El canadiense Andre de Grasse se quedó con el oro en los 200 metros, reclamando el trono que dejó vacante el jamaiquino Usain Bolt, quien hegemonizó la prueba en 2008, 2012 y 2016. El propio de Grasse fue plata del hombre más rápido de la historia en esta prueba en Río de Janeiro.
Con un tiempo de 19s62 (el récord de Bolt es de 19s19), de Grasse se adelantó al trío de estadounidenses compuesto por Kenneth Bednarek (plata con 19s68), Noah Lyles (bronce 19s74) y el joven Erriyon Knighton (19s93), de 17 años.
El canadiense venía de ser bronce en los 100 metros, mientras que también sumó tres medallas en Río 2016: bronce en los 100, la mencionada plata en los 200 y bronce en los relevos 4x100, prueba en la que también competirá en Tokio.
En los Juegos de Brasil, de Grasse y Bolt tuvieron una carrera para el recuerdo en la semifinal de los 200 metros, cuando el canadiense obligó al jamaiquino a esforzarse más de lo planeado para quedarse con la prueba. Ambos finalizaron la prueba riéndose, y con Bolt haciendole "no" con el dedo índice.
Este miércoles en Tokio, quinto fue el liberiano Joseph Fahnbulleh (19s98), sexto quedó otro canadiense, Aaron Brown (20s20), séptimo el jamaiquino Rasheed Dwyer (20s21) y octavo el triniteño Jereem Richards (20s39).
Vale recordar que el italiano Lamont Jacobs, oro en los 100 metros, no estaba inscripto para la prueba aunque sí competirá por su país en los relevos 4x100, que se tendrán sus series eliminatorias este miércoles por la noche (a las 23.30 y 23.39). Misma situación para el estadounidense Fred Kerley, plata en los 100.