El director de una ONG bielorrusa desaparecido desde el lunes fue hallado ahorcado en Kiev, la capital de Ucrania. Vitaly Shishov, de 26 años, encabezaba la organización "Casa Bielorrusa" en Ucrania, una ONG de ayuda a los bielorrusos que huyen de la persecución política. El lunes fue reportado como desaparecido ya que nunca había vuelto de su salida a un parque de Kiev. En un comunicado, Casa Bielorrusa culpó directamente al gobierno de Aleksandr Lukashenko del asesinato y denunció una "operación planificada para liquidar a un ciudadano que representaba un peligro real para el régimen". La policía ucraniana investiga un presunto asesinato aunque considera otras hipótesis como el "asesinato disfrazado de suicidio".
"Estoy sorprendido por la trágica noticia de la muerte del activista bielorruso Vitaly Shishov y expreso mis condolencias a sus familiares y amigos. Ucrania hará todo lo posible para investigar el caso: es importante descubrir toda la verdad sobre su trágica muerte", aseguró el ministro ucraniano de Relaciones Exteriores, Dmitri Kuleba, en su cuenta de Twitter.
Durante una rueda de prensa desde Kiev el jefe de la policía nacional de Ucrania, Igor Klimenko, aseguró: "Se ha establecido que Shishov tenía magulladuras y la piel dañada en la nariz, la rodilla izquierda y el pecho. También hubo un pequeño rasguño en el labio superior, lo que podría significar que se había caído". Klimenko agregó que efectivos policiales hallaron la huella de un zapato en el tronco de un árbol cerca del lugar de los hechos, y los expertos forenses trabajaban para esclarecer su procedencia.
Bozhena Zholud, la novia de Shishov que además vivía con él en Ucrania, dijo a Radio Libertad que no creía que su muerte fuera un suicidio. "Estoy segura de que no podría haberse suicidado. No tenía ninguna razón para hacer eso, teníamos planes a futuro", aseguró. Zholud agregó que su pareja no había recibido amenazas directas aunque se sentía vigilado y tenía malos presentimientos.
Por su parte la ONG Casa Bielorrusa, que presta ayuda a los ciudadanos bielorrusos para regularizar su estado en territorio ucraniano, encontrar trabajo y una vivienda, denunció sin vueltas al gobierno de Lukashenko. "No hay ninguna duda de que se trata de una operación planificada por los chekistas (término utilizado para designar a las fuerzas de seguridad bielorrusas)", indicó la organización a través de un comunicado.
"Shishov era vigilado y la policía ucraniana había sido informada de ello. Fuimos advertidos en varias oportunidades tanto por fuentes locales como por personas en Bielorrusia de la posibilidad de todo tipo de provocaciones que podían ir hasta el secuestro y la liquidación", continuó el texto de la ONG.
El lunes Casa Bielorrusa había denunciado la desaparición de Shishov, que se supone había salido a correr por la mañana pero nunca volvió a su hogar. Según la institución, el joven activista fue obligado a partir a Ucrania en el otoño de 2020 tras haber participado en agosto de manifestaciones antigubernamentales en la ciudad de Gomel, al sur de Bielorrusia, y de haberse "opuesto de manera activa" a las autoridades.
En la tarde del martes cientos de personas, principalmente bielorrusos exiliados en Kiev, se reunieron frente a la embajada de Bielorrusia en Ucrania con retratos de Shishov y las banderas rojas y blancas características de la oposición. "No conseguiremos nada con un proceso pacífico", dijo a la multitud la compañera del activista, Bozhena Zholud, entre lágrimas. "¡Dejen sus pancartas y tomen las armas!", disparó.
Mientras el silencio del gobierno bielorruso frente a la muerte de Shishov se extendía durante la jornada, empezaron a darse las primeras reacciones internacionales. Washington y Naciones Unidas pidieron a Ucrania una "investigación exhaustiva y transparente" del caso.
El presidente del Parlamento Europeo, David Sassoli, calificó la noticia de "espantosa". "Como jefe de la Casa Bielorrusa en Ucrania, Shishov ayudó a quienes huían de la persecución. El hecho de que los activistas bielorrusos sean objeto de ataques en terceros países constituye una grave escalada", planteó Sassoli en su cuenta de Twitter. Por su parte Marie Struthers, directora de Amnistía Internacional para Europa Oriental y Asia Central, aseguró: "Las circunstancias de su muerte hacen pensar que puede estar relacionada con las persecuciones de manifestantes pacíficos por parte de las autoridades bielorrusas".
El caso de Shishov llega un día después del incidente en los Juegos Olímpicos de Tokio con la atleta bielorrusa Kristina Timanovskaya, quien afirmó haber sido obligada a retirarse de la competición y fue amenazada con ser devuelta a su país tras haber criticado a su federación en las redes sociales. La velocista de 24 años se refugió en la embajada de Polonia, país que el lunes le otorgó una visa humanitaria. El Comité Olímpico Internacional (COI) abrió una investigación sobre el caso.
El gobierno bielorruso fue muy criticado en mayo por desviar un vuelo comercial con el pretexto de una amenaza de bomba para detener al periodista disidente Roman Protasevich, quien iba a bordo, en un hecho que indignó a los gobiernos occidentales. El mismo Protasevich llamó la atención días después cuando, todavía detenido, pidió disculpas al confesar que había organizado las protestas que pusieron en jaque al gobierno de Lukashenko en 2020.
Otro caso que vale destacar es el juicio que empieza este miércoles contra una de las tres principales figuras del movimiento de protesta bielorruso del año pasado, María Kolesnikova, acusada de "conspirar para tomar el poder". Kolesnikova acusa a las fuerzas de seguridad bielorrusas de intentar secuestrarla para exiliarla a Ucrania. Como se resistió, finalmente fue detenida, encarcelada e inculpada.
Numerosos bielorrusos huyeron de su país, sobre todo en dirección a Ucrania, Polonia y Lituania, en el marco de la persecución y represión de la oposición al gobierno de Lukashenko, que dirige a la exrepública soviética desde 1994.