posta de parte de él. Es importante que él siga en el equipo por el aporte histórico que hace, pero también me parece importante sumar nuevas corrientes.